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Policías y militares, víctimas de presunta estafa en Medellín.
Policías y militares, víctimas de presunta estafa en Medellín. | Foto: 1) Ejército. 2) Policía. 3) Suministrada a Semana.

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Millonaria estafa en Medellín: 300 uniformados cayeron en trampa de mujer que se presentaba como hija de un cantante

SEMANA revela la historia de una presunta estafa en la que cayeron 300 miembros de la Policía y el Ejército en Medellín. En las denuncias, relacionan a la familia de un reconocido cantante de música popular.

Redacción Semana
20 de abril de 2024

El nombre de Luisa Fernanda Aristizábal causa pánico en las filas del Ejército y la Policía en Medellín. La mujer habría utilizado una fundación para estafar a 300 uniformados. Al parecer, ella enamoró a uniformados y usó un falso parentesco con un reconocido artista de música popular para ganar legitimidad entre las tropas.

Su identidad verdadera es Luisa Fernanda Acevedo, pero se escudaba en el apellido Aristizábal, con el fin de pasar desapercibida. Ella portaba las dos cédulas. En ambas registra 24 denuncias por presuntos delitos relacionados con el saqueo. Supuestamente, la artimaña está avaluada en 3.100 millones de pesos.

Las víctimas aseguran que esta persona se les presentaba como la líder de la fundación ‘Niños y Niñas por la Paz’, registrada ante la Cámara de Comercio de Medellín en 2023 con un patrimonio de tres millones de pesos; en los documentos oficiales no aparece el nombre de esta ciudadana.

Bajo la sombrilla de esta entidad, que tiene el “objeto de brindar real protección, conservación, armonía y equilibro a la naturaleza planetaria, interplanetaria y extraplanetaria”, se acercó a las autoridades para que adelantaran misiones sociales en los barrios más humiles de la capital de Antioquia, pero todo fue una farsa.

Con base en los expedientes, Luisa Fernanda habría utilizado ese tiempo para seducir a los policías que tenían subalternos y, paralelamente, forjar una confianza con oficiales militares para dar la estocada final: invitar a los uniformados a comprar vehículos, teléfonos y electrodomésticos por medio de la fundación.

Un suboficial del Ejército narró bajo anonimato que esta mujer afirmó en el cantón que “recibía muchísimas donaciones, entre carros y televisores, y que los podía dejar a mitad del precio real del mercado”. Muchos aceptaron la propuesta, porque era la pareja sentimental del jefe o tenía el visto bueno del alto mando.

Esta mujer hoy se encuentra privada de la libertad por portar una identidad falsa y avanzan los procesos judiciales por las presuntas estafas. En el momento de la captura, ella se mostró ante las autoridades con el apellido Aristizábal, médica y cirujana del hospital San Vicente Fundación, pero fue desmentida por la misma clínica.

Documentos falsos presentados por la supuesta estafadora.
Documentos falsos presentados por la supuesta estafadora. | Foto: Suministrada a SEMANA.

Su paso en la Policía

El modus operandi que habría implementado en la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá fue cautivar a los líderes de los Comandos de Atención Inmediata (CAI), con la excusa de realizar acciones sociales en favor de las comunidades vulnerables. Varios de ellos se dejaron robar el corazón por su disposición de ayudar a los demás.

Estando en la familia de la institución, ella empezó a contactar a los uniformados cercanos a sus parejas para que accedieran a los beneficios de la fundación: automotores a mitad de precio y elementos electrónicos que jamás encontrarían con tan buenos descuentos, todo por respaldar a los ‘Niños y Niñas por la Paz’.

Una fuente cercana al proceso narró que más de treinta policías se sumaron a la iniciativa y dejaron en sus manos la fortuna, dado que hizo más demostraciones de confianza: reunió a los uniformados y los llevó a una comercializadora de vehículos donde les señaló el automotor que estaban comprando y les permitió montarlo.

SEMANA pudo establecer que el propietario de este establecimiento tiene seis denuncias por diferentes delitos: estafa (4), receptación (1) y constreñimiento ilegal. Posiblemente, este sujeto sería un aliado de la mujer y habría dado apariencias de legalidad al negocio, pues por allí pasaron varios grupos de víctimas.

