NACIÓN
De las parroquias a las pistas: la historia de Nicolás Jiménez, una de las víctimas en el accidente de la avioneta en Medellín
Nicolás Jiménez se dedicó a conectar a la Colombia profunda.
En la mañana de este lunes 21 de noviembre, un terrible accidente conmocionó a los habitantes del barrio Belén Rosales, en la ciudad de Medellín. Se trata del choque de una avioneta contra una de las casas en la zona residencial.
El hecho dejó ocho víctimas mortales identificadas como Jorge Cantillo Martínez, Dubán Ovalle Quintero, Anthony Mosquera Blanquiceth, Pedro Pablo Serna, Melissa Pérez Cuadros y Nicolás Jiménez, todos eran pasajeros del avión; en cuanto los residentes de las casas afectadas, no se reportó ningún herido.
El alcalde distrital, Daniel Quintero, lamentó lo sucedido y aseguró que dos de los fallecidos pertenecían a su círculo social de amigos. Se trata de Nicolás Jiménez, gerente de Grupo San Germán Express, empresa encargada del avión estrellado; y su compañera sentimental.
“Él era un hombre promotor de este tipo de viajes. Había hecho una tarea maravillosa para conectar a la Colombia profunda. Yo tuve un vuelo con él a Sogamoso hace menos de mes y medio”, expresó el mandatario, quien prefirió no revelar muchos detalles al respecto.
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Actualmente, Jiménez se dedicaba al mundo de los negocios con su empresa de transporte aéreo. Pero esto no siempre fue así. En conversación con SEMANA, Omar Alzate, primo-hermano del hoy fallecido Nicolás Jiménez, contó cómo desde joven estuvo luchando por sus sueños.
Nicolás Jiménez nació y creció en La Sonadora, una vereda del Carmen de Viboral, en el departamento de Antioquia. Su primo, Omar, afirma que siempre fue una persona humilde, de familia campesina. “El fue criado acá, una persona de Campo, muy humilde, viene de una familia de agricultores. Para la época de su adolescencia, él siempre tuvo una visión muy amplia, y no quería quedarse en la agricultura, por eso entró al seminario”.
Siguiendo los pasos de su hermano, entró a estudiar para ser padre. Inicialmente, estuvo en un seminario en Antioquia, luego fue trasladado a realizar sus pasantías en una parroquia en Bogotá. Estando en la capital del país, se dio cuenta de que el camino de la iglesia no era para él.
Así que decidió quedarse en Bogotá y empezar a explorar otras opciones para definir lo que quería para su vida. Inició trabajando en un lujoso hotel en la ciudad, allí se dio cuenta de que podría cumplir el sueño de toda una vida: ser piloto. Entonces, gracias al esfuerzo y trabajo duro, pudo lograr estudiar lo que verdaderamente le apasionaba.
Recién egresado de la escuela de aviación con muchos sueños por cumplir, Nicolás Jiménez se dio cuenta lo duro que era despegar en el mundo laboral; así que tomó la decisión que le cambió la vida, creó su propia empresa.
Grupo San Germán Express, una idea que le dio empleo a él y a las personas que trabajaban a su lado. No fue fácil, pero con el tiempo, logró conectar con la Colombia profunda, como lo manifestó su buen amigo Daniel Quintero.
“Una persona demasiado sencilla, demasiado noble y trabajadora. Lo primero que él buscaba era el bienestar de sus trabajadores, (...) generar empleo incluso en las comunidades donde él llegaba, por ejemplo: en el área del Chocó, Bahía Solano o en Capurganá, estuvo con un proyecto de reciclaje, para ayudar a las comunidades en ese tema”, así lo relató el familiar de la víctima.
Como gerente del Grupo San Germán Express, semanalmente debía realizar recorridos en los aeropuertos donde llegaban las rutas que tenía contratadas, el día de hoy el municipio de Pizarro, Chocó, era su destino.
Sin embargo, el destino no permitió que fuera así. Nicolás Jiménez, uno de los fallecidos en el accidente de Belén Rosales, deja a dos hijos pequeños y el recuerdo de un hombre noble que vivió para ayudar a su comunidad.