Antioquia
Turistas paisas denuncian millonaria “estafa” en una cafetería del Vaticano
La familia, oriunda del oriente de Antioquia, denunció que pagó por un almuerzo más de cuatro millones de pesos.
Diez integrantes de la familia Marulanda Giraldo llegaron a Roma el 20 de octubre. Después de recorrer los pasillos del Vaticano, ingresaron a un establecimiento comercial a almorzar. Aunque solicitaron alimentos que no superaban los 800 mil pesos, en la factura registraron más de $ 4 millones, por lo que denunciaron que se trataba de una estafa.
Todo empezó a las dos de la tarde de ese jueves en una cafetería que está ubicada al frente de las puertas de la sede central de la religión católica. Tomaron la decisión de adquirir los productos en ese sitio porque gozaba de reputación en las redes sociales y la carta se adecuaba a las necesidades del momento.
El documento estaba redactado en inglés e italiano. Sin embargo, no tradujeron las letras porque los meseros dominaban el español. Uno de ellos les enumeró los platos y el costo que tenía cada uno. Por ejemplo, una lasaña acompañada de albóndigas tenía un valor de 15 euros. La familia pidió cinco unidades.
También sumaron a la cuenta dos porciones de carne, dos espaguetis y caldos de pescados, el menú estrella que recomendó el trabajador de la cafetería. Aunque disfrutaron el almuerzo, el trago amargo les pasó por la boca cuando pidieron la cuenta. En el papel indicaron que todo el servicio escaló a 900 euros.
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“Nosotros creíamos que teníamos que pagar, como máximo, 400 euros porque sabíamos que no estábamos almorzando en un restaurante de Colombia. En Europa todo es muy caro y estábamos preparados para eso, pero no para este tipo de exageración”, comentó Yarson Andrés Marulanda Giraldo, uno de los viajeros.
Misteriosamente, los meseros que los atendieron se perdieron del mapa, no los volvieron a ver dentro del establecimiento. Sin embargo, por sus propios medios, empezaron a leer la carta junto a los valores porque no les cabía en la cabeza el dinero que tendrían que cancelar en las inmediaciones del Vaticano.
El reclamo fue atendido por otro empleado. Él les indicó que el precio que figuraba en el documento correspondía a los gramos de cada alimento. Así las cosas, el plato de lasaña que compraron pasó de 15 euros a 30. Pero las cuentas no les seguían cuadrando a razón de que estarían infladas por los administradores.
Hubo cruce de palabras violentas y advertencias de denuncias desde ambos bandos. Ante la presión de los comensales para rectificar el pago, la cafetería emitió tres cuentas de cobro diferentes. Empezó cercana a los cinco millones de pesos y cerró en $ 4.500.000. Al final, cancelaron ese valor con malestar.
La familia paisa les advirtió a los meseros que iba a alertar en las redes sociales sobre este incidente para que los viajeros no cayeran en sus manos, pues consideran que fraguaron una “estafa” y se aprovecharon de ellos porque no dominaban los idiomas en los que estaba escrita la carta de servicios.
“No cabe duda de que creyeron que nosotros éramos unos bobos, pero no. Al final yo ya me estaba alterando mucho y el abuelo dijo que pagáramos eso. También cancelamos porque nos estaba cogiendo la tarde para tomar el tren. Ojalá hubiera sido un restaurante fino para uno pagar a gusto, pero era una cafetería”, señaló el hombre.
Agregó que estuvo caminando por las calles de España en establecimientos comerciales más lujosos y no se topó con cuentas de esa altura. En internet la historia ha generado estruendo, mientras unas personas aplauden el comportamiento de la familia, otros lo reprochan por no estar atentos.