Medellín
Morgue a cielo abierto: la escalofriante historia de 23 cadáveres hallados en el río Medellín
Los cuerpos han sido encontrados en la ruta del río que inicia en Caldas, pasa por Medellín y termina en Barbosa.
Las aguas que cruzan por el Valle de Aburrá han arrastrado 23 cadáveres en lo que va corrido de 2023 y solo se tiene certeza de lo que ocurrió con cinco de ellos. SEMANA conoció detalles de la morgue a cielo abierto que trata de esclarecer la Fiscalía.
El más reciente hallazgo en el río Medellín estremeció a Colombia: un torso marcado con tatuajes y la cabeza de una mujer flotaron en la ciudad a plena luz del día. Medicina Legal recibió los restos humanos e intenta descifrar la identidad y las causas del fallecimiento.
Este fenómeno no es nuevo en la subregión y se ha presentado en los tiempos más sangrientos de la violencia urbana. Ante esta nueva ola, las autoridades guardan silencio frente a la opinión pública, porque no han descifrado quiénes son los responsables.
En la lista de víctimas está Julián Andrés Ramírez Yepes, torturado mientras recogía reciclaje en la calle y arrojado al afluente cuando apenas el sol estaba apareciendo. Su familia tiene sospechas de los homicidas y presume las razones por las que fue empujado al agua.
Así lo detalló su madre, Ana Yepes: “Yo vivo hace muchos años en la orilla del río Medellín y sé que tiran a las personas para limpiar las pruebas, para que no los descubran, así pasó con Andrés, aunque nosotros sí sabemos quiénes lo mataron, pero no ha pasado nada”.
¿Qué se sabe de los casos?
No hay un consenso en el número de cadáveres que han sido rescatados este año en el río Medellín, en el recorrido que inicia en Caldas y termina en Barbosa. Mientras la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá habla de siete casos, la Fiscalía da cuenta de 23.
Si bien las investigaciones están abiertas, fuentes cercanas a estos procesos entregaron a SEMANA detalles de las indagaciones: cinco de los hallazgos fueron calificados como homicidios y los 18 restantes fueron categorizados como muertes por esclarecer.
La ruta de estudio está demarcada por dos hipótesis: la víctima se lanzó al agua por sus propios medios y habría sufrido ahogamiento, o fue asesinada y arrojada al afluente. Esta última es la que se ha identificado en los crímenes que han sido esclarecidos.
Tal como dijo Ana Yepes, el ente de acusación cree que botar al agua los cadáveres busca entorpecer el proceso: “Demora la investigación”. Incluso, cuando la corriente los impulsa, “aleja la investigación del lugar donde se cometió [el asesinato], la hace más compleja”.
De lo que sí tiene certeza es que no hay una organización delincuencial que se dedique, exclusivamente, a matar a las personas y arrojarlas al río Medellín. Los casos acontecidos durante este 2023 no tendrían puntos en común que pongan en evidencia una sistematicidad
Otro escenario
Las quebradas también han sido usadas este año como cementerio en Medellín. Uno de los casos más impactantes fue el de Héctor Luis Gómez Cardona, un conductor adscrito a una aplicación de transporte que apareció sin vida en un afluente de San Cristóbal.
Su cadáver fue atado de pies y manos, luego de haber sido reportado como desaparecido. La última vez que sus allegados supieron de él fue cuando les notificó haber sufrido un accidente de tránsito, que resolvería con el pago de 200 mil pesos.
Ahora bien, ante los crímenes que no tienen responsables, la administración distrital está dispuesta a pagar hasta 100 millones de pesos de recompensa a cambio de información que facilite la identificación y judicialización de los autores materiales de los homicidios.