Estados Unidos
Sigue en pie ejecución de un hombre que se sacó los ojos; Corte de Estados Unidos desestimó revisar su caso
Thomas fue condenado en 2004 por el asesinato de su esposa y sus dos hijos, Andre y Leyha.
Mientras Andre Thomas espera la fecha en que se aplique su sentencia a muerte, sus abogados intentan sin éxito agotar los últimos recursos. En los últimos días, la justicia estadounidense desestimó una apelación para que se revisara el caso de este hombre.
El pasado martes quedó sin avance la petición hecha por el recluso, quien aseguró que no tuvo un “juicio justo” porque, según recogen medios locales como Telemundo Dallas, el jurado había adoptado una posición racista por haberse casado con una mujer “blanca”, siendo él de tez “negra”. Thomas fue condenado en 2004 por el asesinato de quien (en el momento de los hechos) ya era su exesposa y sus dos hijos.
Tres jueces liberales presentaron su oposición al veredicto de la Corte que se opuso a evaluar nuevamente la sentencia, en una votación de 6-3.
Según medios locales, no es la primera vez que los tribunales desestiman un recurso presentado por la defensa de este acusado, de quien aseguran no debería ser ejecutado por tener una “enfermedad mental”.
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Un caso que conmocionó a Texas
En 2004, en la ciudad de Sherman, Thomas confesó haber terminado con la vida de su expareja, Laura Boren (de 20 años), así como de sus hijos, Andre y Leyha (de cuatro y un año, respectivamente). Según medios internacionales, insistía en que “Dios le había dicho que cometiera esos asesinatos”.
De acuerdo con los reportes, las víctimas fueron agredidas con arma blanca y se les sacó el corazón. Un año después de los hechos, ya se había encontrado culpable por el deceso de sus familiares.
While in jail awaiting trial, Andre Thomas pulled out one of his eyeballs. A few years later, he pulled out his other eyeball and ate it. Andre has experienced auditory hallucinations since he was 10 years old. In prison, he was diagnosed with severe schizophrenia. pic.twitter.com/WsoD5TkmX3
— Sister Helen Prejean (@helenprejean) October 12, 2022
Telemundo Dallas comenta que, a menos de una semana de haber ingresado a prisión, Thomas se sacó un ojo y cinco años después hizo lo mismo con el que le quedaba. Según comentó a miembros del centro carcelario, lo que hizo posteriormente fue comérselo.
Apelación por su “estado mental”
Quienes se han opuesto desde un principio a que continúe en el corredor de la muerte argumentan que él no está en condiciones de responder (con esa sentencia) por lo sucedido, ya que reiteran que su facultad mental no se lo permite. Incluso evocan que de niño escuchaba voces y un primer intento de suicidio tuvo lugar a los 10 años.
Su abogado, Maurie Levin, aseguró que “perseguir su ejecución no sería más que un espectáculo feo y no haría que los tejanos estuvieran más seguros”.
Levin señala que semanas antes de los homicidios, su defendido intentó agredirse y que en los hospitales donde buscón asistencia evidenciaron que estaba “experimentando delirios, alucinaciones religiosas y escuchando voces”.
“Sin embargo, no viene al caso si los trastornos psicológicos de Thomas explican o de algún modo excusan su comisión de asesinato. Ningún jurado que decida recomendar una sentencia de muerte debe estar contaminado por posibles prejuicios raciales que podrían infectar sus deliberaciones o decisiones, particularmente cuando el caso involucró un crimen interracial”, fueron, por su parte, las palabras de la jueza Sonio Sotomayor, según recogió Texas Tribune.
EE. UU. ejecutó a preso latino
Este miércoles (5 de octubre) se consumó la ejecución de John Henry Ramírez, un latino cuyo caso llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. A Ramírez se le condenó por el asesinato de un hombre 18 años atrás.
Según recogió Univisión, sus últimas palabras fueron “estoy listo para morir”. Su mensaje también estuvo dirigido a la familia de Pablo Castro, la víctima.
“Tengo arrepentimiento y remordimiento… Espero que esto les sirva de consuelo. Si esto les ayuda, me alegro. Espero que de alguna forma esto les ayude a encontrar el cierre”, aseguró.
Su caso llegó a los altos cargos de la justicia norteamericana al pedir que su pastor orara por él, mientras se hacía efectiva la ejecución (con inyección letal).