Antioquia
Terror en Antioquia: Clan del Golfo impone retenes para controlar el territorio
El Ejército Nacional le sigue la pista al temor que infunde el Clan del Golfo en el nordeste antioqueño.
El Clan del Golfo es señalado de instalar retenes en el nordeste antioqueño para controlar la movilidad y no perder el poder en el territorio. El Ejército Nacional está tras la pista de los delincuentes que causan terror en este sector del departamento.
El fenómeno criminal se ha identificado en los municipios de Remedios y Segovia, allí hay una disputa entre varios grupos armados por las rentas ilegales. Principalmente, el punto de la discordia es la extracción ilícita de los minerales y las rutas del narcotráfico.
Se conoció que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como también se presenta la organización que comandó alias Otoniel, no permiten la circulación libre entre las veredas Aporreado, Diamante y Río Bagre. Esto se reportó el pasado 15 de junio.
Ellos frenan el flujo de carros y motocicletas. Si no tienen certeza de la identidad del conductor y los demás ocupantes, no está autorizado el trayecto. De igual manera, ponen la lupa sobre las cargas y mercancías que se mueven por el territorio.
En las últimas horas, la Séptima División capturó con ‘las manos en la masa’ a un sujeto que, supuestamente, estaría exigiendo dinero para darle paso a los automotores. Al parecer, él sería integrante de la subestructura de Jorge Iván Arboleda Garcés.
Entre sus pertenencias, la tropa encontró dos armas de fuego con las que habría intimidado a sus víctimas, una motocicleta y un libro de contabilidad donde tenía consignadas las matrículas de los vehículos que ya había extorsionado.
“Esta persona fue puesta a disposición de las autoridades competentes, para su respectiva judicialización”, reportó el Ejército Nacional. Sin embargo, pese a este resultado y la presencia de los uniformados, los retenes siguen activos en el nordeste antioqueño.
Cayó uno de los capos más peligrosos del Clan del Golfo en Antioquia
La Policía Nacional confirmó la captura de alias Marcos, uno de los hombres que alcanzó mayor poder al interior de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y ficha clave de alias Gonzalito en el mundo criminal.
Agentes de la institución se infiltraron en el corazón del Clan del Golfo y pusieron en evidencia sus sanguinarias órdenes. Según la investigación, él comandó la subestructura de Jorge Iván Arboleda Garcés en el nordeste antioqueño.
Tuvieron que pasar diez meses para recopilar las pruebas que, supuestamente, lo comprometen con la organización que se dedica a la extorsión, homicidios selectivos, narcotráfico, minería ilegal, entre otras actividades delincuenciales.
Los uniformados que le siguieron la pista aseguran que ajustó veinte años en el grupo y, con base en la espeluznante experiencia que adquirió, logró el título de cabecilla. Al parecer, él cargaría con varios homicidios en la espalda.
“Era el encargado de ordenar homicidios selectivos, desplazamiento forzado, afectaciones a la fuerza pública, dinamizador del paro minero y otros hechos delictivos en el nordeste antioqueño”, se lee en un informe de la Policía Nacional.
En las últimas semanas, habría tomado el control de la batalla campal que sostienen las Autodefensas Gaitanistas de Colombia contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN) por el control de las economías ilícitas y el territorio.
Se sospecha que tuvo conocimiento de que las autoridades lo estaban persiguiendo, dado que trató de ocultarse en la ciudad de Medellín para esquivar sus responsabilidades, pero no pudo burlar las capacidades de la institución.
Si bien estaba alejado del centro de operaciones, desde la capital de Antioquia coordinó cada ataque. Él tenía el propósito de fortalecer el componente logístico, conseguir material de guerra y sumar a más personas a la escalofriante guerra.
Las comunicaciones las habría emitido por medio de sofisticados programas de llamadas para evitar ser localizado. Presuntamente, estos canales eran contestados desde la selva por alias Gonzalito, principal cabecilla de las AGC.
Mientras cada día el conflicto que habría comandado desde Medellín sumaba más muertos en el nordeste, él gozaba de ostentosos objetos. Los policías le vieron joyas, vehículos, celulares de última generación y constantes citas con mujeres.