Estados Unidos
Las muertes por cáncer continúan disminuyendo en Estados Unidos, pero siguen aumentando los diagnósticos
Se han salvado más de 3.8 millones de personas con cáncer en poco más de 30 años.
Este 12 de enero, la Sociedad Estadounidense del Cáncer emitió su más reciente informe, en el que revelan cifras alentadoras con respecto a la mortalidad por esta enfermedad en el país norteamericano, y aunque ha venido disminuyendo lentamente las muertes, desde 1991 no hay alzas en las métricas.
Pues bien, el artículo publicado por la organización estadounidense indicó que desde el año mencionado se ha disminuido en un 33 % la mortalidad, lo que significa que durante los últimos años se han salvado 3.8 millones de personas con cáncer, una situación que fue calificada como “realmente formidable”, por la directora ejecutiva de la Sociedad, Karen Knudsen, quien se refirió a la noticia a través de un comunicado.
“Nuevas revelaciones en la prevención, la detección temprana y el tratamiento han resultado en una verdadera y significativa mejora para los pacientes que padecen una de las 200 enfermedades que llamamos cáncer”, agregó la alta funcionaria, recalcando los logros alcanzados en las últimas décadas.
Según reveló el informe de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, entre 2019 y 2020 la mortalidad por cáncer bajó un 1.5 %, siendo este la última cifra recopilada en el análisis, y se recalcó que aunque las muertes han venido disminuyendo, el diagnóstico de algunos tipos de cánceres han aumentado.
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“Aunque las tasas de mortalidad por cáncer continúan disminuyendo, el progreso futuro puede verse atenuado por el aumento de la incidencia de cánceres de mama, próstata y cuerpo uterino, que también tienen las mayores disparidades raciales en mortalidad”, indicaron en el análisis.
Y se agregó: “En 2023, se proyecta que ocurran 1,958,310 nuevos casos de cáncer y 609,820 muertes por cáncer en los Estados Unidos.”, dando indicios sobre lo que se espera para este nuevo año en cuanto a este tipo de afectaciones a la salud, augurando casi 2 millones de personas más enfermas con algún tipo de cáncer, y un poco más de medio millón de fallecidos.
Consumo excesivo de carne aumenta el riesgo de este cáncer
Un comunicado de prensa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de un estudio de 22 expertos, señala que el consumo de carne roja incrementa los riesgos de padecer enfermedades cancerígenas.
“Los tipos de cáncer más comunes son los de mama, pulmón, colon y recto y próstata”, precisa la entidad; incluso el informe menciona que “cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18 %”.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dice que “cada año se producen en la región más de 240.000 nuevos casos y aproximadamente 112.000 muertes debidas a esta enfermedad”.
Es importante aclarar que el comunicado cuando se refiere a carne roja lo hace mencionando los músculos de animales mamíferos, como la res, el caballo o la ternera, por ejemplo.
No obstante, la procesada hace alusión a la carne que pasa por un tratamiento de ahumado, sazonado, conservación o fermentación como las salchichas y el jamón.
Es relevante anunciar que el desarrollo de cáncer no solo se da por una dieta rica en carne roja, sino que tiene factores asociados como el consumo de alcohol, tabaco, inactividad física, entre otros, que provoca la proliferación de células malignas en el cuerpo.
Para prevenir o reducir alguna enfermedad es importante consultar con un profesional de la salud, que determinará el plan de alimentación adecuado según la condición de una persona.
La European Food Information Council (EUFIC) asegura que para esto se puede incorporar una dieta que no restrinja necesariamente este tipo de proteína, sino que reduzca su consumo como lo hace la dieta mediterránea.
El estudio “Dieta mediterránea y sus efectos benéficos en la prevención de la enfermedad de Alzheimer”, liderado por Arnoldo Miranda, Carolina Gómez-Gaete y Sigrid Mennickent, explica que en los años sesenta, quienes vivían cerca del Mar Mediterráneo mostraban índices bajos de enfermedades cardiovasculares, por lo que se asoció con la alimentación y su estilo de vida.