TEMPORADA TAURINA
Triunfo: Antonio Ferrera y Emilio de Justo indultaron dos novillos de Ernesto Gutiérrez en el Festival Taurino de Manizales
Nota alta del encierro de la casa. Román Collado cortó una oreja. Los colombianos Luis Miguel Castrillón y Juan de Castilla perdieron los trofeos al matar defectuosamente. Tomás Rufo no tuvo suerte con el novillo, falto de fijeza y casta. Críticas a al presidencia por el segundo indulto.
6:30 p. m. Una hora antes de que se diera inicio al festival taurino de la 68.ª Temporada Taurina de Manizales, el ruedo de la plaza era un lodazal. Fuertes lluvias en la tarde-noche hicieron que los cerca de 12 mil espectadores que asistieron al festejo benéfico se aprovisionaran de sombrillas, carpas, pantalones encauchados y hasta de bolsas plásticas, todo para hacerle frente a la noche fría y lluviosa, que estuvo acompañada de relámpagos.
7:30 p. m. Las plegarias a la Virgen de la Macarena, patrona de los toreros, fueron escuchadas. Escampó y, en cuestión de 15 minutos, los monosabios (areneros) dejaron el ruedo en óptimas condiciones para la lidia de los siete novillos de la ganadería de Ernesto Gutiérrez. Aplauso al trabajo realizado por estos hombres, año a año, con tanta dedicación y amor por la fiesta brava.
8:00 p. m. Homenaje a la Virgen de la Macarena, procesión solemne por el ruedo de la Plaza de Toros de Manizales, en la que participaron los toreros, sus cuadrillas y personalidades del mundo del toro y de la capital caldense. Momento místico en el que se apagaron las luce artificiales y, como si fueran estrellas en el firmamento, se encendieron 12 mil velas, en sus respectivos faroles, que titilaban coco luciérnagas, con una luz cálida en la plaza. En el ruedo, cerca de 50 antorchas engalanaron el redondel y, un pasodoble muy torero ambientó la noche, con la luna casi llena como testigo.
8:50 p. m. El torero español Antonio Ferrera recibió a Panadero (360 kilos), primer novillo de la noche, negro, de la ganadería manizaleña de Ernesto Gutiérrez Arango. Salida alegre del animal, que se repitió con velocidad ante las verónicas del español, que utilizó un capote verde oliva y, su envés, en verde esmeralda. Remató con dos medias verónicas que dejaron sabor a antaño.
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Emocionante tercio de vara. Aprovechó la velocidad y fijeza del novillo para dejarlo en la salida de toriles y pedirle al picador, que, como si estuviesen en un tentadero, lo llamara desde el tendido opuesto, el de sombra. El toro galopó y se vivió un tercio de vara especial, en el que el toro fue bravo.
Tomó las banderillas Ferrera y armó un lío. Tres pares de alto voltaje. El último al quiebro y galleando al toro. Estalló en palmas la plaza. Euforia.
Empezó la faena con la muleta, mirando a los tendidos, con desdén del bueno en cada muletazo por alto para llevarlo hasta el centro del ruedo de Manizales. Panadero, el toro, parecía un pan recién horneado. Embistió con clase, bondad y siempre en el medio. Nunca se fue de la muleta. Ferrera se deleitó, dio clase de toreo, con ambas manos, en redondo, y llevó a su amigo Panadero al indulto (como en la película El niño y el toro - 1956). Triunfó el torero, la ganadería y el público vio un novillo como pocos. Olé por la tauromaquia.
Dos orejas (simbólicas) para Ferrera, quien, vestido de charro mexicano, disfrutó cada paso que dio durante su triunfal vuelta al ruedo. Invitó a los ganaderos Miguel y Marcelo Gutiérrez, reconocimiento del torero y del público a la ardua y compleja labor de criar toros de casta. Y, para terminar, como en el olimpo, el matador recibió una hermosa corona de hojas de café, broche de oro para enaltecer su actuación.
Emir, otra historia
9:20 p. m. El segundo de la noche fue otro toro negro, de nombre Emir, 394 kilos. Su hermano de encierro, Panadero, dejó la nota muy alta.
