Historia de Colombia
Antioquia, ¿por qué tan distante?
La animosidad entre el departamento paisa y el resto del país, exacerbada en días recientes por la victoria del No en el plebiscito, se remonta al siglo XIX. Hablamos con el magíster en historia de la Universidad de los Andes Carlos Hinestroza, nacido de Medellín, para entender una tensión de más de 100 años.
¿Cómo explicar la difícil relación entre Antioquia y Bogotá?
Hay varias cosas. Uno tiene que remitirse al siglo XIX, a los años entre 1858 y 1886. Era un periodo federal en el que Antioquia vivió un esplendor económico y sus habitantes se fortalecieron mucho frente a otras élites regionales. El problema es en 1886, cuando Rafael Núñez plantea la centralización del estado colombiano. Eso afecta mucho a la elite local que había organizado tanto poder e independencia y ahí se empieza a rastrear el génesis de la tensión con lo que hoy es Bogotá. En Antioquia fueron creando su misma idea del mito de antioqueñidad, construyendo identidad, de estar orgullosos de su tierra y su gente, definiendo sus características: son los grandes trabajadores, los comerciantes. Tienen es una unidad cultural que está tan arraigada que lo que necesita es un otro al que hacerle frente y así justificarse. Esas ideologías permiten hablar de los ‘otros’, sean costeños o rolos, de manera despectiva, sobre todo los bogotanos porque ellos “no nos dejan progresar”. Es absurdo pero la idea va avanzando, todavía hablando de la Antioquia Federal, está esa añoranza. También está el auge económico, pues la bonanza cafetera en el siglo XX alimenta más esa identidad de élite antioqueña. A la vez se enfrenta a una serie de intereses de esas élites regionales y Caldas, Risaralda, Quindío salen de Antioquia, todo por patrocinio del estado central. Eso acaba con Antioquia la grande y crece esa animosidad hacia Bogotá. Sorprende que no tenga inicio con la colonización antioqueña, que es un movimiento importante en ese imaginario antioqueño.La colonización fue también cómo las élites de la región agarraron las tierras que querían, pero sí, en términos de identidad, se fortalece con esa idea. Se termina poblando sobre todo lo que hoy es Caldas, Risaralda, Quindío y parte del Tolima y se crea la imagen del paisa trabajador, pero en realidad terminan trabajando la tierra de una elite más rica que les quita terreno, por eso salen de Antioquia misma. La colonización funciona en términos más ideológicos y es porque escritores bogotanos del siglo XIX los exaltan como los que trabajan y van limpiando el monte, llevando civilización. Es un imaginario que se difunde no solo en Antioquia sino todo el país y en las élites de Bogotá en particular. Es interesante que el sector cultural fomentó esa idea de identidad regional desde la capital...La cultura claro, influye mucho. De hecho diría que buena parte de la literatura que usan serían los estudios etnográficos del siglo XIX y el tránsito al XX. Lo que hacen es crear esa idea, la imagen de antioqueñidad que se ha forjado, que todavía se tiene en el momento, y ven la posibilidad de hacerse notar en otras regiones. Empiezan a decir que la ‘raza antioqueña’ tiene factores, digamos, antropológicos, que nos hacen distintos, en textos de historia, medicina y ficción, y esas construcciones ideológicas pasan por las distintas ramas del conocimientos y se presentan a un público letrado. Es popular entre la intelectualidad antioqueña pero también la bogotana, que quiere ver esas costumbres y ese pueblo romántico e idealizado. Eso va alimentando esa idea de que es la clase más civilizada y la más perfecta. El mismo Tomás Carrasquilla (1858 - 1940) tiene un modelo muy claro de lo que es escribirlo, de comunicar ese concepto."¿Sabe lo que más me gusta de sus obras? Pues el antioqueñismo, un antioqueñismo pasado y repasado por muchos libros y por muchos cedazos." Fragmento de la carta de Tomás Carrasquilla a Fernando González Ochoa sobre la publicación de El Hermafrodita Dormido. |