Medellín
Venezolanos piden abrir las puertas del consulado en Medellín, estas son las razones
Las oficinas están cerradas desde el 2019 y acumulan una deuda superior a los 400 millones de pesos.
En el departamento de Antioquia hay más de 300.000 de venezolanos, de acuerdo con las cuentas de la colonia que los agrupa en Colombia. Buena parte de los migrantes no cuentan con la documentación requerida para circular en este país. Sin embargo, tienen la esperanza de resolver las deudas pendientes luego de la normalización diplomática.
Cumplir con las tarjetas necesarias para vivir en Colombia se convirtió en un calvario para ellos a razón de que no hay una oficina del gobierno de Nicolás Maduro que les avale la permanencia en el extranjero. En consecuencia, desde los pueblos de Antioquia salen caravanas enteras hacia la frontera para suplicar por un sello de migración.
Hasta 2019, esos trámites se realizaban en una casa ubicada en el barrio Belén de Medellín. En una infraestructura de dos pisos estaban las oficinas del consulado de Venezuela. Hasta allá llegaban las familias de ese país para resolver los problemas que tenían y solicitar los documentos para sostener su regularidad ante las autoridades.
Tras los problemas diplomáticos que se armaron en Caracas y Bogotá, los funcionarios de Maduro salieron corriendo del Valle de Aburrá en medio de los estruendos por las violaciones de los derechos humanos que se denunciaron desde las calles de Venezuela, cuyas víctimas se empezaron a regar por varias partes del mundo para huir de la crisis.
La casa de Venezuela en Medellín fue blanco de protestas durante muchas semanas. Hasta esa zona llegaron los migrantes buscando apoyo de los suyos. La bandera se mantuvo izada por cuatro años, mientras que los propietarios del inmueble luchaban en los estrados judiciales para recuperarla, blindada por la política internacional.
Se estima que la deuda que tiene la cancillería venezolana con los arrendatarios supera los 400 millones de pesos, pese al abandono al que está expuesta la residencia. En imágenes registradas en las redes sociales se ven vidrios rotos y parte de los elementos de las oficinas en mal estado. Eso podría cambiar en los próximos días con la llegada del nuevo embajador venezolano, Félix Plasencia.
El presidente de la Corporación Colonia Venezolana en Colombia, Arles Manuel Pereda Yepes, describió que el restablecimiento de las relaciones de ambos países fue bien recibido dentro de la comunidad migrante porque se continuarán resolviendo los problemas coyunturales, como el estatus de los nacionales.
“Nosotros lo vemos como una medida necesaria, dado que los servicios que no se están prestando son muchos de los que están sufriendo la población, como tema del pasaporte, renovación de pasaporte y registros de vida. Son muchas cosas que la población va a poder disfrutar”, señaló el vocero de los venezolanos en Medellín.
En la lista de beneficios también está la recuperación económica entre las dos naciones, dado que los puentes de exportación e importación se volverán a abrir. En las expectativas de los migrantes hay un aumento del empleo y la reposición del mercado privado, que se ausentó en los últimos años por la crisis que protagoniza el grupo de Nicolás Maduro.
Los impactos positivos también harían eco en las condiciones de vida que tienen hoy los migrantes en Antioquia. El consultado podría gestionar ante los gobiernos mejoras en el acceso a las necesidades básicas: salud, educación y alimentación, carencias sostenidas que ha alertado ante los organismos internacionales la Colonia.
Por otro lado, con base en la normalización de las embajadas en las próximas semanas, aumentaría el retorno de venezolanos hacia su territorio, y viceversa. No obstante, Arles Manuel Pereda Yepes anunció que, por cada diez que regresan, llegan otros cinco porque en ese país no están garantizados los servicios básicos para vivir.