Medellín
Las pistas sobre la extraña muerte de un sacerdote en un bar de Medellín
Un acompañante y un supuesto robo serían las piezas clave de la investigación que adelanta la Fiscalía General de la Nación.
Hay conmoción en la ciudad de Medellín por el fallecimiento de un sacerdote al interior de un bar. El hecho está minado de dudas que las autoridades tratan de resolver . El registro de las cámaras de seguridad y un examen médico entregarían nuevos detalles.
El cuerpo de Javier Eduardo Gómez Pertuz apareció sin vida en un establecimiento comercial del barrio Laureles, en la famosa carrera setenta. Allí llegó en la noche del pasado viernes 3 de febrero y fue en la madrugada del sábado cuando se encontró el cuerpo.
Al parecer, el religioso salió de su residencia hacia ese sector de la capital de Antioquia para disfrutar del partido que jugaba la Selección Colombia Sub-20 frente a Paraguay. Fuentes de la Policía Nacional confirmaron que el ciudadano se estaba desplazando solo.
Una vez llegó al lugar, pidió una mesa y se sentó sin acompañante. Con el paso de los minutos, alguien se le puso al lado y sostuvieron una conversación. Se sabe que, de un momento a otro, el religioso cayó dormido, pero pasó desapercibido por el ambiente.
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Testigos les relataron a los investigadores que el sujeto que lo estaba acompañando lo abandonó. Al otro día, se supo lo que había pasado dentro del bar, cuando los administradores del local estaban sacando a los borrachos para cerrar las puertas.
Una persona trató de levantarlo con el propósito de dejarlo en la acera. Sin embargo, no respondió a los llamados y notaron que no estaba respirando. Lo primero que hicieron fue alertar a la Policía Nacional sobre el aterrador incidente que estaban presenciando.
En el momento en que arribaron las unidades del cuadrante, se dieron cuenta que el hombre no tenía signos vitales. Pero tampoco tenía en sus bolsillos un elemento que diera cuenta de su identidad. Por ejemplo, no observaron en sus pertenencias sus documentos.
Mucho menos estaba el teléfono que, supuestamente, estaba cargando. En ese momento se sospechó que había sido víctima de un robo por parte del sujeto que se le plantó al lado del bar y con el que, presuntamente, había sostenido una charla durante la noche.
Frente a este panorama, se tomó la decisión de trasladar el cadáver hacia las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Medellín. Mediante labores forenses, se llegó al nombre y apellido del hombre: Javier Eduardo Gómez.
Él ofrecía los servicios religiosos en la Arquidiócesis de Medellín. Entre tanto, cumplía labores de docencia a futuros sacerdotes en el Seminario Misionero San José del barrio Córdoba. De igual manera, ofrecía eucaristías en varias iglesias de la ciudad.
Varios han sido los mensajes de solidaridad por su fallecimiento, se cuestiona por los hechos y se habla de su personalidad. En conversación con el periódico El Colombiano, uno de sus allegados lo describió como amante al fútbol y aferrado a la fe de Dios.
“Desde muy joven tuvo la vocación religiosa porque siempre fue una persona muy amable, dispuesta a ayudar”, manifestó la persona al diario antioqueño. Sus familiares esperan darle el último adiós en la mañana de este lunes, 6 de febrero, en Medellín.
Frente a este escenario, el coronel José Miranda, comandante encargado de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, contó que, si bien no tienen el control de las investigaciones, están atentos a los hallazgos de la Fiscalía General de la Nación.
El oficial describió que, de momento, no hay una conclusión fija dado que están a la espera del dictamen que ofrezcan los forenses del Instituto Nacional de Medicina Legal. También se analiza si, en efecto, hubo un hurto que desencadenó la muerte del cura.
“Esperaríamos que, una vez se tenga claridad de cuál fue la causa de la muerte, podamos avanzar en la investigación. De la primera información, posiblemente sí hay un hurto de unas pertenencias”, detalló el alto oficial de esta institución en el Valle de Aburrá.
