Medellín
Habla la mujer que no paga taxis, hoteles ni restaurantes en Medellín
Daniela Alzate Velásquez entregó las razones por las que no cancela los servicios.
Reapareció la mujer que ha sido tendencia en las redes sociales por no pagar los servicios de transporte público ni los platos que consume en establecimientos comerciales de Medellín. Aunque su familia dijo que tenía un problema mental, ella entregó otras razones.
La protagonista de la historia es Daniel Alzate Velásquez. Su rostro es conocido en internet porque varios taxistas la señalan de pedir viajes y, cuando termina el recorrido, se niega a entregar el dinero que le corresponde. Esta escena también se repitió en algunos buses, restaurantes y hoteles.
En un video publicado en la cuenta de Twitter de Denuncias Antioquia dio la cara, pidió excusas públicas por los incidentes donde se ha visto involucrada en el Valle de Aburrá y reconoció que muchos ciudadanos han tenido curiosidad por la forma de actuar.
Ella reveló que está en embarazo y el padre del bebé que viene en camino no está en Colombia y, en efecto, no le ha dado dinero para su manutención, por lo que se ve en la obligación de repetir la práctica que causa escándalo en la ciudad hace varias semanas.
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“Yo en este momento no cuento con recursos suficientes para poder tener una manutención cien por ciento, lo que me ha obligado a no pagar ciertos servicios. Unos, porque realmente no he tenido, y otros, porque han sido un mal servicio”, agregó.
Sobre este último argumento, la mujer reiteró: “Ante un mal servicio, ningún usuario está obligado a pagarlo si no está conforme con él”. En el mismo video, les pidió apoyo a las personas que han conocido su historia para poder reacomodar sus finanzas y tener paz.
Así lo anunció: “A mí me gustaría que ustedes, y todas las personas que me han venido viendo, me ayuden a encontrar el papá de mi bebé. Así va a ser mucho más fácil para mí pasar una maternidad tranquila y en paz”. Y justificó las razones por las que no labora.
“En este momento, por mi condición, no es posible ponerme a trabajar. Yo espero que ustedes entiendan muy bien este caso, que no me sigan acosando en los centros comerciales, en la calle y me sigan montando videos ni publicaciones”, concluyó.
Ahora bien, hoteles, restaurantes, taxis y buses son algunos de los rubros que se han visto afectados por el accionar de Alzate, quien siempre aparece bien vestida y apenas supera los treinta años de edad. Sin embargo, como los hechos se han hecho repetitivos, ya le piden pagar por adelantado, como ocurrió en un bus de servicio público.
“Me paga el pasaje, por favor”, le solicita el conductor a la mujer, a lo que ella inmediatamente responde que no tiene y que, supuestamente, en el sector de Monterrey alguien más lo cancelará por ella.
La modalidad de Daniela, en restaurantes y hoteles, para no pagar sus cuentas, es la misma: toma los servicios o comidas y al momento de cancelar pasa una tarjeta que no tiene recursos, para luego decir que irá a un cajero a retirar dinero. Después sale de los sitios con esa excusa y no regresa.
De acuerdo con una familiar, ella no comete las estafas de aposta, sino por culpa de un problema mental que padece desde hace varios años y que no trata con juicio. Según cuenta, en algún momento, cuando sus padres estaban vivos, tuvo una vida de lujos, pero que la mala administración de la fortuna que le dejaron la llevó a estar en una situación precaria.
Ahora, lo único que implora es que Daniela no se cruce con personas con poca tolerancia que le puedan hacer daño ante la negativa a pagar sus cuentas. La Policía y los centros de salud mental poco y nada han podido hacer por ella, afirma.
“Ella es una niña medicada. Es bipolar. Pero no se toma los medicamentos porque es desobediente. Ella no acata las reglas. Ella no cumple con las directrices de un hogar. Ya no puedo vivir con ella. He llorado. Estoy desesperada. Cuando me pide comida, le doy, le lavo la ropa. Pero no tengo el control”, contó la familiar de Alzate a El Colombiano.