Estados Unidos
Mujer fingió un secuestro para pasar unos días de pasión con su expareja en EE. UU.
La mujer ahora deberá pagar una pena carcelaria debido a que su caso suscitó un despliegue de cuerpos de investigación e incluso el pago de una indemnización por 30 mil dólares.
El amor muchas veces lleva a los seres humanos a cometer lo que algunos denominan ‘locuras’; no obstante, en el caso de Sherri Papini, una habitante de Estados Unidos, sus acciones llegaron a un nivel que fue considerado como ‘delito’ por la justicia de su país, en tanto la gravedad de las acciones adelantadas para pasar unos días con su expareja, refirieron el estallido de un gran escándalo en el estado de California, refiriendo daños no solo para ella, sino también para algunos de sus seres más queridos: su familia.
El hecho en cuestión ocurrió en 2016, cuando la mujer señaló haber sido víctima de un secuestro, para justificar el tiempo que se le ‘perdió’ a su esposo y sus hijos; no obstante, algunos datos que despertaron la sospecha de las autoridades condujeron a que su caso fuera estudiado más a fondo, y 6 años después saliera a la luz su gran mentira. Se había tratado de una farsa, con la que la mujer prefirió unos días de pasión, a su imagen pública, sus hijos, su familia e incluso su comunidad.
El hecho, recogido por medios internacionales ocurrió cuando Sherri Papini, en su momento de 40 años, decidió pasar unos días en compañía de su expareja, desapareciendo totalmente del mapa de todos sus seres queridos, sobre todo de su esposo y sus dos hijos, por lo que, a su regreso a la ‘normalidad’, y para justificar su desaparición, en momentos en que las autoridades ya habían desplegado su búsqueda, y para que su pareja no sospechara la verdad, decidió fingir que había sido víctima de un secuestro.
Si bien en comienzo su mentira se había hecho creíble gracias a algunas lesiones autoinfligidas, y a dejarse hallar sola y ‘abandonada’ en un lugar a 200 kilómetros de su casa, la investigación que se desprendió de los datos entregados por la mujer sobre su rapto permitió descubrir la ‘gran mentira’.
En el momento en que la mujer, oriunda de la población de Shasta, California, se dejó hallar de las autoridades mientras fingió su secuestro, esta apareció marcada con un hierro caliente, visiblemente golpeada, y afirmando que había sido objeto de un rapto por parte de dos mujeres latinas que la habían mantenido encerrada en un clóset.
El hecho, que despertó conmoción en su comunidad, suscitó el despliegue de una investigación de la que incluso participó el FBI, y que tenía como objetivo dar con el paradero de las ‘captoras’, desprendiendo una operación que requirió la destinación de un importante capital por parte de las autoridades locales, gastos avaluados en cerca de 300.000 dólares, a los que se sumó una partida entregada a la mujer en ‘compensación’ por parte del estado, la cual se traducía en una suma de 30.000 dólares, cerca de 137 millones de pesos colombianos.
Debido a la gran investigación, y a la toma de una muestra de ADN, las autoridades lograron determinar que toda la historia de la mujer no era más que una ‘gran mentira’, advirtiendo que en vez de haber estado secuestrada, Papini había estado disfrutando de las mieles del amor con un exnovio, mientras que su esposo sufría su desaparición y su comunidad manifestaba preocupación por su desaparición, al punto incluso de haberla ‘indemnizado’ por su secuestro.
Un punto clave en la investigación fue la misma declaración del exnovio, quien, al verse descubierto, decidió confirmar que sabía de la mentira de la mujer, afirmando que esta había llegado hasta su casa también con mentiras, argumentando que necesitaba huir de una ‘relación abusiva’, comentando que en el lugar esta decidió emprender el plan de modificar su apariencia para soportar la mentira del secuestro y la tortura.
Tras ser descubierta, la mujer decidió confesar su delito, extendiendo una excusa pública a su familia y a todos aquellos que habían sido víctimas de su mentira, incluidas las autoridades que desplegaron la rigurosa investigación.
No obstante, más allá de la simples excusas públicas, y dada la gravedad de lo ocurrido, si se tiene en cuenta todo el caso inventado que suscitó la investigación, y que se construyó desde declaraciones falsas, la mujer recibió una pena ejemplar para castigar su mentira, y más allá del castigo mismo de la sanción social, y quizá de haber perdido la credibilidad de sus seres queridos y su comunidad, fue sentenciada a pasar 18 meses en la cárcel, sin el beneficio de excarcelación, medida a la que se sumará el pago de una importante multa por 310 mil dólares.
Tras cumplir su condena, la mujer deberá permanecer otros 36 meses bajo ‘libertad supervisada’.
Luego de conocerse la condena, la mujer también reveló un comunicado en el que presentó excusas públicas y lamentó el daño hecho a su familia y su comunidad, advirtiendo que fue un sufrimiento ‘innecesario’.
¿Cree usted que la pena por el daño causado es justa?