Antioquia
Los homicidios en Antioquia disminuyeron un 11,8 % al 1 de noviembre, con relación al año 2021
Sin embargo, la preocupación persiste por la muerte de menores de edad a manos de sus familiares.
La Gobernación de Antioquia, anunció que hasta el primero de noviembre de este año se registraron 213 homicidios menos que en el mismo periodo del año anterior en el departamento de Antioquia, lo que equivale a una reducción del 11,8 %. Las cifras totales de homicidios a primero de noviembre de 2021 registraron 1807 homicidios, frente a 1594 este año.
“Tenemos aquí retos importantes en la subregión del Nordeste, que es donde se presenta el mayor incremento, y en las subregiones del Oriente y del Magdalena Medio, donde los incrementos son bajos, pero que estamos comprometidos institucionalmente y en forma integral a lograr la disminución, llevar esas regiones. ojalá a una disminución”, señaló el gobernador.
El mandatario señaló que en la subregión del Nordeste se han intensificado las acciones de la fuerza pública tendientes a combatir la delincuencia en la zona, lo que ha permitido en los últimos meses, la captura de importantes cabecillas, lo cual va a generar el declive de las acciones violentas en estos municipios. De igual manera, indicó que el próximo 6 de noviembre se realizará un Consejo de Seguridad en el municipio de Yondó para analizar la situación de seguridad de los municipios del Magdalena Medio.
“Esperamos además, que ese Consejo de Seguridad de Yondó sea de alguna forma preparativo para un Consejo de Seguridad Interdepartamental que realizaremos con los hermanos departamentos de Santander, Bolívar y muy posiblemente con Boyacá, para evaluación de las medidas necesarias en conjunto con estos departamentos y con los distintos departamentos de policía y las brigadas en estos territorios, precisamente porque hay mucha dispersión y lo que buscamos es una articulación de esas instituciones”.
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Sin embargo, la situación de orden público en diferentes zonas del departamento son preocupantes por la presencia de grupos armados que tienen injerencia en las poblaciones, pero específicamente a las presiones que tienen hacia los empresarios por el cobro las llamadas vacunas y el reclutamiento de menores de edad para que formen parte de estos grupos al margen de la ley. Además, del asesinato de líderes sociales que, cada vez, preocupa a esta población.
Preocupación: muerte de menores a manos de sus familiares
En primer lugar, el pasado 27 de octubre, la Fiscalía General de la Nación esclareció, en 24 horas, el homicidio de un menor de 13 meses de nacido, en hechos ocurridos en el municipio de La Estrella (Antioquia).
Por estos hechos, el ente investigador logró que el padrastro de la víctima fuera enviado a prisión como presunto responsable del crimen. Una vez iniciada la investigación y, de acuerdo con la versión que sobre los hechos entregó la madre del menor, el niño amaneció sin signos vitales el día 24 de octubre. Sin embargo, las labores de Policía judicial, sumadas al dictamen médico-legal, se pudo determinar que la víctima presentaba signos de violencia en el rostro y que la causa de su fallecimiento fue la sofocación.
De acuerdo con el dictamen del Instituto de Medicina Legal, el menor presentó hematomas en diferentes partes de su cuerpo, fractura en un brazo y su muerte se habría producido por asfixia. Según información preliminar, este hombre, padrastro del pequeño, había quedado a cargo del niño mientras la mamá trabajaba. Pero, al momento de llegar del trabajo, lo encontró muerto. Por estos hechos, el hombre fue imputado como presunto responsable del delito de homicidio agravado. Cargo que no fue aceptado.
Por otro lado, la muerte de Maximiliano Tabares Caro, quien había sido reportado como desaparecido hace 36 días en Antioquia , pero apareció bajo tierra el pasado 27 de octubre. Las autoridades sospechan que el crimen habría sido cometido por la secta satánica de Los Carneros, integrada por su familia. Seis personas fueron capturadas y dos de ellas destaparon la olla de este tenebroso caso.
La primera en alzar la voz fue su madre, Sandra Patricia Caro Pérez. En el proceso judicial que avanza en su contra, la acusan de los delitos de desaparición forzada y tortura a título de cómplice. Al parecer, ella habría cedido la vida de su hijo para sacarle un supuesto espíritu que lo estaba atormentado y que estaría frenando los objetivos de la secta.