Antioquia
Narcotraficante ecuatoriano fue asesinado en Antioquia y su muerte sacude el crimen del vecino país
El cadáver fue abandonado con un impacto de bala en la zona rural de Fredonia.
Un temido delincuente ecuatoriano que salió de su tierra y se refugió en Colombia perdió la vida de manera violenta en Antioquia. Este crimen sacude la línea de mando de una de las organizaciones ilegales más sanguinarias del vecino país y pondría en evidencia los supuestos intereses que tendrían en este lado del mundo.
El cadáver de Junior Alexander Roldán Paredes, conocido con el alias de Junior, apareció tendido en una zona boscosa de la vereda El Mango de Fredonia. Al parecer, sujetos desconocidos lo arrojaron a la montaña con un impacto de bala y luego se dieron a la fuga. La Policía Nacional y la Fiscalía buscan a los responsables.
Se conocen pocos detalles del suceso. Desde el Ministerio del Interior ecuatoriano se reveló que él era el cabecilla del grupo de delincuencia organizada Los Águilas, quienes tendrían relación directa con Los Choneros. Su nombre cobra relevancia en varios expedientes judiciales de ese país por varios delitos que habría protagonizado.
Junior salió de la cárcel el pasado 14 de febrero de 2023, luego de que le concedieran un beneficio penal. El 23 de marzo “fue declarado prófugo de la justicia por incumplir la medida de uso del dispositivo de vigilancia electrónica”. Desde entonces, se emitió una orden de captura para ubicarlo en Suramérica con el apoyo de Interpol.
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Una vez los uniformados colombianos recogieron el cadáver del ciudadano en el suroeste antioqueño, se le advirtió a ese gobierno sobre “una persona fallecida que sería de origen ecuatoriano y, por información de fuentes de inteligencia, se presumía que podía tratarse de alias Junior”, indicó el Ministerio del Interior de allá.
La noticia se filtró en los medios de comunicación de ese país sin una confirmación oficial de la Policía Nacional y la Fiscalía. En su momento, se informó que el cadáver permanecía en las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses donde se trataba de avanzar en la identificación del sujeto con el apoyo de los vecinos.
Se indicó que, cuando se recibió la alerta, se activó el Bloque de Búsqueda y se remitió a las autoridades judiciales los documentos para corroborar las sospechas. “Luego del cotejamiento necrodactilar y otras evidencias físicas, como tatuajes, un funcionario de la Fiscalía colombiana ratificó la identidad de alias Junior”, contó el gobierno.
De igual manera, se socializó que, con base en la información suministrada por las unidades de inteligencia, el homicidio no tendría relación con una acción entre los grupos delincuenciales que tendrían rivalidades por el mercado negro. El ente de acusación colombiano asumió las investigaciones para esclarecer el caso.
“Los trámites legales correspondientes continuarán en las próximas horas a fin de formalizar los expedientes. Alias Junior constituye uno de los blancos de alto valor e interés para el Estado”, concluyó el Ministerio del Interior.
Otro narcotraficante ecuatoriano cayó en Antioquia
De igual manera, en una inspección rutinaria de la Policía Nacional en la subregión del Urabá antioqueño cayó un supuesto pez gordo del narcotráfico de Ecuador. Sobre él pesa una circular roja de la Organización Internacional de Policía (Interpol) expedida por Estados Unidos.
Se trata del señor Fabricio Reynaldo Garcés Bedoya, de 49 años. Su nombre sería conocido en los estrados judiciales de América por cuenta del tráfico de drogas a gran escala. Ese delito lo tiene enredado en un proceso ante las autoridades del norte del continente.
Al parecer, él ingresó a Colombia de manera irregular para tratar de evadir las respuestas que le estaba pidiendo una corte de Estados Unidos por narcotráfico y lavado de activos. Se sospecha que ingresó por el sur y se instaló en el departamento de Antioquia.
Allí quedó atrapado en el modelo nacional de vigilancia comunitaria por cuadrantes, en el municipio de Necoclí, centro de encuentro de cientos de migrantes, lo que ha obligado a los organismos colombianos a extremar las medidas de cuidado y protección.