Valledupar
Fin al misterio: toman decisión sobre el cadáver de Luis Alfredo Garavito
La Personería de Valledupar entregó detalles de la disposición que se le dará al cadáver de Garavito.
El peor asesino serial de la historia de Colombia, Luis Alfredo Garavito, murió el pasado 12 de octubre mientras pagaba una condena en Valledupar. Tras 15 días del fallecimiento, las autoridades tomaron una decisión sobre la disposición del cadáver.
Inicialmente, los restos fueron trasladados al Instituto Nacional de Medicina Legal para practicarle un examen detallado en el que se pudieran confirmar las causas del fallecimiento; todo apuntaría a que fue producto de sus enfermedades.
Los allegados arribaron a este lugar para reclamar el cuerpo con el propósito de darle sepultura en Quindío, la tierra de “La Bestia”. Sin embargo, la Fiscalía General de la Nación se negó a entregarlo porque no pudieron certificar el parentesco.
Ellos retornaron hacia el Eje Cafetero, recogieron las pruebas para poder enterrar a Garavito y ya recibieron el visto bueno del ente de investigación. Así lo confirmó el personero de Valledupar, Silvio Cuello Chinchilla, en entrevista con SEMANA.
“Los familiares demostraron a plenitud el tema y mandaron un poder donde está plasmado que le solicitan al señor fiscal que haga entrega del cuerpo a la primera autoridad del municipio, el alcalde, para que lo reciba”, dijo el funcionario.
En el documento también quedó expresado que él está autorizado para adelantar la cremación de los restos dado que no están dispuestos a recibir en ‘cuerpo presente’ por circunstancias desconocidas y, además, por el alto grado de descomposición.
Este procedimiento será patrocinado por el mandatario local y está avaluado en $2.900.000. En el papel se aclaró el punto al que debe enviar el baúl con las cenizas, donde le harán la despedida al que fue uno de los hombres más temidos del país.
El personero aclaró que esto podría darse entre el fin de semana y el lunes, pero anticipó que una comisión del Ministerio Público debe hacer presencia en el lugar para vigilar que todo se haga con apego a la Constitución.
“La Personería debe estar presente en dicha entrega para corroborar toda la cremación y se compruebe que, efectivamente, se hace la voluntad de los familiares. Como eso llegó el viernes tarde, me imagino que el lunes se hará”, agregó Cuello.
Garavito nació en Génova, Quindío, en enero de 1957 y su primer crimen fue cometido en 1992 en Jamundí, Valle del Cauca. Después de esto no se detuvo hasta su captura el 22 de abril de 1999. En ese momento confesó con frialdad cómo cometía los aberrantes crímenes.
“La primera vez fue en el año 92, en Jamundí. No sé quién era el niño, él pasó y yo estaba tomando cerveza en un bar. Me lo llevé cerquita de ahí, del pueblo, lo acaricié y luego lo maté. Al otro día me sentía bien, pero al mirar que la ropa mía estaba sangrada, me dije: Dios mío, qué fue lo que hice. Y me puse a llorar. A los tres días apareció en la prensa y me sentí muy mal”, confesó Garavito después de su captura, en una indagatoria que duró más de diez horas.
Quienes conocieron a Garavito testificaron que se trataba de un hombre iracundo, agresivo y borracho. A Karina, hermana de uno de los más de 200 niños violados y asesinados, la marcó para siempre la confesión de Garavito en la que daba detalles de la violación, tortura y homicidio de su hermano.
“Las declaraciones de él, acordarse de todo, cómo lo hizo, por lo menos en el caso de mi hermano, cómo lo cortejaba, cómo lo engañó, cómo lo mató. Es una persona que yo digo: Dios mío, ¿con qué mente lo hizo? ¿Cómo es capaz de acordarse? Cuando nos dieron lo que él relató, se acordaba de que a mi hermano le decían Panqueso y de todas sus características, de la cicatriz que tenía, eso me impactó”, contó la mujer.