Medellín
Revolcón en el Concejo de Medellín: llegan tres nuevos integrantes del Centro Democrático
Seis corporados se muestran en oposición a la administración de Daniel Quintero.
Tres caras nuevas llegan al Concejo de Medellín luego de que un grupo de corporados del Centro Democrático renunciara para buscar un puesto en el tarjetón de las elecciones locales de 2023, aspirando a tomar las riendas de la Alcaldía de Medellín.
En medio de una convulsionada relación con el partido político, dos personas que nadaron en contra de los intereses de la organización uribista dimitieron: María Paulina Aguinaga y Albert Corredor, quien respaldó la candidatura presidencial de Gustavo Petro estando dentro del partido.
La renuncia fue presentada luego de que el Consejo Departamental de Ética, Disciplina y Transparencia les bloqueara el voto dentro de la corporación por 18 meses dado que no aplicaron las directrices que asumió la bancada frente a la administración distrital.
En particular, por no compartir la elección de Simón Molina como nuevo presidente de la mesa directiva el pasado 9 de noviembre, tal como lo proyectó el Centro Democrático, para hacerle contrapeso a los concejales que respaldan a la Alcaldía de Daniel Quintero.
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Ahora bien, Claudia Ramírez reemplazará a Aguinaga y la silla de Corredor será ocupada por Leticia Orrego, quien fungió hasta la semana pasada como registradora de la capital de Antioquia.
Mientras que Simón Molina se hizo a un lado del partido y Concejo para llegar a la Alcaldía en 2024 por medio de firmas. Si bien no tuvo disgustos con el Centro Democrático, se alejó de las toldas para no obstruir su aspiración. Esa decisión no fue respaldada por nombres pesados de la organización.
“Medellín está inmersa en una crisis sin precedentes gracias a la administración de Quintero. Amamos esta ciudad y por eso vamos a cuidarla y defenderla”, asumió cuando dio a conocer la determinación.
Así las cosas, Molina ―quien fue la cabeza visible de la oposición a Daniel Quintero― será sustituido por el exviceministro de Defensa del actual Gobierno, Carlos Ríos. Su encargo es mantener activo el control político frente a las denuncias que advierten sobre presuntas irregularidades en la Alcaldía.
Las otras sillas del Centro Democrático seguirán en poder de Sebastián López, Julio Gonzáles y Alfredo Ramos. Ellos han mantenido la resistencia frente a las actuaciones cuestionadas de la administración distrital. Por ejemplo, denunciaron supuestas manipulaciones a los contratistas para votar por el proyecto político del Pacto Histórico.
Por otro lado, están Lina García y Nataly Vélez, que son criticadas en las filas del partido político por el comportamiento “tibio” que tienen contra las presuntas irregularidades que habrían cometido los funcionarios de Daniel Quintero.
Ellas también fueron cobijadas con el veto del silencio de 18 meses. La primera en alzar la voz de rechazo tras conocer la decisión fue la concejala Lina García, a través de su cuenta de Twitter.
“No vamos a permitir un feminicidio político. El Consejo Nacional Electoral debe saber que el Centro Democrático no cumple con sus estatus, la ley y la Constitución de manera mal intencionada”, comentó la mujer.
Mientras que la otra suspendida, Nataly Vélez, asumió que la decisión del partido es ambigua porque respondería a un ataque político por situaciones que nunca ocurrieron, defendiendo que no apoyar a Simón Molina a la presidencia del Concejo no fue intencional, sino para cumplir con la ley de cuotas en la mesa directiva.
“[El Centro Democrático] sigue actuando en contra de la ley y de los estatus. Por un lado, califican una supuesta falta y, por el otro, se inventan una sanción contraria a dicha falta. Se inventan una limitación administrativa que consiste en no poder ocupar cargos en órganos del partido ni poder participar en la toma de decisiones”, respondió la concejala.
A su juicio, desde que el Centro Democrático perdió la posibilidad de tomar las riendas del Concejo de Medellín, los dirigentes “trataron de incriminarnos por situaciones que no ocurrieron, trataron de acabar nuestra honra, buen nombre y dignidad. Quisieron acabarnos políticamente”, concluyó Nátaly Vélez.