Violencia
Así es como las Farc de Mordisco reclutan niños por TikTok: se los llevan y terminan en departamentos alejados de sus casas
SEMANA revela el macabro plan de las Farc para reclutar a menores de edad en Colombia por medio de las redes sociales. Hablan altos mandos militares, desmovilizados y víctimas del flagelo.
Los integrantes del Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc, comandados por alias Iván Mordisco, migraron a internet para vincular a menores de edad en la lucha armada que tienen contra el Estado. SEMANA tuvo acceso a detalles desconocidos de la “política” de incorporación que tiene en alerta a las autoridades.
Santiago Cardona* nació hace 17 años en zona rural del departamento del Cauca y siempre vio desfilar a cientos de guerrilleros por su vereda, con el temor de convertirse en uno de ellos. Sin saberlo, la organización delincuencial le tendió una trampa en una red social que lo llevó a portar el uniforme y el fusil de los que siempre huyó.
La artimaña se dio por medio de TikTok, una aplicación digital en la que se comparten videos cortos en formato vertical, que es usada masivamente por los jóvenes colombianos. Él se encontró con un mensaje llamativo: “¿Quieres generar ingresos para tu familia? Estamos buscando a una persona para que cuide ganado”.
La crisis económica por la que pasaba su hogar lo impulsó a contactar al anunciante, que le ofreció 3 millones de pesos a cambio de vigilar animales en una finca del Cauca. El sujeto que estaba al otro lado del teléfono le recomendó no dar información sobre el empleo, guardar silencio en la casa y esperar las coordenadas del sitio.
Lo más leído
La víctima siguió las indicaciones al pie de la letra con la promesa de que podía dar detalles de su paradero cuando tuviera el contrato en la mano: “Se fue de la casa sin decir nada”, denunció su madre ante el Ejército Nacional, tras notar la ausencia. Ella halló una pista clave que permitió descubrir lo que estaba detrás de la desaparición.
Santiago no tenía un celular propio, usó el de su mamá para entretenerse en internet y la mujer encontró una aterradora conversación en TikTok: “Le dijeron que no podía decir nada porque mucha gente estaba detrás de ese puesto. Que se presentara e haciera una prueba: si la pasaba, se quedaba con el trabajo”.
Inocentemente, él llegó a un territorio de las disidencias de las Farc, donde lo vistieron con un camuflado. El menor pasó 72 horas en el campamento y fue liberado en tiempo récord por las autoridades. Su historia se suma a la de otros 87 niños que han sido reclutados por los criminales en 2024, según datos de las Fuerzas Militares.
Los números son alarmantes. La misma institución informó que en los últimos dos años se ha identificado un incremento en el reclutamiento forzado de menores de edad. Si se analiza la cifra del personal rescatado y desmovilizado, en 2022 fueron 424 personas, mientras que en 2023 se registraron 16 víctimas más, 440.
De 161 casos esclarecidos el año pasado, el Estado Mayor Central, la Segunda Marquetalia y el ELN son los responsables de los acontecimientos ocurridos en los departamentos de Cauca (125 menores), Norte de Santander (14 menores), Nariño (10 menores), Putumayo (6 menores) y Arauca (6 menores).
Por testimonios de desmovilizados a los que tuvo acceso SEMANA, se conoció que la orden de los comandantes de las disidencias es atrapar “con estricto tacto” a personas que tengan entre 15 y 30 años, mientras que en el ELN la petición es que no deben ser menores de 16 años, en caso de excepción, no pueden ir al combate.
Las tareas de los pequeños empiezan a las 4:30 a. m. y terminan a las 6:00 p. m., dependiendo de la complejidad de la misión. Las actividades más frecuentes son militares, labores de vigilancia, logística (cocina y lavado de ropa), transporte de sustancias ilícitas, inducción al reclutamiento y mensajeros de extorsiones.
Señuelo digital
En el interior del Ejército Nacional hay preocupación por la nueva estrategia que emprendieron los disidentes de las Farc para atraer a las víctimas de este flagelo: las redes sociales. Tal como ocurrió con Santiago Cardona, el falso servicio es la modalidad que más están implementando en los territorios rurales.
