Estados Unidos

Estados Unidos lanzó un misil balístico intercontinental para demostrar su capacidad de disuasión segura

El ensayo se realizó en horas de la mañana de este miércoles 7 de septiembre.

7 de septiembre de 2022
Los países aliados siguen apoyando con armamento a Ucrania
Estados Unidos continúa con sus pruebas de misiles balísticos intercontinental. | Foto: Getty Images / Anton Petrus

Estados Unidos lanzó, a primera hora de este miércoles 7 de septiembre desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, ubicada en California, un misil balístico intercontinental, que hace parte de sus ensayos rutinarios destinados a demostrar que la disuasión nuclear del país norteamericano es segura.

El lanzamiento del misil Minuteman III (ICBM), se realizó sobre la 1:13 a. m. (hora local) con el propósito de validar y verificar la “efectividad, la preparación y la precisión” del sistema de armas de Estados Unidos, explicó la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg.

De igual manera, Washington le transmitió a Rusia “por adelantado” sobre el lanzamiento del misil, de conformidad con el nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), un acuerdo entre ambas naciones que sigue vigente debido a una prórroga firmada en 2021.

Por su parte, Pat Ryder, general de la Brigada de la Fuerza Aérea estadounidense, informó en una rueda de prensa del Pentágono que el ensayo se realizaría para demostrar la preparación de Estados Unidos con respecto a las fuerzas nucleares”.

Cabe mencionar que Estados Unidos llevó a cabo el pasado 16 de agosto un test con el mismo misil, debido a la escalada de tensiones con China, por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán.

Exjefes del Pentágono temen por relaciones entre civiles y militares

Un grupo de exjefes del Pentágono expresó el pasado martes 6 de septiembre su preocupación por el riesgo de deterioro de las relaciones entre civiles y militares en Estados Unidos.

“Estamos en un clima civil-militar extremadamente complejo”, advirtieron en una carta abierta ocho exministros de Defensa y cinco exjefes de Estado Mayor, antes de enumerar 16 principios que deben guiar las relaciones entre militares y población civil.

“Políticamente, los militares profesionales enfrentan un ambiente extremadamente adverso caracterizado por las divisiones de una polarización que culminó en la primera elección en más de un siglo, cuando la pacífica transferencia del poder político fue perturbada y puesta en duda”, dijeron.

“Todos estos factores corren el riesgo de agravarse antes de que las cosas se calmen”, advierten los exsecretarios de Defensa, entre los que se encuentran el republicano Bob Gates o el demócrata Leon Panetta, así como dos de Donald Trump, Jim Mattis y Mark Esper, destituidos por haberse opuesto al expresidente republicano.

Trump fue acusado de politizar el Ejército estadounidense al desplegar soldados en la frontera mexicana, para ayudar a detener a los migrantes que trataban de entrar ilegalmente a Estados Unidos. Pero también recurrió a los militares para operaciones de mantenimiento del orden durante las manifestaciones antirracistas de 2020.

En una de esas ocasiones fue dispersada de manera violenta una manifestación cerca de la Casa Blanca, para que Trump se pudiera fotografiar con una biblia en la mano frente a una iglesia. El jefe de Estado Mayor, general Mark Milley, fue filmado en uniforme detrás de Trump, lo que lamentó públicamente unos días más tarde.

Por su parte, el presidente Joe Biden fue criticado por el retiro caótico de Afganistán el año pasado, que dejó un sabor amargo para muchos militares, y más recientemente por haber pronunciado un discurso muy crítico hacia su antecesor con dos marines a su lado.

Los exjefes del Pentágono señalan en el documento publicado por el sitio especializado War on the Rocks que los militares deben aceptar las órdenes de civiles, aunque no estén de acuerdo, pero las órdenes deben ser legales.

“Cualquiera que sea el proceso, los más altos responsables políticos y militares tienen como responsabilidad asegurarse de que las órdenes que reciben del presidente son legales”, escribieron, exigiendo también a los civiles “asumir las responsabilidades” de las órdenes que imparten.