Antioquia
Comerciantes de Antioquia perdieron $230 mil millones por el paro armado del Clan del Golfo
El día de la madre se celebrará en el Urabá antioqueño el próximo domingo, 15 de mayo, para recuperar las pérdidas que dejó el cese de actividades por las intimidaciones de las AGC.
La Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), en Antioquia, reportó pérdidas millonarias a raíz de los cuatro días que duró el paro armado impulsado por las subestructuras del Clan del Golfo como retaliación por la extradición de alias Otoniel.
Por las amenazas y temor impuesto, el comercio se paralizó en 35 municipios del departamento localizados en las subregiones del Bajo Cauca, Magdalena Medio, Nordeste, Norte, Occidente, Suroeste, Urabá y Oriente.
Si bien las expectativas para la segunda fecha comercial más importante del año estaban sobre los 1,1 billones de pesos, las proyecciones tuvieron saldos negativos de $230 mil millones.
Balance de pérdidas del comercio en algunas subregiones antioqueñas durante este fin de semana en el que no se pudo celebrar el Día de la Madre por razones de orden público. @Majobernalgavi1 pic.twitter.com/cF58v3YsMf
— Fenalco Antioquia (@Fenalco_Ant) May 9, 2022
La excepción estuvo en los negocios del Valle de Aburrá y el altiplano del Oriente antioqueño donde no delinquen las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Sin embargo, en esta última zona sí hubo pérdidas, esto porque varios turistas cancelaron las reservas en Guatapé y El Peñol.
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A razón de las afectaciones, las administraciones municipales y gremios de comerciantes de Urabá decidieron celebrar el día de la madre el próximo domingo, 15 de mayo.
La directora ejecutiva de Fenalco Antioquia, María José Bernal Gaviria, justificó la medida “debido a que la región ha sido unas de las más afectadas y, en el departamento, es la tercera economía de mayor tamaño con una participación en la producción antioqueña de 6,2 %. Lo anterior demuestra que Urabá es la subregión más importante de la zona periférica de Antioquia”.
Reactivación
La Gobernación de Antioquia reveló que las palabras violentas del Clan del Golfo llegaron a 57 municipios del departamento, que estuvieron representadas en la movilidad, seguridad, desabastecimiento de alimentos y gas, daños por hostigamientos y afectaciones a la misión médica.
No obstante, el ministro de Defensa, Diego Molano, dio por superada la alteración del orden público en esas localidades en respuesta al incremento de unidades de la Policía y el Ejército, en los terrenos donde calaron las intimidaciones.
“En la valoración que se hizo hoy se ha visto cómo los dispositivos de seguridad establecidos garantizaron que comenzara a reactivarse la economía y el comercio. La recuperación de los ejes viales está restablecida, excepto en una prioridad que tenemos particularmente para mañana, seguir trabajando y articulando esos esfuerzos de movilidad”, aseguró el alto funcionario.
Ganaderos advierten que las pérdidas por el paro armado los tienen contra las cuerdas
Desde cada sector de la economía empiezan a calcular las pérdidas económicas por efecto del paro armado que fue decretado el 5 de mayo por el Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia, en represalia por la extradición de alias Otoniel, el líder de esa organización armada ilegal.
El número de muertes, de acuerdo con lo reportado por el Ministerio de Defensa, sería de seis, de los cuales, tres son civiles, un policía y dos soldados. Otras versiones tienen cifras mayores.
La afectación en la economía es evidente. Solo en el sector de los ganaderos, según cálculos de Fedegán, resultaron afectados al menos ocho departamentos en los cuales está concentrada gran parte de la producción ganadera.
Y no es para menos. Se registraron unas 26 vías bloqueadas y alrededor de 180 vehículos atacados, la mayoría de ellos incinerados.
Es así como, de acuerdo con el informe presentado por Fedegán, en Córdoba, al menos 60.000 personas que dependen del trabajo en el campo se vieron afectadas por la prohibición de salir de las viviendas y de abrir los negocios, según lo exigían los panfletos que fueron repartidos en varios departamentos del Caribe y Antioquia.
“Más de 7.000 reses y 4 millones de litros de leche no se pudieron comercializar, con pérdidas superiores a los 20.000 millones de pesos”.
Entre tanto, en Antioquia, los ganaderos habrían tenido pérdidas mayúsculas, aún sin calcular, pues se dejaron de comercializar cerca de 6.500 bovinos, 3.000 de ellos en la Feria de Medellín, junto con 1.000 porcinos, y solo en el occidente del departamento, Colanta dejó de acopiar cerca de 200.000 litros de leche en dos días, según las cuentas de esa federación.
Entre tanto, en los departamentos de Atlántico, Magdalena y Bolívar, debido a que el temor propagado en medio del paro armado llevó a ralentizar las actividades cotidianas, la comercialización de ganado se paralizó. “Se dejaron de acopiar cerca de 1.5 millones de litros de leche, con pérdidas que se estiman en más de 22.000 millones de pesos”, indicó el gremio.
Entre las tres regiones agrupadas, las pérdidas superarían los 50.000 millones de pesos.
Como siempre, los pequeños
En estas circunstancias, los más afectados resultan ser los pequeños ganaderos, que son los más vulnerables y los que tienen menor capacidad de reacción.
Y lo más complejo, según expresó José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, es que en la actualidad el sector enfrenta una nueva crisis, provocada por el paro armado, sin que aún se haya salido del todo de los efectos dejados por el conflicto en Ucrania, que ha encarecido los insumos para el campo.
“Estábamos apenas en recuperación de la crisis sanitaria de la pandemia y la de la naturaleza, con un invierno desastroso en medio país y un verano devastador. Superamos la violencia del paro nacional, la de los precios de los insumos por la crisis de los contenedores y la guerra de Ucrania, y ahora tuvimos que enfrentar el paro armado”, expresó.
¿Qué piden?
Según el gremio de ganaderos, la ganadería está contra las cuerdas y “pide auxilio, al Gobierno y a la Fuerza Pública frente a la inseguridad”.
El objetivo, de acuerdo con los argumentos del gremio, es “ganar la guerra contra los altos costos”, para lo cual piden la articulación de todas las instituciones del Estado colombiano.