El año de la verdad
Explosivas revelaciones de Salvatore Mancuso enredan a empresarios y políticos con el paramilitarismo
El ex jefe de las AUC le contó a la analista Natalia Springer, del periódico Un Pasquín, parte de lo que dirá el martes en su declaración ante la Fiscalía. Advirtió que lo quieren matar, que todas las bananeras les pagaron vacuna, que los bancos les ayudaron a lavar dinero y que los congresistas salpicados se reunieron con ellos por voluntad propia.

Desde el momento en que el Congreso aprobó la ley de justicia y paz para la desmovilización de las autodefensas el país está esperando que en cumplimiento de dicha norma los jefes paramilitares confiesen los crímenes que cometieron y el grado de ayuda que tuvieron por parte de la clase política, el estamento militar y el empresariado nacional. El cumplimiento de dicho objetivo no es fácil. Con tantos actores comprometidos en las atrocidades de los paramilitares y tantos intereses sobre la mesa ya no parece extraño que los ex paras se hagan los enfermos para incumplir sus citas en la Fiscalía, culpen a personas que ya murieron o simplemente cuenten datos anecdóticos en vez de revelar lo que el país quiere saber.
Por eso resulta tan importante la entrevista exclusiva que la analista y consultora Natalia Springer consiguió con el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso, en la cual el ex hombre fuerte de las AUC revela detalles de lo que le dirá el próximo martes a la justicia. En diálogo con Springer, columnista de la publicación mensual Un Pasquín, del caricaturista Vladimir Flórez –Vladdo- Mancuso se destapa. Según el desmovilizado ex paramilitar los acuerdos de ese grupo ilegal no fueron solo con un grupo político, sino que involucraron a sectores que hoy están en la oposición. Además, tampoco se hicieron por la fuerza. Mancuso asegura que las personas salpicadas en el escándalo de la ‘parapolítica’ fueron a buscar a las autodefensas para pedirles apoyo, lo cual dista mucho de la versión de varios de los salpicados, quienes aseguran que fueron obligados a reunirse con ellos.
En cuanto a la financiación de las actividades delictivas de la organización, Mancuso aseguro que recibieron vacunas de todas las bananeras del país y no solo de la multinacional Chiquita Brands Inc. También sostiene que muchos empresarios colombianos los alentaron a continuar adelante y que los bancos les ayudaron a lavar dinero.
Las declaraciones del ex paramilitar levantaron una tormenta política, dado que su entrevistadora no quiso publicar los nombres revelados por él, pues fue a verlo como experta en temas de justicia y no en busca de una primicia informativa. Sin embargo, la versión del encuentro publicada por ella en Un Pasquín fue retomada por distintos medios para intentar averiguar los nombres que Mancuso revelará el martes. En diálogo con la W Radio Mancuso tampoco mencionó nombres pero sí reiteró que ha sido presionado para que no hable y que tuvo contactos con la justicia de Estados Unidos.
La siguiente es la transcripción completa de la entrevista, que es portada la edición especial de Un Pasquín, el periódico político del caricaturista de Semana.
“No teníamos secuestrados; los retenidos fueron dados de baja en su
mayoría”: Mancuso
A menos de una semana de su diligencia de indagatoria ante la Fiscalía, Salvatore Mancuso se confiesa.
REPORTAJE
De Natalia Springer*
Exclusivo para Un Pasquín
Salvatore Mancuso, el Comandante de las Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC) y uno de los criminales contra la humanidad más
visibles del mundo en proceso de juzgamiento, recluido en la cárcel
de máxima seguridad de Itagüí, aceptó reunirse conmigo a sabiendas de que la conversación y los datos bien podrían terminar incriminándolo.
Mancuso habló como representante político del movimiento de las AUC y a pesar de que no lo confirmó, fuentes independientes revelaron que su equipo de abogados le había exigido que cancelara esa reunión.
Habló, según él, con el ánimo de enviar un mensaje a las fracciones
más radicales que persiguen con empeño la acción de la justicia:
están “dispuestos a contar toda la verdad”. Durante el encuentro sus primeras declaraciones revelaron la total indiferencia de los negociadores [tanto del gobierno como de las AUC] hacia los aspectos humanitarios.
