ANTIOQUIA
En Uramita, Antioquia, se robaron once toneladas de explosivos; las autoridades temen lo peor
Las autoridades ofrecen hasta 60 millones de recompensa.
Tras conocerse el hurto de once mil kilos de explosivos que estaban a cargo de la empresa china Chec que está enfilada en la concesionaria Autopistas Urabá S. A. S. y que encabeza la construcción del proyecto Autopista Mar Dos, entre las subregiones del occidente y el Urabá, el gobernador de Antioquia, Anibal Gaviria, confirmó el hurto de este explosivo, pero además, anunció una millonaria recompensa.
“Por información preliminar que hemos tenido podría tener algunos infiltrados dentro de esa organización que podrían haber facilitado ese robo del material explosivo. Ya hemos estado en constante comunicación con los organismos de seguridad y justicia. La Gobernación de Antioquia ha dispuesto la recompensa de 60 millones de pesos para quienes nos den información que nos aclaren el hecho y nos pueda llevar a la recuperación de esta dinamita y el día de mañana voy a presidir un consejo de seguridad para abordar esta temática”, sostuvo el gobernador Gaviria.
Al parecer, integrantes del Clan del Golfo se habrían articulado con trabajadores de esta compañía para realizar el robo de los explosivos que serían utilizados para la explotación de minería ilegal.
Cabe recordar que el pasado 31 de octubre hombres fuertemente armados llegaron hasta las instalaciones de la compañía que está activa desde 2018 en el municipio de Uramita, occidente de Antioquia. Si bien se contaba con agentes de seguridad, el personal fue encañonado por los delincuentes.
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El comandante de la Séptima División del Ejército Nacional, general Óscar Leonel Murillo Díaz, detalló que los sujetos que tomaron el material explosivo aprovecharon la oscuridad de la noche para cometer la falta.
“El evento ocurrió en la madrugada del sábado. La empresa que construye la vía al mar tenía unos explosivos que se emplean para ese tipo de actividades ahí guardadas. Al parecer, la gente armada intimidó a los vigilantes”, dijo el oficial.
Todavía no hay pistas de las personas responsables de este hecho. Los principales sospechosos son los integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como también se hace llamar el grupo que comandó alias Otoniel.
En el sitio donde se reportó la emergencia hay presencia de la subestructura armada de Edwin Román Velásquez, brazo ilegal que atemoriza a los habitantes del occidente antioqueño con extorsiones, homicidios y secuestros.
La lupa está puesta sobre los municipios de la subregión del occidente del departamento, a razón de que es el corredor preferido por las organizaciones delincuenciales para mover este tipo de elementos, justificados en el terreno selvático.
Se espera que en las próximas horas se intensifique la búsqueda de las once toneladas de explosivos a lo largo y ancho de Antioquia, también en las regiones limítrofes para frenar la expansión de los ilegales que amordazaron a los vigilantes.
También se espera un comunicado oficial de la compañía china en el que se dé cuenta de los hechos que desataron la emergencia con la que hoy maniobran los uniformados para dar con los explosivos.
Capturas del Clan del Golfo
Uno de los más temidos sicarios del Urabá antioqueño fue recluido en una cárcel del departamento, luego de que la Fiscalía mostrara elementos ante un juez que darían cuenta de su presunta participación en al menos 19 homicidios cometidos en esta subregión. Este sería uno de los peces gordos de los brazos armados del Clan del Golfo.
El ente de acusación lo presentó con el alias del Panadero. Además de las órdenes de captura que tenía por los asesinatos, en su expediente también pesan 18 faltas por porte ilegal de armas de fuego y concierto para delinquir agravado en calidad de cabecilla, a razón de que tendría un rango importante dentro del grupo que comandó alias Otoniel.
Un fiscal especializado de Antioquia explicó que nueve de las muertes violentas en las que estaría implicado este hombre se habrían cometido en 2022, de acuerdo con las denuncias emitidas. Los escenarios de su operación estaban concentrados en las calles de los municipios de Carepa y Chigorodó, zonas estratégicas de la subregión.