Antioquia
Crisis de migrantes en Antioquia: al menos 2.000 personas están varadas en el Urabá
La crisis se siente en los municipios de Mutatá, Apartadó, Necoclí y Turbo.
La Gobernación de Antioquia encendió las alarmas por una nueva crisis de migración que afecta a la subregión del Urabá: al menos 2.000 personas no cuentan con los recursos económicos para continuar su tránsito hacia Estados Unidos por la ruta del Darién y están varadas en los municipios de Mutatá, Apartadó, Necoclí y Turbo.
Son ciudadanos extranjeros de varios continentes que, por múltiples circunstancias, tomaron la decisión de abandonar sus tierras y buscar el futuro en Norteamérica. Sin embargo, se les acabó la plata para costear la travesía por la selva que divide a Colombia y Panamá, cuyos caminos están en mejores condiciones por la escasez de lluvias.
Están represados en las zonas urbanas y expuestos a los problemas del territorio: falta de alimentación, deficiencia en el agua potable e inconvenientes en la seguridad, entre otros asuntos que generan preocupación entre las autoridades locales y departamentales. En su mayoría, los viajeros frecuentes son menores de edad, lo que aumenta la incertidumbre.
Datos del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá pusieron en evidencia que en agosto cruzaron 79.455 ciudadanos por el Darién, cerca del 22 % no superaban los 18 años. Así las cosas, en lo que va corrido de este año, 331 mil personas han saltado de Suramérica hacia Centroamérica por la compleja selva, 200 mil de ellos son venezolanos.
El fantasma de una drástica decisión del vecino país ha causado inquietud en Antioquia: analiza el cierre de la frontera por la migración. Frente a este escenario, el gobernador Aníbal Gaviria le pidió al Gobierno nacional que entable una conversación con los panameños para evitar esa dura determinación porque agravaría el fenómeno.
Los estragos no solo se sentirían en el Urabá, el efecto también se sentiría en el resto de Colombia. Aunque los caminantes se llevarían lo peor: la puerta del Darién se cerraría y tendrían que recorrer rutas desconocidas que, inminentemente, serían exploradas por las organizaciones delincuenciales que viven del tráfico de extranjeros.
Con todo esto, lo grave es que la situación está creciendo sin límite: “Hay un flujo mayor [de migrantes] porque las condiciones climáticas lo están permitiendo. De mil que teníamos hace diez días, hoy ya tenemos, aproximadamente, entre mil quinientos y dos mil migrantes varados en Mutatá, Apartadó, Turbo y Necoclí”, reveló el gobernador de Antioquia.
Costa Rica y Panamá se unen para enfrentar la migración por la selva del Darién
Panamá y Costa Rica informaron este viernes 1 de septiembre que trabajarán de forma conjunta ante los desafíos humanitarios y de seguridad que supone el aumento sin precedentes de migrantes en la peligrosa jungla del Darién, rumbo a los Estados Unidos, en una realidad que consideran injusta e inequitativa, al ser abordada por los dos países solos.
Autoridades panameñas y costarricenses se reunieron en una provincia fronteriza para abordar la crisis generada por la migración irregular que, en lo que va de año, supera las 330.000 personas y ya rebasó la cifra histórica de desplazamientos de 2022.
La canciller panameña, Janaina Tewaney Mencomo, subrayó que en las conversaciones se planteó “tener una sola voz en la comunidad internacional, no solo hacia los países del Sur, sino también a los organismos internacionales que nos apoyan de alguna manera”.
Por su parte, el canciller costarricense, Arnoldo André Tinoco, dijo que “no es justo ni equitativo que sea Panamá y Costa Rica quienes tengan que incurrir en nueva deuda para atender un problema” que no han causado.
El canciller Tinoco subrayó que “el desafío migratorio es prácticamente idéntico entre Panamá y Costa Rica”. Y señaló que las causas de la migración son conocidas por todos: “Las pésimas condiciones de vida, por un lado, en los países del sur, en especial Venezuela por el régimen que allí impera, pero también la tolerancia que tiene Colombia respecto del paso por el Darién”.