Estados Unidos también iza sus banderas a media asta en señal de luto por la muerte de Isabel II

En medio de la consternación mundial derivada de la noticia del triste deceso de la reina Isabel II, la más longeva y duradera en la historia de todo el Reino Unido, las reacciones por parte de ciudadanos, figuras de la farándula y líderes políticos no se han hecho esperar, en una ola de saludos y pronunciamientos sin fin.

En el marco de dichos pronunciamientos, y como parte del duelo que comparte Estados Unidos con el Reino Unido por la muerte de la reina Isabel II, el mandatario de ese país, Joe Biden, ordenó, en señal de luto, que la bandera que ondea en las instalaciones de la Casa Blanca, sede de Gobierno de su país, así como en otras instituciones públicas, sea izada a media hasta en señal de duelo por la partida de la líder mundial.

Si bien el Reino Unido ya decretó 10 días de duelo, establecidos incluso por la misma reina en el llamado protocolo del Puente de Londres, referido a sus honras fúnebres, la orden de Biden sobre las banderas a media asta, también se extenderá por el tiempo previsto, entre el día del deceso de la reina, y el día de su funeral de Estado, el cual está previsto para dentro de 10 días.

Lo anterior significa que, al igual que en la Casa Blanca, la bandera estadounidense ondeará a media asta, en las sedes de los organismos federales, las bases militares, las embajadas estadounidenses en el mundo, oficinas consulares, buques, entre otras, hasta el próximo 17 de septiembre.

Adicional a la orden emitida, en señal de duelo, por Biden, en el caso del Capitolio de Estados Unidos, en Washington, sede del Senado y la Cámara de Representantes de ese país, también fue dispuesto adherirse a la señal de luto, luego de la orden emitida por la representante demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara.

De igual modo, se prevé que el próximo martes, fecha en la que el Congreso de Estados Unidos retome sus actividades, tras un periodo de vacaciones, se presente una moción para la aprobación de un comunicado o pronunciamiento público, en el que la corporación presente sus respetos y saludo de condolencia a la familia real británica y a todo el pueblo del Reino Unido.

Sobre la orden de izar las bandera a media asta en Estados Unidos en señal de duelo por la muerte de la monarca británica, medios internacionales han evocado la acción que en 1952 realizó el Gobierno estadounidense para manifestar sus respetos por la muerte del rey Jorge VI; padre de la reina Isabel II, ocasión en la que las banderas también estuvieron izadas a la mitad en señal de luto.

Tras el deceso de la reina, el trono de la corona británica fue asumido por el otrora príncipe Carlos de Gales, hijo mayor de la reina Isabel, y primero en la línea de sucesión, quien ya anunció, en medio de la tristesa que enluta a su familia, que asumirá el poder bajo el nombre de Carlos III.

Se espera que, al igual que sucedió a mediados del siglo pasado en el relevo en la corona, la ceremonia de coronación de Carlos III, tengan lugar pasados algunos meses desde los funerales de la reina Isabel II. Dicha ceremonia también supondrá el comienzo del cambio paulatino de algunos elementos de la vida británica, tales como su papel moneda, estampillas, pasaportes, e incluso los uniformes policiales, en tanto estos poseen como insignia la efigie de la ahora fallecida reina.

De igual modo, el himno del Reino Unido deberá ser modificado nuevamente, para corregir el “Dios salve a la reina”, por la expresión, “Dios salve al rey”.

Sobre la muerte de la reina Isabel, ocurrido esta tarde en su casa de Balmoral, expertos advierten que, dada la importancia o símbolo de su figura, en la política interna y externa del país, el funeral de Estado sea uno de los más concurridos en la historia mundial.

Lo anterior va en concordancia con lo afirmado por Joe Biden, presidente de Estados Unidos al respecto del fallecimiento de la líder mundial, advirtiendo que “su majestad la reina Elizabeth II fue más que una monarca. Ella definió una era”.

En su comunicado, Biden también se refirió a la fallecida monarca como “mujer de estado de una dignidad y constancia inigualables que profundizó los cimientos de la alianza entre el Reino Unido y Estados Unidos. Ella ayudó a hacer que nuestra relación fuera especial”.