Una fuente cercana al proceso de investigación, cuya identidad pidió omitir, detalló la ‘jugada’ de los criminales: “Ellos hacen campañas en internet ofreciendo trabajo para que vayan hasta fincas. Dicen que necesitan personal joven. ¿Qué es el personal joven? Niños. Allá los enganchan, les ponen el uniforme y los enfilan”.
Al parecer, el propósito del grupo insurgente de tener a los menores de edad en sus campamentos y zonas de influencia no sería para combatir con fuego al enemigo, sino que los estarían viendo como una garantía de vida, dado que las Fuerzas Militares no los pueden atacar si hay presencia de esta población. Una vez los guerrilleros tienen bajo su poder a los niños, se activa un protocolo logístico para sacarlos de sus municipios y frenar, bajo cualquier circunstancia, una fuga. Esto explicaría las razones por las que, recientemente, los pequeños de Cauca han aparecido en Arauca y viceversa, territorios controlados por Iván Mordisco.
Ellos son sometidos a intensas jornadas de caminatas para llegar a las trincheras del Estado Mayor Central. Así lo confirmó el general Javier Hernando Africano, comandante de la Fuerza de Tarea Quirón: “Esta estructura está reclutando a niños y los está moviendo a otros departamentos. Se aprovechan de su inocencia”.
Las víctimas viven un completo infierno y son amenazadas de muerte cuando plantean la posibilidad de volver al lado de sus padres. En las últimas dos semanas, siete menores de edad se han escapado de las filas con los fusiles en la espalda, buscando a las tropas de las Fuerzas Militares para ser liberados del calvario.
Uno de ellos narró su experiencia en el interior del Estado Mayor Central: “Me apuntaron con un fusil y me dijeron que me viniera a trabajar. Pensé en mi familia, me aburrí. Quería retirarme de ahí y me dijeron: ‘Haga su propio hueco, que ahí mismo queda enterrado’. Eso a mí no me gustó. Me fugué y ahora me entregué”.
El mismo escenario se multiplica en el ELN, cuyos integrantes capturan a los menores con la excusa de un empleo formal en el que podrán disfrutar de grandes beneficios económicos. Por su parte, el Clan del Golfo, con una billetera abierta, producto del narcotráfico, conquista a los niños con altas cantidades de dinero.
Preocupante informe
Un informe elaborado por las autoridades, en poder de SEMANA, presenta tres alarmantes conclusiones. La primera indica que el reclutamiento forzado y la utilización de niños, niñas y adolescentes continúa siendo una práctica sistemática de los grupos armados organizados, principalmente los que negocian la paz total.
El segundo hallazgo señala que “los territorios más afectados por economías ilegales, y donde más convergen grupos, es donde más se está presentando el fenómeno”. Es decir, los departamentos de Cauca, Norte de Santander y Nariño. Solo estos tres sectores acumulan 149 de las retenciones reportadas en 2023.
La última inferencia es que las víctimas frecuentes son campesinos e indígenas que, ante propuestas económicas, caen en las pretensiones de los ilegales. Una de las explicaciones es que no tendrían una vigilancia permanente de sus acudientes para frustrar el objetivo y estarían más expuestos a las organizaciones.
Así lo ha advertido públicamente la Defensoría del Pueblo, que indicó que cerca del 75 por ciento de las denuncias recibidas en 2023 corresponden a miembros de comunidades indígenas. 29 de las 35 alertas tempranas hechas en zonas rurales están relacionadas con el riesgo de reclutamiento de menores de edad.
La información de las autoridades también especifica las estructuras armadas que más reclutan menores en diferentes regiones del país. El panorama es escandaloso y desolador. Cauca fue el departamento con más casos de este flagelo durante el año pasado. Según el documento, en ese departamento hubo 125 denuncias de reclutamiento de menores y las estructuras involucradas son: el ELN, a través de los frentes Guerra Suroccidental, Manuel Vásquez Castaño y Edison Leal; las disidencias de las Farc, con las columnas Carlos Patiño, Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, estas dos últimas operan en el norte del Cauca, muy cerca a Cali; y la Segunda Marquetalia, con los frentes Comandos de Frontera y Diomer Cortés.
En el caso de Norte de Santander, la otra región golpeada por estos casos, los responsables son el bloque Magdalena Medio, Clan del Golfo y ELN.
*Nombre cambiado por seguridad