Medellín
Excandidata al Senado recibió amenazas en Medellín: “Me llegó un corazón con clavos enterrados”
Las autoridades investigan la procedencia de las dos intimidaciones que recibió la líder social.
La excandidata al Senado de la República por el Nuevo Liberalismo y defensora de los derechos humanos Yolanda Perea denunció en las últimas horas de este 24 de enero que fue víctima de dos amenazas en Medellín por su ejercicio político. Las autoridades investigan los mensajes.
A su teléfono llegó una comunicación emitida por un sujeto desconocido donde le planteó que tiene los días contados, interpretado por ella como una intimidación que se podría materializar en un ataque contra su integridad física o la de sus seres queridos.
En un fragmento se alcanza a leer: “Siempre hemos estado pendientes de usted. No crea que siempre la van a cuidar. Ni el Petro la va a poder proteger ni con todos sus guerrilleros. Están contados esos días, Yolanda Perea”, redactó la persona al otro lado.
De inmediato se encendieron las alarmas al interior del esquema de seguridad que ella tiene asignado, porque no es la primera vez que la ponen en el ojo del huracán con palabras y amenazas de alto calibre. Tres funcionarios la cuidan durante el día y la noche.
Sin embargo, “la gota que rebosó la copa” se presentó en las últimas horas. A la portería del conjunto residencial donde vive en la capital de Antioquia llegó un paquete que contenía elementos aterradores, según lo describió en conversación con SEMANA.
Los vigilantes le indicaron que había arribado una encomienda: tenía la dirección exacta de su apartamento. Ella no mostró preocupación en ese momento porque ese día estaba celebrando su cumpleaños y pensó que la bolsa contenía un regalo especial.
Tomó la decisión de recogerlo en la portería. Todo estaba dado para una sorpresa a razón de que estaba finamente decorado. La tensión de la excandidata al Senado empezó a aumentar cuando leyó en la tapa de una caja la siguiente frase: “El mejor es el último”.
Cuando abrió la cobertura, encontró el corazón de una vaca perforado con clavos. Yolanda Perea lo volvió a interpretar como una amenaza por el trabajo político que realiza a favor de las víctimas de desplazamiento forzado y el conflicto armado en todo el territorio.
Tras la escena, alertó a su esquema de seguridad que, en ese momento, no la estaba acompañando. Las unidades de la Policía Nacional inspeccionaron el paquete y descartaron la presencia de artefactos explosivos en su interior, pues ese era el temor.
Más tarde se dirigió a las autoridades judiciales, donde instauró la denuncia formal para que investiguen y den con el paradero de los sujetos que están emitiendo este tipo de intimidaciones violentas que han llegado a frenar sus labores de liderazgo.
En medio del incidente, le generó malestar el tratamiento que le dio un funcionario público, quien cuestionó la credibilidad de las amenazas y puso en tela de juicio la posibilidad de que estuvieran relacionadas con líos de faldas o situaciones amorosas.
Yolanda Perea tiene la certeza de que las intimidaciones se deben a los ejercicios públicos que adelanta. Sin embargo, estos elementos están siendo analizados por una unidad de la Fiscalía General de la Nación, que ya recibió la queja formal de la lideresa social.
“Nuestras vidas como líderes sociales y defensores de derechos humanos están en riesgo. Por el simple hecho de defender la vida y el territorio. Aquí, principalmente, un caso como este no se puede asociar a brujerías o problemas sentimentales”, señaló la mujer.
Le inquieta que en esta zona del país, solo en 2022, con base en el informe de la Defensoría del Pueblo, 22 activistas sociales perdieron la vida violentamente. A su juicio, esto sería el resultado de un déficit en la ejecución del debido proceso de las denuncias.