Roberto Liévano, médico y voluntarioCómo a bordo de una ambulancia improvisada se convirtió en un héroe en el caos del 9 de abril de 1948.El viernes 9 de abril de 1948, Roberto Liévano tenía 20 años y estudiaba Medicina. Ese día, la ciudad “tranquila y acogedora” que recuerda se transformó. A la 1 y 30 de la tarde, tras asistir a una cátedra en el Hospital San Juan de Dios, se bajó de un tranvía y se topó con obreros borrachos que gritaban: “¡Mataron a Gaitán!”. Así entendió que el Bogotazo había comenzado. Al día siguiente, junto a un pariente, montó una ambulancia improvisada, fijó en la tapa del motor una sábana con una cruz roja cosida y empezó a ayudar “entre incendios, saqueos y disparos”. Atendió a militares heridos y también se unió a un grupo de voluntarias con las que recogió heridos entre los muertos del centro.Donde llegaba encontraba dolor, pero también los aplausos de la gente. Liévano, que vive hoy en Neiva y es presidente honorario de la Cruz Roja Colombiana (CRC), es el único voluntario del Bogotazo del que aún se tiene noticia. La labor de personas como él le sirvió a la CRC para impulsar la ley que permitió la creación del Socorro Nacional en 1949. Desde entonces, la organización tiene el mandato de atender calamidades públicas y asistir a poblaciones vulnerables o afectadas.Dirección del proyecto: Camilo Jiménez Santofimio / Producciónfotográfica: Juan Carlos Sierra (editor) y Daniel Reina / Videos: DiegoLlorente (editor), José Malagón, Andrés Barajas y Alex Guerrero /Dirección de Nuevos Medios: Juliana Rojas / Editor para dispositivosmóviles: Mauricio Quevedo / Reportería y producción: Martha Segrera yLaura Ballesteros / Redes sociales: Fabián Cristancho / Fotografía:Archivo Semana, Archivo Cruz Roja, AFP, AP.