Mancuso confirmó que nunca se verificó la situación de los más de 550 individuos registrados como ‘secuestrados’ por las autodefensas, ni de los desaparecidos, los enfermos o los prisioneros de guerra; ni se hizo una entrega especial de los niños reclutados por estos grupos;
tampoco se abordó el tema del tratamiento que recibirían sus
comunidades de apoyo. También dijo que no se siguieron procedimientos regulares ni se hizo una verificación previa de la situación anterior a la entrega de combatientes, ni se establecieron perímetros que permitieran controlar los resultados del proceso.
En sus propias palabras, “nunca se habló de eso”. Según él, “nunca
acudimos al secuestro” y afirmó que “los retenidos fueron dados de
baja en su mayoría”.
Por otra parte, reveló la existencia de los “civiles milicianos, una
especie de comandos de apoyo, en una proporción de 2 civiles por
combatiente”, lo que deja en el aire la cuestión de su
desmovilización. También dijo que sus zonas de influencia “quedaron
desprotegidas, aunque el compromiso con el gobierno incluía la
‘reinstitucionalización’ de estas regiones. Hoy están bajo la fuerte
presión de la insurgencia”.
Sobre este punto, según la verificación de la Fiscalía, las tierras
en Bolívar entregadas por Mancuso a la Unidad de Justicia y Paz
fueron calificadas como áreas de alto riesgo, sembradas de minas y
controladas por la guerrilla, lo que las hace inútiles para los fines
de la reparación.
Al referirse a la gestión del Comisionado Luis Carlos Restrepo,
Mancuso afirmó que ellos en efecto lo han vetado “porque nos ha
mentido a lo largo de todo el proceso”.
La ‘para-política’. Interrogado por las implicaciones de políticos y
empresarios en la formación y consolidación de las autodefensas,
Mancuso respondió que “los senadores, alcaldes, gobernadores y
representantes que han sido llamados por la justicia mienten al
asegurar que fueron forzados a atender estas reuniones”. De hecho
reveló, con nombres afiliación y motivos, una larga lista de
políticos, de varios gobiernos, “muchos de ellos aún en el poder, en
todo el país”. [Un Pasquín se reserva dichos nombres para no
entorpecer la diligencia ante la Fiscalía].
Mancuso afirma que “fueron ellos [los políticos] los que motivaron
los encuentros e insinuaron los contenidos” y que “los acuerdos se
habían dado para mutuo beneficio”. “En conjunto se elaboraron planes
de desarrollo y se radicaron, e incluso eran ellos los que nos
buscaban para que los ayudáramos a salir elegidos […]Fuimos un modelo de Estado”.
“Incidimos en varias elecciones presidenciales”, agrega, al reafirmar
que su influencia electoral se ha extendido por décadas.
La ‘para-política’. Sobre la relación de los empresarios colombianos
y extranjeros con las AUC, aseguró que “todas las compañías bananeras nos pagaban (nueve centavos de dólar por caja)”, pero ese no fue el único sector comprometido. Incluso, dice que, siendo presidente de Fenalco, “Sabas Pretelt vino a vernos en nombre de los industriales de este país”. También dijo que “los bancos participaban en el lavado de dinero del narcotráfico”. Todos los sectores estratégicos estuvieron comprometidos, “incluido el gremio del transporte”.
Sobre presuntos vínculos de las AUC con las Fuerzas Armadas, Mancuso sostuvo que la relación no se limitó únicamente a una complicidad pasiva, ni a una simple alianza estratégica, “sino que en algunos casos se desarrollaron acciones conjuntas”.
Versión completa. Mancuso aseguró que lo contará todo con lujo de
detalles en la indagatoria que rendirá el próximo martes, pese a los
problemas de seguridad que dice tener. “Nos quieren callar”, dijo y
agregó que los comandantes de las AUC han recibido permanentes
amenazas, algunas en forma de atentados-mensajes para evitar que
hablen, confiesen sus crímenes e impliquen a terceros.