El novillo, como los hermanos, son diferentes. Este no tuvo la misma velocidad y acometividad del anterior, pero tenía bondad para ir a la muleta. El torero español Emilio de Justo no quería quedarse atrás, ante el éxito de su compatriota, y dijo presenté toreando de rodillas, cuatro pases en redondo y, al intentar dar el quinto, el novillo lo encontró mal acomodado y casi lo embiste.
Entendió Emilio de Justo las cualidades (mayores) y defectos del novillo, y bordó una faena completa, por las dos manos, con naturales lentos, profundos y desmayados. Emir tuvo más de 60 pases, pero no con la calidad del anterior. Indulto discutible. Pitos para el presidente, que se perdieron en la euforia de un público que ha perdido rigurosidad, al igual que la presidencia. Dos orejas simbólicas para Emilio de Justo. Un señor torero.
9:40 p. m. Dos novillos-toros, dos indultos. Cuatro orejas (simbólicas). Ferrera y Emilio aseguraron la salida a hombros. Debate en los tendidos por el segundo indulto. Argumentos encontrados.
9:50 p. m. Aprendiz, negro azabache, de 404 kilos, fue recibido con verónicas suaves por el antioqueño Luis Miguel Castrillón. Gran tercio de vara. Puyazo en lo alto y pelea del toro en el caballo, que llevó al binomio hasta los tableros.
Quite por gaoneras y revolera para rematar. En las banderillas, para destacado, el par ejecutado por el subalterno vallecaucano Ricardo Santana.
Se encontraron en el medio Luis Miguel Castrillón y Aprendiz y, cada uno, con todo lo que tenía para entregar, construyeron una danza elegante, lenta, de mucha clase. Torería y temple del torero colombiano por ambas manos. Perdió la opción de triunfar al pinchar cinco veces, tres sin soltar. Borró todo lo bueno con sus fallos con la espada.
10:21 p.m. San Silvestre salió al ruedo. Novillo negro, de 406 kilos. El torero español Román Collado ejecutó verónicas de valor, y una serpentina que lució.
Buen puyazo del picador Clovis Velásquez. Invitó, Román Collado a Antonio Ferrera y a Carlos Manuel Rodríguez ‘Garrido’ a poner banderillas. Buen par de Ferrera, al quiebro. Los otros dos, defectuosos.
Brindó Román la lidia y muerte del novillo-toro a los espectadores. Inicio de faena, en la que mimó la embestida del toro. Derechazos vaciando el muletazo, unos templados y, al final, otros trompicados.
Insistió por la derecha y templó las embestidas de San Silvestre. Dos tandas cortas por el izquierdo para retomar la faena con derechazos a media altura. Insistió por la izquierda y, a punta de dejarle la muleta en la cara y aguantar, construyó una faena de mucho mérito.
Dos circulares invertidos y fue por la espada de acero toledano. Cerró con cuatro pases. Pasándose la muleta por detrás de la espalada, de la derecha a la izquierda.
Pinchó sin soltar y en el segundo intento se volcó con decisión, espadazo en todo lo alto. San Silvestre rodó sin puntilla y llegó la oreja para Román, más que merecida.
10:50 p. m. Florisel, de 408 kilos, negro, le correspondió al antioqueño Juan de Castilla. El novillo, apenas fue picado. Desorden y mala ejecución en los cuatro pares de banderillas.
Inició de faena en la que el colombiano, de a poco, le encontró el sitio al astado. Toreo en redondo, que pareció infinito. El pasodoble sonó como premio a las embestidas, con mucha clase, de Florisel, y a la faena, con la que floreció un poco más la noche. Espada completa, tendida al costado izquierdo. Dos fallos con el descabello y se esfumó la posibilidad de oreja.
Vuelta al ruedo para Florisel, bravo, noble y encastado. Claveles blancos y rojos como homenaje al novillo y a la ganadería.
11:15 p.m. Clarines y timbales para anunciar la salida de Virote (386 kilos), el sexto y último de la noche. Negro, como los toros de la casa.
El novillo no fue fijo en el capote y dudó para embestir. Recorté a modo de tentadero por parte del español Tomás Rufo. El toro no peleó en el caballo. Puya escasa.
Poca clase en las embestidas de Virote, que no permitió el lucimiento de Rufo en el quite. Misión abortada.
Inició la faena doblándose con el novillo, que nunca humilló. Tuvo, el torero, que estallarle la muleta en los pitones para que diera medias arrancadas.
11:30 p.m. Fin del festival.