Antioquia
“No puedo dormir. Aún escucho a niños gritando”: sobreviviente de derrumbe en Andes
En la tarde de este viernes 15 de julio se llevarán a cabo las exequias de los tres menores que murieron luego de la emergencia.
Alba Lucía Vélez estaba conversando con la profesora del Centro Educativo Rural de la vereda La Lejía de Andes, Antioquia, cuando se desplomó la montaña en la que se encontraba el lugar en el que estaban y que terminó con la vida de tres pequeños estudiantes.
Ella trabaja desde hace varios meses en el restaurante escolar y, precisamente, le estaba advirtiendo a la profesora que el agua que estaba saliendo por la llave estaba sucia por las lluvias que cayeron durante la semana.
En medio de la charla, dijo que iba a subir enseguida a los tanques para verificar qué estaba pasando. Los depósitos que acumulan el agua estaban ubicados sobre la montaña que se desprendió.
Al pie de ambas se encontraba su hija, una menor de siete años que está matriculada en el grado segundo en esa institución.
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Pero el estruendo del movimiento en masa interrumpió la charla que sostenían.
Las tres corrieron como pudieron, mientras lo mismo estaban haciendo otros 21 menores que llegaron a la clase del jueves. Cinco quedaron atrapados bajo el deslizamiento, mientras los demás gritaban por la espantosa escena.
Cuando puso a su hija a salvo, Alba Lucía hizo un paneo sobre la emergencia en medio de la nube de tierra que estaba circulando. Notó que los niños que estaban jugando en los salones quedaron en la tierra.
Con su voz alertó del incidente a los caficultores que estaban a un lado del colegio y a las personas que caminaban por el sector. En cuestión de minutos, 25 vecinos llegaron con palas y picas a tratar de evacuar a las víctimas.
Alba Lucía Vélez, la profesora y los alumnos recibieron a los padres de familia que arribaron al colegio luego de que la noticia se dispersara como polvo por todas las casas del corregimiento.
Más tarde llegaron los especialistas en rescate del cuerpo de bomberos, el Ejército Nacional, la Policía y la Gobernación de Antioquia. Ella seguía mirando a los hombres y, a la par, detallaba en voz alta todo lo que ocurrió.
Las lágrimas se extendieron hasta después de la una de la tarde, cuando sacaron con vida a la última niña, que estaba a dos metros de la cabeza del derrumbe. Sin embargo, la preocupación siguió caminando porque el estado de salud de los heridos era crítico.
A 25 minutos de la escuela, los médicos del hospital San Rafael de Andes confirmaron el fallecimiento de tres de los cinco niños que salieron vivos: Ana Sofía Henao, Andrea Quintero y Alexander Marín.
Los momentos posteriores son comparables con un viacrucis. Alba Lucía Vélez carga con el llanto de los niños y las estremecedoras imágenes que ocurrieron en menos de 20 segundos bajo el sol de las nueve de la mañana.
“No logro asimilar esto. No puedo dormir. Todavía veo las cosas y escucho a los niños gritando. Estoy muy mal. No sé cómo están las otras familias porque estamos muy apartados. Ayer los niños recibieron atención con psicólogos”, dijo la mujer.
Ella está a la espera, junto a los demás miembros de la comunidad, de saber qué ocurrirá con la escuela, que fue afectada en un 80 %. En imágenes registradas por los organismos de socorro, se puede observar que no está en condiciones óptimas de ocupación.
Es decir, la Secretaría de Educación de Antioquia deberá reconstruir el colegio que agrupa a los alumnos del corregimiento de Tapartó. Sin embargo, los padres no quieren que sea en el mismo sitio por la memoria dolorosa que tendrá el lugar.
Por otro lado, el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres confirmó que el deslizamiento de tierra ocurrió por las fuertes lluvias que han caído producto del fenómeno de la Niña.