NACIÓN
Atención: rescatan en Cesar a ganadero secuestrado en el Catatumbo. Así lo encontraron
El hombre fue secuestrado en Norte de Santander y fue rescatado en una vereda del departamento de Cesar.
En una operación conjunta entre la Policía Nacional y el Ejército Nacional fue rescatado el ganadero Luis Alfonso Torres, quien había sido secuestrado el pasado 5 de julio en su finca. La víctima fue encontrada con cadenas atadas a su cuello.
Según la versión oficial de los hechos, el ganadero fue secuestrado en la vereda La Labranza, en Abrego, Norte de Santander, y tras tres días de cautiverio fue rescatado en la vereda Jesús de Belén, en el municipio de San Alberto, departamento de Cesar.
El secuestro del ganadero de 54 años se perpetró por hombres armados que llegaron hasta su finca y lo sacaron de allí bajo amenazas, lo encadenaron a la altura del cuello y lo hicieron caminar por zonas enmontadas por largas distancias para evitar ser encontrados por las autoridades.
Las investigaciones tras el rescate continúan y, al parecer, el secuestro habría sido con fines extorsivos, y es que este crimen en el sur del departamento del Cesar se ha convertido en la principal fuente de financiamiento de grupos armados ilegales. Cada vez son más los casos de personas secuestradas, la mayoría de ellos, ganaderos, palmicultores y comerciantes.
La historia de un secuestrado liberado
A Norte de Santander viajaron representantes de la Iglesia católica y de la Defensoría del Pueblo para facilitar la liberación del adulto mayor Heriberto Urbina, quien había sido retenido por un grupo armado ilegal en Curumaní, también en el departamento del Cesar, el pasado 24 de abril y que se volvió la historia de un secuestro lamentable porque la víctima tenía 86 años, convirtiéndose en el hombre más viejo en estar en poder de un grupo ilegal armado.
Urbina llevaba cerca de mes y medio en manos de sus captores. Pudo haber sido la persona con mayor edad en cautiverio en el mundo, según señala en un comunicado la Defensoría del Pueblo, lo que a todas luces se constituyó como una clara violación a sus derechos y una flagrante infracción al Derecho Internacional Humanitario.
“Saludamos con complacencia el regreso a la libertad del señor Urbina y el hecho de que pueda retornar al seno de su hogar, sano y salvo, luego de que fuera entregado a la misión humanitaria en la región del Catatumbo”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
De igual manera, indicó que la entidad mantendrá abiertos sus canales humanitarios y sus equipos dispuestos en todos los territorios de la geografía nacional para que las personas privadas de la libertad por los grupos al margen de la ley en Colombia puedan retornar, también con su integridad salvaguardada, a sus hogares y actividades cotidianas.
Heriberto Urbina Lacouture siempre ha sido un hombre de campo. Desde la adolescencia, recuerdan quienes lo conocen, aprendió a levantarse mucho antes de los primeros soles del día para ordeñar vacas y agitar el azadón sobre las tierras de San Juan del Cesar, en La Guajira, un pueblo que se levanta entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía del Perijá, y donde él nació hace ya 86 años.
Una zona de la que nunca quiso irse. Don Heriberto hizo del Cesar y La Guajira su patria. Fue allí donde aprendió a levantarse a las 5:00 a. m. y donde se hizo campesino y luego ganadero.
Es que no tuvo otra elección: la tragedia lo alcanzó muy joven, con apenas 15 años. Su padre murió tempranamente y, sin otra herencia distinta que el trabajo duro y unas pocas vacas, se marchó para buscar tiempos mejores a La Jagua de Ibirico, donde un pariente le enseñaría a sembrar arroz, uno de los cultivos más prósperos de la época. Con el tiempo, también se le mediría a la palma de cera.