Habla familia de pastores asesinados en Aguachica: revela misteriosas llamadas antes del crimen y le envía mensaje a Petro

Colombia no sale del asombro por la masacre de una familia cristiana en un restaurante de Aguachica, Cesar, el pasado 29 de diciembre. La Policía Nacional ya estableció que los autores materiales del crimen son dos hombres que se movilizaban en una motocicleta y ofrecieron 50 millones de pesos de recompensa por su ubicación.

En diálogo con SEMANA, los allegados de las víctimas hablaron de lo ocurrido, manifestaron que una de ellas fue contactada en su teléfono por desconocidos y le pidieron al presidente Gustavo Petro que ponga los ojos sobre lo que está pasando en la población.

Marlon y Yorley eran los líderes del hogar. A muy temprana edad, el hombre se fijó el objetivo de dedicarles su vida a Dios y su esposa, quien hasta hace poco fue docente de básica primaria. Su hija, Ángela, estudió comunicación social y se desempeñó como jefa de prensa de la empresa de servicios públicos de Aguachica. El más pequeño de la casa, Santiago, es estudiante de ingeniería de sistemas.

Los cuatro fueron atacados a disparos mientras almorzaban después del culto dominical. Marlon, Yorley y Ángela murieron al instante, mientras que el joven de 19 años sigue luchando por su vida, bajo pronóstico reservado, en un centro médico de la localidad.

Nilson Hernández es el personero del pueblo y primo de los Lora Rincón. En medio del dolor que embarga a su familia, pidió que el país lleve en la memoria a sus seres queridos como personas amorosas y entregadas a Dios:

“Yo quiero que los recuerden como una familia unida. Fue tanta la unidad que tuvieron, que Dios decidió llevárselos. Esperemos que Dios tome la decisión sobre la vida de Santiago. Angelita fue una niña criada en el evangelio, una niña que irradiaba luz donde llegara. El papá era una persona muy tranquila, muy dada al servicio con la comunidad. La última vez que yo los vi fue el 24 de diciembre”.

En la tarde de ese martes, Hernández se encontró con las víctimas y juntos reunieron a 30 menores para entregarles un regalo. El 29 de diciembre volvió a saber de ellos: fueron baleados al interior de un establecimiento.

“Estamos en shock. Es algo que no nos esperábamos. Es algo que nos toma por sorpresa, más por el tipo de personas que ellos eran: una familia amorosa, reflejaban lo que es el amor cristiano, el amor de Dios. Hay muchas hipótesis, que pudo haber sido una equivocación, que de pronto habrían recibido amenazas; pero yo, la verdad, desconozco si Marlon o su esposa recibieron amenazas”, agregó Hernández.

De lo que sí tiene certeza es de dos llamadas misteriosas que le hicieron a Ángela. Ella misma le mostró inquietud: “Me manifiesta: ‘primo, me hicieron una llamada’. Lo que yo hago es: prima, no te preocupes, dame el número. Como a mí en días anteriores me habían llamado y las personas del Gaula me había dicho ‘personero, es que resulta y pasa que unas personas compraron un lote de sim y las metieron a la cárcel, entonces desde allá están haciendo las llamadas’”, a él le suministraron los números del lote y verificó que la comunicación que le hicieron a la joven, aparentemente, fue desde una prisión”.

La mujer estaba intranquila porque un sujeto desconocido accedió a su información personal y a su dirección. En ese momento, el primo trató de darle tranquilidad: “Mi pregunta fue: ¿tienes Cámara de Comercio?, me dijo ‘sí, yo la acabo de sacar’. Ahí es donde ella me da tranquilidad y yo le digo que de ahí es donde te están molestando, porque acabas de sacar Cámara de Comercio, un documento público”.

Sin embargo, la llamada se repitió, esta vez desde un número oculto. Ella volvió a abordar al personero y él le recomendó acudir a la Policía Nacional para descartar cualquier incidente.

En medio de las investigaciones, las autoridades no encontraron ningún tipo de denuncia o alerta sobre intimidaciones. El que sí ha informado sobre amenazas es Nilson Hernández, desde que llegó a la agencia del Ministerio Público: “Yo en estos momentos tengo cinco amenazas de personas indeterminadas. Me han gritado cosas, me han enviado mensajes de textos, me han mostrado armas. Acá seguimos en pie de lucha. Yo, como personero, hago responsable a la Unidad Nacional de Protección de si algo a mí me sucede o a algún miembro de mi núcleo familiar. Hoy fueron unos familiares, que yo creo que no tienen nada que ver con este entorno en el que yo me muevo”.

Finalmente, él les envió un mensaje al Gobierno nacional y al presidente Gustavo Petro: “Pongan los ojos en el municipio de Aguachica. Aguachica es un municipio al sur del departamento del Cesar que, en este momento, está sitiado por la violencia. Aguachica es un municipio de gente honrada y trabajadora que, lastimosamente, tiene miedo de salir a la calle. Aguachica tiene un temor y una tristeza en sus habitantes que se logra ver a simple vista por estos sucesos. Necesitamos que el Gobierno nacional aumente el pie de fuerza en el municipio”.