Nación
Ibagué y el departamento del Tolima están en alerta naranja por las intensas lluvias
En el área urbana de Ibagué, el Cuerpo de Bomberos atendió varios llamados por inundaciones en parqueaderos.
Las fuertes precipitaciones registradas en Ibagué durante las últimas horas han hecho necesaria la declaratoria de la alerta naranja en la ciudad, donde se presentaron varias emergencias durante la noche de este miércoles 19 de octubre.
El secretario de Gobierno y alcalde encargado de la capital tolimense, Milton Restrepo Ruiz, dijo que esta decisión se tomó tras la realización del Comité Municipal de Gestión del Riesgo para tener una mayor capacidad de respuesta y acortar los tiempos de atención de las emergencias que puedan presentarse.
Tras el aguacero que empezó ayer a las 5 de la tarde, fue necesaria la presencia de los organismos de socorro en 29 inundaciones, gracias al trabajo articulado entre la Policía, el Ejército Nacional, la Cruz Roja, los Bomberos y la Defensa Civil, que estuvieron recorriendo los puntos afectados hasta las 3 de la mañana de hoy 20 de octubre.
Uno de los lugares que más ha sufrido con el invierno es el barrio Jardín Ciudad Blanca, donde se registraron 17 viviendas donde entró el agua y causó daños en muebles y enseres. Allí los vecinos se quejan porque desde hace más de 15 años les están solicitando a las diferentes administraciones que adelante obras efectivas para mejorar las graves deficiencias que tiene el sistema de alcantarillado, porque siempre que llueve copiosamente como ocurrió este miércoles, se terminan inundando sus hogares.
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También se quejan porque algunos habitantes de la parte alta de esta zona están levantando muros para desviar las aguas lluvias, lo cual termina ocasionándoles un gran perjuicio, pero la Alcaldía no interviene para controlar estas obras que se realizan sin ninguna clase de licencia.
Entre las emergencias ocurridas se destacan también la caída de árboles en la entrada al barrio Santa Helena que generó el taponamiento de la vía y la inundación de la rotonda del sector Las Margaritas, la cual debió ser intervenida por la Secretaría de Infraestructura de la ciudad.
Igualmente, se atendieron los deslizamientos en el barrio La Gaviota del sector Villa Candia, así como en las veredas Carrizales y La Belleza, además de la pérdida de la banca en la zona de Combeima, donde a finales del pasado mes de abril falleció un hombre de 58 años identificado como Jorge Orlando Castellanos, cuando un alud sepultó la vivienda en la cual habitaba.
En el área urbana de Ibagué, el Cuerpo de Bomberos atendió varios llamados por inundaciones en parqueaderos, como fue el caso del edificio Teruel en la calle 67 con carrera 5 y el edificio Ferro. Algo similar sucedió en tres viviendas del barrio Tierra Firme y en las instituciones educativas Celmira Huertas, Alberto Santofimio Caicedo y Fernando Villalobos.
Otros lugares de la ciudad que resultaron afectados y en los que se coordina la atención a las personas damnificadas por parte de la Secretaría de Salud, son la calle 21 entre carreras 3 y 4, la calle 23 con carreras 13 y 14, la Clínica Nuestra, los barrios Cádiz, Jardín Bajo, Calarcá, Macadamia, El Jordán y la hacienda Piedra Pintada. A pesar de la fuerte tormenta, la empresa Celsia reportó que no hubo interrupciones en el suministro de energía eléctrica, ni tampoco se suspendió el alumbrado público, de acuerdo con Infibagué.
Por su parte, la Gobernación del Tolima, que ya había declarado la alerta naranja, adelanta acciones de ayuda humanitaria en la vereda Chenche Balsillas del municipio de Coyaima, al igual que en Ibagué, Chaparral y Villahermosa. También en Ortega, donde el desbordamiento del río ocasionó pérdidas en 42 viviendas y dejó pérdidas millonarias a 47 habitantes del casco urbano en los barrios Los Alpes, El Prado, Juan XXIII, La Vega, Villahermosa y La Esperanza.
La directora de Gestión del Riesgo del Tolima, Andrea Mayorquín Perdomo, indicó que se adelanta un trabajo articulado con los comités locales, las alcaldías municipales, las autoridades y los organismos de socorro para monitorear las fuentes hídricas y las zonas más vulnerables por las lluvias intensas.
Pidió a las personas evitar los tradicionales paseos de olla durante esta época, realizar viajes entre poblaciones o veredas ubicadas en la zona de cordillera, especialmente durante la noche, y estar atentos a cualquier cambio en su entorno, como inclinación de árboles, muros, postes o subidas repentinas en el nivel de las aguas, los cuales deben ser comunicados de inmediato a las autoridades.