EMPRENDIMIENTO

Nueve jonrones de nueve emprendedores barranquilleros

La Arenosa es una ciudad que abraza el riesgo de los nuevos empresarios. Innovaciones médicas, gorras legendarias, cruceros por el Magdalena, la ‘bola ‘e trapo’ 2.0 y microalgas, forman parte de estos creativos negocios.

9 de octubre de 2019
Todos estos emprendedores han recibido apoyos por parte de diversos programas de la Alcaldía de la ciudad. | Foto: Fabiana Flórez

La Mita y el Magdalena

Después de la Segunda Guerra Mundial Luciano Maru llegó a Barranquilla proveniente de Italia, un país donde la tierra que está cerca del agua es muy valiosa. Cuando pisó suelo caribeño se sorprendió porque la ciudad que lo acogía, por alguna razón que él no podía comprender, le daba la espalda al río. Sin embargo, decidió comprar un terreno a orillas del Magdalena con la idea de abrir un ecoparque. Lo intentó durante décadas, pero para lograrlo necesitaba que La Arenosa le siguiera la corriente y mirara al río.

Hace algunos años el Distrito cambió su visión y los hijos de Maru (Miguel y Luciano) pudieron dar el primer paso para cumplir el sueño de su padre. Desde 2018 son dueños de La Mita, la única embarcación turística autorizada por el Ministerio de Transporte para navegar el Magdalena. “Zarpamos los fines de semana y les explicamos a los turistas la historia de la ciudad y cómo ha sido su desarrollo. Así cultivamos el terreno del potencial turístico que creemos que tiene Barranquilla e invitamos a los futuros visitantes del parque”, explica Miguel Maru.

Para consumidores de otra galaxia

Liofilización. Es una palabra misteriosa. Suena como a momias embalsamadas, pero no. Esta es una de las técnicas de conservación de alimentos para los astronautas en el espacio. Y la empresa barranquillera Dryfood la está usando desde 2017 para fabricar Ancestor’s, una comida casera y personalizada para mascotas que incluye ingredientes aptos para el consumo humano; sin saborizantes, conservantes o colorantes. Ellos son los pioneros del negocio en el país.

En su proceso de emprendimiento han encontrado retos para conquistar el mercado. Pero, como explica Jairo Mantilla, uno de sus socios fundadores, “estamos felices porque cuando ofrecemos nuestros productos a las empresas del interior del país se sorprenden con nuestra marca. Que esto se haga en Barranquilla y no en Bogotá les causa asombro. Pero no deberían asombrarse, muchos empresarios de acá, al igual que nosotros, estamos inventando nuevas propuestas y marcando la pauta”.

Círculo virtuoso

Sara Zapata Linero, gerente comercial de IgNEO Colombia, explica la razón por la que se arriesgó –con cinco de sus amigos– a crear su propia empresa de economía circular en 2016: “Queríamos innovar, hacer un aporte positivo a la ciudad y contribuir con nuestra generación”. La compañía se dedica al aprovechamiento de escombros para transformarlos en bancos, bolardos, postes, elementos de señalización y otras soluciones de arquitectura urbana. Y lo hacen de forma disruptiva, juegan con el color, las texturas y los acabados para darle una nueva vida al concreto.

Cuando se le pregunta por qué escogieron a Barranquilla para comenzar este emprendimiento, Zapata responde sin vacilación: “Porque somos barranquilleros y aquí apoyan las ideas arriesgadas. Además, queremos ser proveedores de muchas otras naciones del mundo, la ubicación geográfica de nuestra ciudad nos ayudará a conseguirlo”.

Rodar al pasado

El trompo y el yoyo son juguetes típicos de la infancia de muchos colombianos. Pero la bola e’trapo, una esfera de algodón forrada en cuerina, es quizás el que más recuerdos despierta entre los barranquilleros de antaño. Antes los niños la pateaban en las calles, sobre todo los domingos, y gritaban goles imaginarios al caer la tarde, “¡Gooool, de Iván René!”.

Esta tradición se ha perdido. Pero Corozo, una empresa que nació en 2016, quiere revivir este balón. Lo ha transformado en piezas de artesanía coleccionables pintadas, por ejemplo, con sitios turísticos y animales. “Evocamos el tema de la ciudad porque nos sentimos orgullosos de nuestro pasado”, dice Howard Ángulo, gerente de la compañía. Y concluye: “Yo he tenido la oportunidad de viajar y quedarme en otros países, pero siempre vuelvo a Barranquilla porque creo en ella”.

