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Así reclutan a colombianos para la guerra en Ucrania: periodista de SEMANA se hizo pasar por un soldado y esto fue lo que le dijeron
Varios connacionales han perdido la guerra en el país europeo. SEMANA revela detalles inéditos del reclutamiento de exoficiales.
Cientos de veteranos del Ejército Nacional se han sumado a la guerra en Ucrania. SEMANA recorrió la ruta de contratación que siguen los exoficiales para viajar a Europa, un camino lleno de millonarias promesas que termina en incertidumbre.
Un periodista se presentó como un soldado pensionado ante el ciudadano ucraniano que se ha encargado de reclutar a varios nacionales para trasladarlos hasta batallones al otro lado del planeta, varios han muerto.
Él dio dos indicaciones por medio de WhatsApp:
“Ven a la ciudad de Ternopil y llámame, hago el paquete completo de documentos”.
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Al ser cuestionado por los requisitos que se debían cumplir, el sujeto resumió que sólo se requiere el pasaporte, estar legamente en el territorio y tener dinero para sostenerse dos semanas en hoteles.
El extranjero también comentó: “Yo hago todo lo demás, tengo múltiples opciones para tu servicio”, refiriéndose a las tres alternativas que tienen las personas que se suman a la guerra: primera línea (cuando se pelea en una misión), segunda línea (cuando se vive cerca de la unidad de batalla) y tercera línea (trámites internos, de despacho).
Esta última es exclusiva para ucranianos, mientras que las demás se reparten entre los nacionales que se atreven a atacar a los rusos y los visitantes, en su mayoría, provenientes de países con bajos recursos. Los colombianos se ubican en las dos primeras unidades, las más peligrosas y perseguidas con insistencia por enemigos.
La mejor remunerada es la primera línea, cerca de 12 millones de pesos al mes. Sin embargo, lo que no contó el personaje fue que muchos militares tienen que superar dos meses de intensas y peligrosas pruebas donde les distribuyen tres millones de pesos. En un golpe de suerte y milagro, podrían manipular la promesa.
Luis Alberto Cerón fue uno de los soldados que viajó desde Colombia a Ucrania y se enfiló en la primera línea, con el propósito de recoger altas sumas de dinero y retornar sano y salvo al país. En diálogo con SEMANA, entregó impactantes detalles de la guerra que vivió en carne y propia en el territorio europeo.
Él portó el uniforme por un mes y medio: “Es como estar en una película. Usted va, entra a su trinchera y, a toda hora, usted es escuchando granadas y balas. Sí, es como estar en una película, pero la está viviendo usted”. Ante el miedo de morir y la presión de sus familiares, tomó la decisión de dar un paso al costado.
Aunque fue un episodio, en particular, lo que lo impulsó a salir del país y buscar refugio en Polonia. El militar denunció que el Ejército ucraniano dejó sola a la unidad que estaba integrada por colombianos, quienes trataron de hacerles contrapeso a los hombres que mandaron los rusos para asesinarlos a cualquier precio.
A Luis Alberto Cerón no le tembló la mano para renunciar a la arriesgada lucha armada: “Renunciamos todos a la base porque hubo un abandono hacia nosotros, nos dejaron metidos en el combate. Los mismos ucranianos, a algunos compañeros, les alcanzaron a disparar”. El Gobierno aceptó sin reproche su dimisión.
Frente a sus ojos, fallecieron un primo y un amigo latinos. Los explosivos lanzados por medio de drones son los más mortales. Él cargaba con la tumba al hombro cada segundo. En medio de la angustia, quiso privilegiar su vida y dar tranquilidad a su familia: “Usted se arriesga mucho a que lo maten, es muy difícil”.