Los uniformados con los que sostuvo una relación sentimental hoy son testigos en las investigaciones que se adelantan en contra de Luisa Fernanda, pues también se quejaron públicamente de haber caído en la trampa; uno de ellos reveló que invirtió cerca de 500 millones de pesos y hoy se encuentra en la ruina.

“Nosotros entendemos que ella planeó muy bien las cosas. Se trataría de una organización que se dedicada a esto, es decir, varias personas estarían involucradas”, dijo un alto mando de la Policía Nacional que está al tanto de la situación reportada al interior de la institución en la ciudad de Medellín.

Consignaciones realizadas por compra de televisor y carro.
Consignaciones realizadas por compra de televisor y carro. | Foto: Suministrada a SEMANA.

La llegada al Ejército

La mujer también se acercó al Ejército con una estrategia similar, pero reemplazando el apellido: allí se presentó como Luisa Fernanda Posada, supuesta hija del reconocido cantante de música popular, Luis Alberto Posada. La mayoría de las víctimas las habría captado en los batallones militares de la subregión.

Uno de los soldados recuerda que el 6 de octubre de 2023, Luisa Fernanda entró a la plaza de armas con dos hombres: Darwin Posada, verdadero hijo del artista, y su supuesto esposo, Yair Cardona. En ese espacio, se concentraron varios uniformados para escuchar a Darwin, pues también interpreta los clásicos de su padre.

Mientras él cantaba, la presunta estafadora pasaba de mesa en mesa diciendo que su progenitor era Posada y que era la representante legal de la fundación ‘Niños y Niñas por la Paz’. En medio de la celebración, habría divulgado la primera oferta: pidió un millón de pesos a cambio de un televisor LED de 65 pulgadas, ella sí los entregó.

Darwin Posada, hijo de Luis Alberto Posada, en medio de concierto privado a militares en Antioquia.
Darwin Posada, hijo de Luis Alberto Posada, en medio de concierto privado a militares en Antioquia. | Foto: Suministrada a SEMANA.

Luego se dio otro ofrecimiento, según testigos: “Nos manifestó [que] el concesionario ubicado en El Poblado, en Medellín, le había donado unos vehículos tipo camioneta y que aquel que quisiera obtener un vehículo debía consignar la suma de diez millones de pesos. Muchísimas personas aceptamos consignar”.

Él tomó la decisión de vender el automotor que tenía en su parqueadero, sacó del banco el sueldo de la prima de Navidad y tramitó un avance de su tarjeta de crédito. Solo de su bolsillo, salieron 48 millones de pesos, que terminaron en la cuenta bancaria del presunto esposo de Luisa Fernanda, según las consignaciones.

Cada testimonio de las víctimas es doloroso: “Los soldados profesionales consignaron lo que tenían para comprar comida o el regalo de Navidad para los hijos. Detrás de cada consignación, hay una historia y un sueño que se echó a perder por la maldad de esta señora”, narró un suboficial que lleva 19 años en la institución.

Consignaciones de presunta estafa en Medellín.
Consignaciones de presunta estafa en Medellín. | Foto: Suministrada a SEMANA.

La familia Posada

El equipo jurídico del cantante Luis Alberto Posada respondió por la denuncia. En primer lugar, desconoció a Luisa Fernanda como hija y advirtió que ella está usando su nombre para cometer presuntas irregularidades. Sus abogados ya han sido alertados sobre el papel que estaría desempeñando en Antioquia.

Así lo comentaron en SEMANA: “La referida persona ha utilizado esta información falsa, que atenta contra la verdad, para ganarse la confianza de personas en diversos círculos realizando venta de presentaciones artísticas”. Con todo, sí reconocieron el nexo que tendría la mujer con el hijo del artista, Darwin Posada.

Este hombre emitió un comunicado donde advirtió que Luisa Fernanda lo contrató en varias oportunidades para ofrecer presentaciones en vivo, entre ellas la del cantón militar, pero nunca tuvo contacto con las víctimas ni aseguró frente a ellos el supuesto grado de parentesco que ella promocionaba con su familia.

La última palabra la tendrá la Justicia, aunque hay una visible angustia ante los denunciantes: “Siento que mi vida corre peligro, ya que en varias ocasiones me han hecho llamadas amenazantes para que quite la denuncia, y también amenazas de que, si sacaba esto a la luz pública, mi vida correría peligro”, concluyó un soldado.