Estados Unidos
La clave del éxito de un hombre que, paseando perros, gana cerca de 40 millones de pesos colombianos
Uno de los grandes secretos del hombre, quien trabaja en Long Island, es su perseverancia, lo que le permitió posicionar su servicio después de cerca de 20 años de trabajo en el sector.
En medio de la crisis económica que se vive en diversos países por cuenta de la coyuntura internacional, lo que ha impulsado a miles de personas a buscar en trabajos no convencionales la forma de lograr salir avante, también se conocen historias de personas que han encontrado en ello, la transformación total de su vida, e incluso, el inimaginable éxito laboral, gracias a su constancia y empeño para lograr posicionar su servicio y darle un gran valor.
Precisamente ese es el caso de Ryan Stewart, un ciudadano en Estados Unidos, cuya historia ha sido exaltada por los medios de su país, por el éxito que ha alcanzado con un negocio que brinda un sencillo servicio a sus clientes, pero que le ha representado un importante marco de ganancias: pasear perros.
Si bien es un servicio que muchas personas han comenzado a ofrecer desde hace varios años en el mundo, el caso de Stewart, refleja importantes réditos en su constancia, pues, según la historia recogida por medios locales en Estados Unidos, este hombre alcanza a ganar un sueldo equivalente a 40 millones de pesos colombianos al mes.
Según explicó el hombre, la constancia, y la toma de amor por el oficio hicieron que este pasara de ser visto para él como un oficio ‘temporal’, a convertirse en la base de su economía, gracias a la confianza que logró ganarse en los tenedores de perros, lo que además de lograr la fidelización de sus clientes, le permitió que estos comenzaran a referirlo, para lograr alcanzar un importante número de servicios que lo posicionaran en el mercado.
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De acuerdo con el paseador de perros ‘millonario’, comenzó en el negocio aproximadamente en 2002, y aún hoy, 20 años después, se sigue dedicando a lo mismo en el sector de Long Island, Estados Unidos.
Aunque para algunos, el pasear perros, y recoger las necesidades fisiológicas de estos puede resultar aburrido, e ‘indigno’, Stewart ha encontrado placer en ello, logrando facturar cerca de 80 dólares por cada hora de trabajo, afirmando que en cada jornada procura no movilizarse con más de cuatro perros, para lograr prestar un buen servicio, dedicar amor a los caninos, y lograr que el servicio sea de calidad y el reconocimiento de sus clientes.
La persistencia del hombre también es parte de su éxito, pues revela que trabaja con caminatas de una hora, las cuales reparte entre las 11:00 a.m. y las 6:00 p.m., advirtiendo que sus ganancias podrían ser aún mayores si optara por ampliar sus horarios, e incluso, si decidiera trabajar los fines de semana; dando a entender que su trabajo, actualmente, solo comprende de lunes a viernes.
Atendido por su propietario
En cuanto al funcionamiento de su negocio, este afirma que ha crecido solamente lo ‘necesario’ advirtiendo que actualmente quien realiza las labores de paseo de los perros es él, en compañía de otros dos empleados de su empresa, admitiendo que, dados los réditos que se han evidenciado, podría haber contratado a más personas con el fin de maximizar aún más sus ganancias, sin embargo, admite que él disfruta de atender su negocio, y que su presencia da confianza a sus clientes.
En ese mismo sentido, el paseador advierte que parte de su éxito está dado precisamente por ser él mismo quien en la mayoría de veces presta el servicio, reconociendo que prefiere manejar perros antes que personal.
El secreto de su negocio, admite, también se deriva del amor que le tomó a este, advirtiendo que la actitud con la que se emprende la función, es determinante, más aún, teniendo en cuenta que su negocio se basa en largas caminatas marcadas por el cuidado y atención que requieren los perros, y por la disposición a encargarse de los desechos de los caninos.
En ese mismo sentido, el ‘empresario’, advierte que más allá de ello, también está su toque personal, el cual decidió no revelar, acusando que ‘es su secreto profesional’.