NACIÓN
Comedor comunitario tiene en jaque la seguridad de un colegio en Valledupar
Habitantes de calle han comenzado a ocupar los andenes del colegio, precisamente en la entrada de la institución.
En graves apuros se encuentran las instalaciones Colegio Nacional Loperena, los docentes y los estudiantes por la presencia desmedida de habitantes de calle que han comenzado a utilizar los alrededores de la institución como su espacio para dormir, y hasta hacer sus necesidades.
Lo anterior debido a que en la zona se ha dispuesto en la iglesia católica Las Tres Aves María un comedor comunitario para que los habitantes de calle reciban los alimentos.
Desde las directivas de la institución Gonzalo Quiroz, el rector ha dicho la situación ha pasado a ser un problema de salud pública que debe ser solucionada ya por las autoridades de la ciudad, además de la inseguridad que se ha incrementado en la zona, por las peleas y disputas que los mismos habitantes de calle fomentan.
Otro punto que reveló el director es que también el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar está integrado al proyecto para los habitantes de calle, y tampoco ha planteado soluciones.
“Mientras le sigan dando la comida y no haya programas de rehabilitación se va a seguir presentando lo mismo. El Bienestar Familiar tampoco ha hecho nada sabiendo que hay aquí menores de edad y que el derecho de ellos prima sobre el derecho de esos adultos consumidores”, indicó el rector Quiroz.
Por su parte la Secretaría de Salud Municipal informó que ya realizaron una reunión con diferentes actores como Secretaría de Gobierno, la Policía Nacional, Gestión Social y otras a fin de buscar una pronta salida.
Otra denuncia
Conmoción e indignación en Valledupar luego que se conocieran denuncias que resultarían difíciles de creer, por más que se escuchen una y otra vez. Y es que no es común ver que padres de familia permitan que sus pequeños hijos sean empleados para el beneficio personal de individuos a cambio de remuneración.
El caso es que la oficina del Sisbén de la capital del Cesar alzó la voz en contra de ciertas irregularidades en el proceso de ingreso a las citas por parte de los usuarios. Mientras que en la ciudad está vigente el pico y cédula para la asignación de la atención, los ciudadanos buscaron maneras escalofriantes de evadir los filtros, accediendo antes de lo concedido por el ente público.
Resulta que como los menores de edad son prioridad por ley, algunos inescrupulosos solicitaron a padres de familia que le “prestaran” sus pequeños a fin de presentarse con estos en sus brazos y así poder ser atendidos sin dificultades y más rápido de lo determinado inicialmente.
Antes, era solicitado pagar un formulario para presentarse con un menor en las oficinas del Sisbén. No obstante, este ya no es requerido. “No deben pagar por diligenciar un formulario que ya no se pide, los usuarios solo deben traer fotocopia del documento de identidad de los menores y su grupo familiar, en caso de que la crianza de estos niños esté a cargo de abuelas, tías u otro familiar, es indispensable adjuntar la custodia del Bienestar Familiar que esta persona tenga del menor”, indicó Cecilia Castro, jefa de la oficina asesora de Planeación.
Aun así, los usuarios buscaron la manera de ‘colarse’ con bebés alquilados sin que las autoridades den cuenta de la falsedad de la relación entre el atendido y el menor.
Con esto, el llamado de atención del Sisbén es de respetar los horarios de atención y la programación de citas. Asimismo, recordaron a la comunidad en Valledupar sobre la disponibilidad de personal que les ayudará, de manera legal, a resolver las querellas relacionadas con ingresos, actualizaciones, inclusiones, inconsistencias y otros. En la ciudad son atendidas alrededor de 250 personas diariamente.
Por otra parte, otra de las estrategias empleadas por los usuarios en Valledupar para facilitar sus diligencias, entre esas algunas asociadas con el Sisbén, es la de pedirle a adultos mayores que hagan por ellos filas y otros procedimientos. Dado que esta población también es considerada prioridad, se ha creado todo un negocio alrededor.
Informaciones locales aseguran que personas de la tercera edad pueden estar cobrando de 100.000 a 120.000 por oficio a realizar.