Antioquia
“Eso no es gratis”: piden investigar lujos en la cárcel donde se negocia la ‘paz total’ de Medellín
SEMANA reveló las excentricidades que hay en la cárcel La Paz, del municipio de Itagüí.
Defensores de derechos les solicitaron a los órganos de control y al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) poner la lupa sobre los lujos que hay en la cárcel donde se negocia la ‘paz total’ de Medellín, revelados por SEMANA.
Misteriosamente, los privados de la libertad del penal de Itagüí modificaron sus celdas con cerámica, instalaron muebles, duermen sobre colchones ortopédicos y armaron una piscina inflable para sus hijos, en el Día de los Niños.
Jorge Carmona, veedor de la población carcelaria en Antioquia, reconoció que esas excentricidades no son exclusivas de esta sede, ya que varios presos han podido “corromper” a las autoridades para acceder a los cuestionados beneficios.
Sin poner en duda el proceso de paz que avanza detrás de las rejas, donde se espera la desmovilización de miles de jóvenes que delinquen en el Valle de Aburrá, se unió a la petición de pedir una investigación exhaustiva sobre los lujos.
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Él cree que es importante dar con la identidad de la persona que dio el visto bueno y cómo se ingresaron los materiales al centro de alta seguridad, con el propósito de tumbar las supuestas irregularidades que habría al interior del Inpec.
“Sin justificar el delito, es un tema de vieja data. La corrupción en los centros penitenciarios es un tema de muchos años atrás. ¿Esto debería ser así? No debería ser así. ¿Quién tiene que responder por esto? El Inpec”, dijo Carmona.
Con base en su experiencia con la veeduría, sospecha que los detenidos que están en La Paz, de Itagüí, tuvieron que pagar altas sumas de dinero a funcionarios del Institución Nacional para poder acceder a los escandalosos servicios.
Situación que, a su juicio, se podría evitar con el estricto cumplimiento de la norma por parte de los empleados: “Estas cosas no deberían existir. La culpa no es, ni siquiera, de los privados de la libertad, es de los que permiten estas cosas”.
Se conoció que la Procuraduría General de la Nación adelantó una inspección en los pasillos del penal y, en dado caso de tener sospechas de irregularidades, podría darle apertura a un proceso disciplinario contra funcionarios.
Los lujos de la cárcel donde se negocia la ‘paz total’ de Medellín: colchones ortopédicos, celdas con cerámicas y hasta piscina inflable
El pasado viernes, se instaló la mesa de diálogo entre los capos de Medellín y el Gobierno nacional, en un intento para que transiten a la legalidad. La conversación se realiza en la cárcel de La Paz, de Itagüí, un penal donde las autoridades tendrían poco control. SEMANA revela los extravagantes lujos de algunos reclusos.
Bajo estricta confidencialidad empezaron a llegar a la prisión las cabezas visibles de los combos de la ciudad, recluidos en otros establecimientos de Colombia, para que se pusieran de acuerdo en la manera en que se iba a abordar la ‘paz total’ en la capital de Antioquia. El requisito fue contar con suficientes garantías de seguridad.
Esas labores quedaron a cargo del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). La rigurosidad de la guardia y la firmeza de los muros se habrían debilitado cuando los delincuentes no quedaron a gusto con las celdas que les asignaron. Supuestamente, de manera clandestina, pidieron modificarlas.
Bajo circunstancias que son materia de investigación, lograron entrar a una de las cárceles más blindadas de Colombia los materiales de construcción, para cambiar las habitaciones a su antojo: arrojaron cemento sobre el suelo y pegaron baldosas de cerámica, con el fin de reemplazar el tono frío del piso.
Adornaron sus espacios privados con muebles. Sobre las camas, pusieron colchones ortopédicos y adquirieron cajones para guardar sus objetos personales. De igual manera, pudieron entrar una piscina inflable en la que sus hijos se dieron un baño el Día de los Niños, conductas que nadarían en contra del reglamento del Inpec.
La directora de esta entidad en el noroeste del país, Imelda López Solórzano, ratificó los hallazgos de SEMANA y agregó que, una vez se enteró de la situación, pidió un proceso de control interno, que se tramita en la ciudad de Bogotá. Ella desconoce quién emitió las autorizaciones, pero espera las respectivas sanciones.
“Se efectuó modificación en la infraestructura de algunas celdas. Se instalaron pisos, también estaba la elaboración de unos muebles, cajones para organizar su ropa, creo yo, y colchones ortopédicos. Eso se encontró y se rindió el informe pertinente a la dirección que, de manera inmediata, pidió investigar”, dijo.
A finales de marzo, la guardia del Inpec se enteró del hecho y rindió cuentas ante la dirección. Desde entonces, siguen los estudios para identificar a las personas que, en dado caso de que se comprueben las responsabilidades, recibirían las respectivas sanciones disciplinarias, porque estos hechos se traducen en irregularidades.