Sacerdote acusado de abusar sexualmente de una niña de 6 años fue capturado en La Merced, Caldas
Con medida de detención en establecimiento penitenciario fue cobijado un sacerdote capturado en el municipio de La Merced, de donde es originario, en la subregión del Alto Occidente de Caldas. El hombre es acusado de abusar de una niña de seis años de edad en Puerto Meluk, que es la cabecera municipal de la población chocoana de Medio Baudó, cuando se desempeñaba como párroco en el lugar.
De acuerdo con la investigación adelantada por la Fiscalía General de la Nación, este sujeto invitó a la casa cural a dos hermanas de la localidad con el pretexto de obsequiarles manillas y caramelos. Allí le dijo a una de las menores que fuera a buscar un recipiente a la cocina de la casa cural, pero esto solo fue una excusa para quedarse a solas con su hermana de seis años. En ese momento, aprovechó para quitarle la ropa, realizarle tocamientos indebidos y abusar sexualmente de ella.
Andrés Mauricio Cabrera, quien es el director de la Fiscalía en el Chocó, afirmó que en la diligencia de denuncia la madre de la menor describió que al llegar sus hijas a la vivienda notó que una de ellas tenía algo extraño en la ropa, por lo cual procedió a llevarla a un centro asistencial donde contó lo sucedido a su progenitora y a los médicos, mientras era analizada.
Un juez con funciones de control de garantías del municipio de Istmina, Chocó, decidió el ingreso en prisión de este religioso, quien actualmente cuenta con dos investigaciones en su contra; una de ellas por abuso sexual contra una menor de 13 años en Bahía Solano, y otra por el acceso carnal violento de una turista en esa misma población del litoral Pacífico colombiano.
Sacerdote estalló en ira porque no le dejaron echar agua bendita a un niño; ¿quién terminó ‘bautizando’?
En la religión católica el bautismo es el primero de los sacramentos y una práctica casi obligatoria para quienes profesan dicha fe. Esta ceremonia no solo constituye el primer paso del menor hacia Cristo, sino que representa un acto de ‘purificación’ y renacimiento. Es por ello que solamente un sacerdote y jerarquías eclesiásticas superiores lo pueden llevar a cabo.
En México, una mujer revivió en redes sociales un episodio que recuerda con humor, pero que, en su momento, despertó la inquietud y vergüenza de quienes asistieron al bautismo de un niño. Fernanda Molina publicó el momento icónico en su cuenta de TikTok y, hasta el momento, este acumula más de 900.000 reproducciones y miles de impresiones.
Los padres y padrinos estaban en la pila dispuesta para ese paso, pero un sacerdote quedó sorprendido cuando el progenitor del niño al que estaban bautizando, de un momento a otro, comenzó a echarle el agua a su hijo. Solo bastaron algunos segundos para que el cura le retirara el brazo y con su actitud le hiciera saber que se había saltado el ‘debido proceso’.
Una ceremonia ‘bochornosa’
En ese momento, el papá del pequeño dio un paso atrás y su rostro reflejó que estaba sumido en una situación bochornosa, más aún porque su equivocación había quedado grabada. Enseguida, el líder religioso intentó continuar con la ceremonia, y se le escuchó mencionar el nombre del niño, mientras este seguía llorando.
La mujer fijó como descripción en su video: “Cómo olvidar cuando mi exesposo bautizó a nuestro hijo, en vez del cura” y desató una ola de comentarios. Algunos se cuestionaron qué pasó por la cabeza del progenitor para asumir funciones eclesiásticas y otros entendieron el instante con humor y dijeron que, tal vez, tenía afán.
La mujer fijó como descripción en su video: “Cómo olvidar cuando mi exesposo bautizó a nuestro hijo, en vez del cura” y desató una ola de comentarios. Algunos se cuestionaron qué pasó por la cabeza del progenitor para asumir funciones eclesiásticas y otros entendieron el instante con humor y dijeron que, tal vez, tenía afán.
“Quería saber qué se sentía bautizar”; “El padre: ‘¿Qué veo, un rival?’”; “Cosas que me mantienen humilde”; “En modo estresado porque el padre no se da prisa”; “No entiendo por qué hizo eso”; “Encontró su verdadera vocación”; “Y yo pensando que es el monaguillo, ayudando al padre”; “Eso pasa cuando las padres asisten a la iglesia únicamente para realizar sacramentos”.