En video: así burla la ley la olla del Bronx

La situación es insoportable para una parte de la comunidad que vive y trabaja en el centro de Bogotá, cerca al antiguo Bronx. Por semanas, los comerciantes han denunciado cómo los indigentes van de un lugar a otro intentando establecer espacios de consumo y distribución de drogas ilegales, y de esta manera mantener un negocio activo que llegó a mover 130 millones de pesos al día.

Tras las intervenciones en el ‘Bronx’, el ‘Samber’, ‘Cinco Huecos’ y otras zonas de consumo y distribución, los propietarios de negocios denuncian que existe un acuerdo tácito entre los habitantes de calle y las autoridades para que puedan ocupar algunas zonas de manera temporal.

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Así ha quedado en evidencia a lo largo de las últimas semanas cuando los vendedores de todo tipo de artículos, afectados por esta situación, han realizado protestas y exigido que se reubique a estas personas.

En definitiva se trata de una trashumancia de al menos 200 indigentes que –sin un lugar a dónde ir– ocupan por dos o tres días zonas del centro de la capital. Como se ve en el video de Semana.com, muchos mantienen la venta y el consumo de estupefacientes.

Esta vez son los comerciantes de la calle 12 con carrera 15, una zona de pequeñas bodegas de venta artículos de ferretería, los que en las últimas horas se han visto perjudicados. Incluso, se pusieron de acuerdo este martes y organizaron un mitin para sacarlos a la fuerza. Los habitantes de calle suelen llegar en la madrugada, instalarse y luego no moverse del lugar, a pesar de los operativos de la Policía que por momentos hace requisas.

Tal como lo pudo comprobar este portal, lo que se ve es una seguidilla de amenazas y agresiones por parte de los encargados de distribuir las drogas: “Está prohibido grabar videos o tomar fotos con celulares, nadie habla y se ordena cerrar negocios. Quien no cumpla puede perder su mercancía”, dice uno de los afectados.

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En la calle se ven los consumidores con las pipas de madera, que cargan con bazuco. Algunos jíbaros instalan pequeñas cajas en lugares específicos para vender las drogas, que distribuyen de manera rápida.

Aunque los ‘Sayayines’ ya no controlan los edificios en la zona, sí mantienen la vigilancia. Actúan de la misma forma que en las ollas que ocuparon antes de las intervenciones. Lo hacen con campaneros dotados de pitos, quienes los activan a la menor presencia de una persona ajena.

Los trabajadores y propietarios de negocios denuncian que si miran por una ventana, de inmediato son atacados con piedras. “Venga y me graba acá de frente”, gritan desde los lugares en que se acomodan.

Es cierto que la Policía ha realizado operativos. Sin embargo, los comerciantes señalan que los agentes tienen la orden de no intervenir mientras no exista un delito que se pueda comprobar. Un ferretero indignado que no quiso dar su nombre dijo que cuando llegaron los habitantes de calle y se instalaron en la entrada de su negocio, llamó a la Policía en repetidas oportunidades y la respuesta que le dieron fue que interpusiera “la denuncia en una estación”.

Qué dicen las autoridades

Conocida la denuncia de la nueva modalidad de venta de estupefacientes, Semana.com se comunicó con el secretario de Seguridad de Bogotá, Daniel Mejía, que dijo que conocía el desplazamiento de los habitantes de calle y que por ello han adelantado operativos para realizar capturas de expendedores y “Sayayines”. “Estamos detrás de golpear la olla grande, esta es una labor que sigue adelante”, argumentó el secretario.

Lo cierto es que las autoridades han recolectado información que les indica que quienes mueven el negocio de la venta de la droga les han dicho a los indigentes que en algún momento van a recuperar el Bronx y por eso les sugieren no moverse en esa zona.

“Sabemos de la preocupación de los comerciantes, estamos maniatados, el fallo de la Corte Constitucional protege los derechos de los habitantes de calle, pero quién protege los derechos de los comerciantes y niños que transitan por la zona”, dijo el secretario.

Este miércoles comenzará la primera fase de derribo de las primeras casas del Bronx, con lo que la Administración Distrital quiere dar un golpe simbólico. Sin embargo, está visto que esto es sólo una parte del problema.