Antioquia
Golpe al Clan de Oriente en Antioquia: incautan 28 inmuebles financiados con supuesto microtráfico
Los inmuebles está ubicados en los municipios de Marinilla, El Peñol y San Carlos.
Los lujos que se daba la estructura delincuencial del Clan de Oriente en Antioquia quedaron en las manos de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), luego de un operativo judicial que adelantó la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación en varios municipios del departamento. Al parecer, todo se financió con el dinero del microtráfico.
Los inmuebles fueron identificados en Marinilla, El Peñol y San Carlos, donde el grupo tendría a cargo la venta de sustancias estupefacientes y otros delitos bajo el mando de alias Rayo que, de acuerdo con los análisis adelantados por las autoridades, lo posicionarían como uno de los bodegueros de drogas más temidos de esta subregión.
En la lista aparecen establecimientos comerciales, maquinaria amarilla, fincas y grandes terrenos con los que camuflaría su actividad ilegal. Las primeras averiguaciones de la Unidad Investigativa de Extinción del Derecho de Dominio de la Policía Nacional dan cuenta que los 28 bienes incautados superarían los tres mil millones de pesos.
Detrás de este negocio habría un entramado criminal para sostener los inmuebles que le fueron arrebatados al Clan de Oriente. Supuestamente, eran apalancados con las ganancias que tenían los grupos delincuenciales común organizados de La Invasión, La Peña y Altos de San José, encargados de rendirle cuentas a alias Rayo de sus movimientos.
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Así lo explicó el coronel Heinar Giovany Puentes Aguilar, comandante de la Policía Nacional en el departamento de Antioquia: “Una de las modalidades que utilizaban estas organizaciones que delinquen a favor del Clan de Oriente era la comercialización de sustancias estupefacientes, así era como se fortalecían para ampliar su poder delictivo”.
También son señalados por las autoridades judiciales como responsables de varios asesinatos ocurridos en los municipios donde tienen injerencia ilegal. En el expediente se lee que, presuntamente, sus hombres serían los encargados de ordenar homicidios selectivos en el oriente antioqueño para darle valor a sus capacidades criminales.
Exactamente, se sospecha que el grupo alcanzó a invertir $2.908.200.000 en lujos. Por ejemplo, tenía a cargo la administración de un reconocido hotel de Marinilla y otro local donde comercializaba bebidas embriagantes. Ahora su gestión será encabezada por el Estado a través de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) mientras avanza el proceso.
A los 28 inmuebles se les aplicó medidas cautelares de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo en tanto un juez tome veredicto sobre el supuesto financiamiento con recursos provenientes del microtráfico, tesis que sostienen unidades de inteligencia de la Policía Nacional junto a funcionarios de la Fiscalía General de la Nación.
También se extendió el control a los recursos que los presuntos integrantes del Clan de Oriente tenían registrados ante entidades bancarias: “En las cuentas se logró encontrar un dinero aproximado de 680 millones de pesos. La investigación nos evidenciaría que pertenecería al Clan que, lamentablemente, tienen un trabajo delictivo”, agregó el oficial.
A este golpe se suma la detención de 16 presuntos integrantes que están siendo procesados por el ente de acusación por varios asesinatos y el tráfico de estupefacientes a gran escala en la subregión del oriente antioqueño, pero no será la única intervención que se realice. Las autoridades advirtieron que seguirán con la lupa puesta para tener control.
“La Policía Nacional reafirma su compromiso con la seguridad de los antioqueños, cerrándole la brecha a los delincuentes en todas sus formas”, se lee en un comunicado de prensa firmado por la institución. Esta misma percepción tiene el gobierno departamental, quien pidió extremar las medidas de vigilancia y control para cerrarle el paso al Clan.
Ellos también serían responsables del paro armado que paralizó a los municipios de Nariño y Argelia, al igual que las amenazas que tienen contra la espada y la pared a los comerciantes del suroriente de Antioquia y norte de Caldas.