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Fiscalía apelará condena del alemán caníbal

Viernes 30, 8:50 horas. Un tribunal estatal condenó a ocho años a Armin Meiwes, acusado de comerse a un hombre después de matarlo. La Fiscalía de ese país anunció que apelará la condena para conseguir la cadena perpetua.

26 de enero de 2004

Después de cerca de cuatro meses de juicio, el tribunal que seguía el caso de Meiwes, conocido a nivel mundial como 'el caníbal alemán', lo declaró culpable de homicidio no premeditado, pues no tenía "motivaciones abyectas" en el delito. Ello le evitó ser condenado por asesinato.

La defensa del experto en computación de 42 años, argumentó que, dado que la víctima se ofreció voluntariamente a ser asesinada y comida, el crimen debía considerarse como algo similar a la eutanasia, que se castiga con un máximo de cinco años de prisión.

Al explicar su veredicto, el presidente del tribunal, el juez Volker Muetze, dijo que la intención de Meiwes no era cometer una maldad "sino satisfacer una fantasía". Agregó que su motivo principal era "el deseo de convertir a otro hombre en parte de sí mismo y alcanzó esa experiencia emocional a través del consumo de la carne".

Al conocer el veredicto el viernes, la fiscalía dijo que Meiwes era "un carnicero humano" que actuó simplemente para "satisfacer un impulso sexual" y exigían que se lo condenara a cadena perpetua. Por ello aseguró que apelará la sentencia.

El caso de Meiwes dio la vuelta al mundo tras conocerse el año pasado por las características de los resultados de las investigaciones que siguieron a hallazgo de partes de Bernard Brandes en su nevera.

Supuestamente, Brandes viajó a Rotemburgo desde Berlín para responder a un anuncio de Meiwes en Internet que buscaba a un hombre joven para ser "sacrificado y comido".

Meiwes dijo que Brandes deseaba morir a puñaladas tras tomarse una botella de una medicina contra el resfriado para perder el conocimiento. "Bernad se acercó a mí por su propia voluntad para poner fin a su vida", dijo Meiwes en su declaración final ante el tribunal, el lunes. "Para él, fue una muerte agradable".

Sin embargo, Meiwes afirmó durante el juicio que lamentaba la muerte. "Tuve un gran placer, y no necesito hacerlo de nuevo", dijo. "Lamento mucho lo ocurrido, pero no puedo deshacer lo que hice".