Nación
“En Quibdó hasta los muertos se los roban”: líder social denuncia que maquillan cifras de homicidios
Afirma que Quibdó es una ciudad que se convierte poco a poco en una tierra de nadie.
Más de 12 años lleva desangrándose la ciudad de Quibdó, de acuerdo con lo que le contó a SEMANA el veedor y líder social Darwin Lozano Murillo, quien dice que la inseguridad es el pan de cada día en todos los barrios y por eso la ciudadanía se siente literalmente acorralada por parte de la delincuencia, a lo que se suma el hecho de no ver ninguna solución en el futuro cercano.
Manifestó que los grupos al margen de la ley son los dueños del pueblo, ya que son ellos los que realmente mandan, porque cometen toda clase de delitos como hurto, extorsión, homicidio y tráfico de estupefacientes, entre otros, sin que nadie haga absolutamente nada por detenerlos y proteger a las personas de bien.
Acerca de las autoridades, señaló que al parecer tienen nexos con estas estructuras, ya que no existe una ruta clara de los operativos que se deben desarrollar para afrontar esta problemática de la manera en que se debe.
Dice que los oficiales a cargo le mienten a la comunidad porque alteran las situaciones para hacer pasar las capturas hechas tiempo atrás como si fueran nuevas, pero que en realidad no les brindan a los ciudadanos una seguridad real porque ni siquiera pueden pintar su casa o cambiar una simple teja sin ser víctimas de extorsión.
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Con respecto a los centenares de hombres y mujeres jóvenes que han sido asesinados en los últimos años, afirmó que muchos de ellos estaban vinculados con bandas delincuenciales por diversas razones y que incluso algunos fueron obligados por los violentos a terminar inmersos en una guerra despiadada por el control del territorio.
Sin embargo, hizo la salvedad de que desde hace algún tiempo los crímenes parecen no tener ninguna razón de ser, porque varias de las víctimas han sido personas de bien y que no tenían ninguna clase de nexo con los grupos ilegales.
Criticó el hecho de que el alcalde de Quibdó, Martín Emilio Sánchez Valencia, no haya implementado la ejecución de una política pública para fomentar la convivencia en la ciudad a pesar de las múltiples peticiones que se le han hecho sobre el particular, ya que la inversión social es el camino para que los jóvenes tengan otras oportunidades diferentes de acceso a la educación y así no terminen engrosando las filas de las estructuras de los 6 grandes grupos delincuenciales de la ciudad.
No mostró ninguna clase de confianza en las instituciones, por lo cual señala a la Policía y la Fiscalía de mentirle de forma descarada a la comunidad con unos supuestos índices de esclarecimiento, ya que presentan casos de capturas antiguas como si realmente acabaran de suceder. Indica también que hay comerciantes que acuden a las autoridades para pedir ayuda porque les llegó una boleta de extorsión, pero que apenas unos minutos después los están llamando los integrantes de los grupos criminales para amenazarlos por haberse atrevido a denunciarlos.
“Aquí hasta los muertos se los roban porque las cifras de personas asesinadas jamás coinciden con lo que informan las autoridades. Por eso decidí empezar yo mismo el registro de los homicidios desde el año 2020″, manifestó.
Precisamente esos números aterradores que lleva Darwin Lozano Murillo con su veeduría muestran que en 2020 murieron asesinadas en las calles de Quibdó 152 personas, en 2021 fueron 179 y el año pasado 182, de las cuales un alto porcentaje eran jóvenes que no superaban los 25 años o incluso menores de edad. Este es el trágico saldo que deja el accionar de grupos criminales como Los Zetas, Los Mexicanos, Los Kennedy y Los Palmeros, que cuentan a su vez con el apoyo de otras estructuras más fuertes como las disidencias de las Farc, el ELN o el Clan del Golfo.
Es tan aterrador el panorama en Quibdó que durante este primer mes de 2023 van “apenas 6 homicidios”, según las palabras del propio Darwin, quien dice que hasta mediados de febrero existe una tregua entre las bandas que se disputan el control por cada metro cuadrado de la capital chocoana, mientras se conocen más detalles de la anunciada Ley de Paz Total del presidente Gustavo Petro.
“A mí me preocupa lo que va a suceder a partir del 15 de febrero cuando los criminales vuelvan a sus actividades porque no han visto solución alguna con las cosas que plantea este Gobierno de Gustavo Petro. Me aterra pensar en lo que va a venir después”, afirmó.
Así es el diario vivir en Quibdó, una ciudad que se convierte poco a poco en una tierra de nadie en la que sus habitantes ven con incertidumbre un futuro que parece ser poco esperanzador, mientras sus calles y las aguas del río Atrato se siguen tiñendo de rojo con la sangre de los centenares de víctimas que deja esta guerra irracional para imponer la supremacía del más fuerte.