Nación
Habitantes del Valle de Aburrá, alarmados porque no cesa la aparición de cadáveres en el río Medellín
Las autoridades trabajan en la identificación de la nueva víctima.
Los integrantes del Cuerpo de Bomberos de la capital antioqueña rescataron el cadáver de una persona en las aguas del río Medellín, específicamente en cercanías a la estación Acevedo, que se ubica en la frontera con el municipio de Bello y hace parte de la línea K que lleva al sector de Santo Domingo, en el nororiente de la ciudad, a través del sistema Metrocable.
Lamentablemente, son frecuentes los sucesos de esta clase en el afluente hídrico, que al parecer se relacionan con los hechos de rivalidad entre pandillas por el control de las rutas para el tráfico de sustancias estupefacientes en las diferentes comunas de Medellín. Las autoridades investigan las circunstancias de este hecho para determinar la identidad de la persona y establecer cómo ocurrió su fallecimiento.
Este punto del río en el límite natural con Bello es tristemente recordado por la aparición constante de cuerpos, tal como sucedió a inicios de marzo cuando fue rescatado el cadáver desnudo de un hombre en las proximidades del polideportivo Tulio Ospina. En esa ocasión, los integrantes del CTI de la Fiscalía General de la Nación lograron determinar durante la inspección técnica que la persona no presentaba signos aparentes de violencia.
La ciudadanía está alarmada por la frecuencia con la cual se presentan este tipo de hechos, como el del pasado 22 de abril, cuando se reportó el hallazgo de un hombre en el río Medellín a la altura de la vereda La Isaza, en el municipio de Barbosa, al norte del Valle de Aburrá.
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Apenas unos días antes, encontraron a una persona sin vida bajo el puente del río Man en el kilómetro 2 de la vía entre el municipio de Caucasia y la ciudad de Medellín. Tras las labores de identificación, se logró establecer que se trataba de Daniel David Granda Barbera, de 22 años de edad, quien presentaba varias heridas por arma de fuego.
Entre tanto, el 26 de marzo una persona con residencia no formal dio aviso a las autoridades acerca de la presencia del cuerpo de una mujer de 45 o 50 años aproximadamente que flotaba sobre las aguas del río Medellín. El hallazgo se produjo en el área cercana a las bodegas del barrio Olaya, en la calle 126 Sur con carrera 45.
Parece que una ola de hechos violentos en la capital antioqueña y el Valle de Aburrá tiene como destino común las aguas del río Medellín, donde siguen apareciendo cadáveres, a veces con signos de tortura, como le ocurrió a Julián Andrés Ramírez Yepes, de 40 años de edad. La tragedia es aún más dolorosa, ya que fue su propia madre quien lo avistó flotando en el barrio Palermo de la comuna Aranjuez tras haber recibido una brutal golpiza.
Cada uno de estos casos lleva a los integrantes de la SIJÍN y el CTI de la Fiscalía a tratar de armar un complejo rompecabezas para saber qué pasó con estas personas y quiénes son los responsables de sus muertes. Sin embargo, la lista sigue aumentando y lamentablemente el hecho de escuchar que encontraron un cuerpo en el río se está convirtiendo en costumbre para los habitantes de Medellín y el Valle de Aburrá.
Algunos quedan apenas referenciados con el lugar de su aparición, como el caso de un habitante en condición de calle el 20 de enero en el sector Puente Guayaquil; mientras que unos pocos terminan siendo identificados plenamente como Nicolás Alberto Zapata Muñoz, quien desapareció el 6 de enero en Barbosa y fue hallado días después en el río.
Los habitantes de esta zona de Antioquia piden resultados en las investigaciones y que se adopten programas de seguridad y convivencia ciudadana, para evitar que la paz alcanzada durante los últimos años no se vea alterada por una guerra de pandillas que está convirtiendo al río Medellín en un auténtico cementerio.