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¿Para qué un banco?

“Descargas la aplicación, te registras en cinco minutos y puedes enviar enlaces de pago por redes sociales a cualquier persona. Los demás lo reciben y pueden hacer el pago con tarjeta de crédito, Efecty, PSE y otros medios de pago”. Con estas palabras Franco Niebles explica cómo funciona Cobru, una app desarrollada en Barranquilla que permite realizar transacciones sin necesidad de ir a un banco.

Él, junto con su socio, un diseñador y cuatro desarrolladores, crearon la aplicación en 2018. Hoy Cobru cuenta con cerca de 2.000 usuarios, pero busca masificar su uso a nivel nacional. Cuando se logre este objetivo la app ayudará a que muchos pequeños empresarios, que no tienen acceso a formas de pago, sean incluidos en el universo financiero, y además creará un ecosistema que use cada vez menos el dinero en efectivo.

El poder de las microalgas

Descontaminar el agua mientras se genera energía verde. Eso es lo que permite la tecnología patentada por Phycore, una startup que emplea microalgas y un biorreactor especial para limpiar fuentes acuíferas como la Ciénaga de Mallorquín, en el Atlántico. El proyecto barranquillero nació en 2011 y cerrará 2019 con ventas superiores a los 5.000 millones de pesos.

En palabras de Alfredo Borrero Páez, docente de la Universidad del Norte y uno de los 15 miembros del equipo, “nuestra apuesta fue desarrollar tecnología con talento local, haciendo alianzas con especialistas de la India”. En el futuro los investigadores quieren liderar un proceso de modernización de la gestión de desechos hídricos en el Área Metropolitana de Barranquilla y así convertirla en la primera ciudad que genere parte de su energía a partir del agua contaminada.

La cachucha bacana

Sépalo, usted necesita pasaporte para entrar a La Arenosa, pero este viene en forma de camiseta o de gorra. Lo crearon Marlon Mariotta y Karen Baldovino, los fundadores de la marca de diseño Legend, que se vale de íconos como el escudo de la Nasa y la letra de Friends para resaltar la cultura local.

Su emprendimiento crece. Hace un mes abrieron una tienda en Barranquilla y en 2016 se ganaron la licitación para hacer las gorras del Mundial de BMX en Medellín. “Nuestra ciudad se está abriendo a todas las áreas y la textil no es la excepción. Es el momento propicio para lanzarse. Cada día surgen nuevos emprendimientos y hay muchas más herramientas porque el país está mirando hacia nosotros”, concluye Baldovino.

Se encendió la luz

En promedio, el 33 por ciento del consumo de la energía de una habitación se produce cuando no hay nadie en ella. Este problema afecta especialmente a los propietarios de oficinas, hoteles y establecimientos educativos. Para solucionarlo, en 2010 nació MCA Systems, una empresa que diseñó una plataforma que reúne información de las habitaciones y automáticamente enciende, apaga y regula las luces, los televisores y los tomacorrientes. Además, brinda información por medio de gráficos para programar operaciones como el aseo diario.

Este proyecto se encuentra en etapa avanzada y desde el año pasado está exportando a México. “En nuestro crecimiento ha sido clave la sinergia entre las empresas, la academia y el gobierno local. Así lo hacemos en Barranquilla, esta manera de trabajar es fundamental para dar un espaldarazo a cualquier emprendimiento”, asegura María Esperanza González Rubio, directora de operaciones de la compañía.

Sin riesgos, sin anestesia

Cuando cursaba el segundo año de su especialidad el médico anestesiólogo Johan Lanzziano se dio cuenta de que los profesionales aprendían a realizar procedimientos invasivos directamente en los pacientes. No tenían formas de practicar sin arriesgar la vida humana. ¿Cómo solucionar este problema? En 2014, junto con su esposa Stefany Barraza, hallaron la respuesta y fundaron Medical Phantom, la primera empresa latinoamericana en fabricar simuladores de partes humanas, especialmente para procedimientos guiados por ecografía.

Su marca registrada se llama Ecoica y ha empezado a exportar. En 2018 patentaron su primer producto y trabajan para lograrlo con otros nueve. “Mira, Barranquilla tiene un ecosistema que nos ayudó a crear una cadena para conectar con el mundo de los negocios y sacar adelante el proyecto. La Alcaldía nos apoyó en la parte digital, en el modelo de negocio, ¡y aquí estamos!”, explica Lanzziano.