A marchar mañana
La marcha de las otras víctimas
El 6M le recuerda al país las otras víctimas que no ve. Vea y escuche sus testimonios.
En Colombia las víctimas que suelen aparecer en los medios de comunicación son los familiares de los secuestrados y desaparecidos. Con fotos y pancartas exigen la liberación o alguna información sobre su paradero. Los desplazados internos, los exiliados y refugiados en otros países, los mutilados por armas violentas, y las viudas y huérfanos de los asesinados son menos visibles ante el público. Muchos aún se esconden por miedo, para no ser encontrados nuevamente por sus victimarios. Otros simplemente no son escuchados porque son víctimas pobres y campesinas con difícil acceso a los medios. De todas maneras existen y son cientos de miles.
El 4 de febrero millones de personas en Colombia y en el mundo se movilizaron para protestar en contra de las FARC, y aunque unos pocos ciudadanos aprovecharon la ocasión para expresar otras consignas, el 4 de febrero será recordado, ante todo, por el "No más FARC". Esa marcha dejó por fuera el rechazo a otros violadores de los derechos humanos y la solidaridad por las víctimas que sienten millones de colombianos. Por eso nació la marcha de mañana 6 de marzo.
Esta marcha del 6M es contra los crímenes perpetrados por los paramilitares y por miembros corruptos del Estado fue convocada para hacerle un homenaje a esas víctimas que quedaron excluidas el 4 de febrero. Desde que el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado lanzó la convocatoria, esta marcha se ha tenido que enfrentar a muchos obstáculos, pero el peor de todos, tal vez, es la crisis de los últimos días con Ecuador y Venezuela, que ha acaparado la atención de los medios de comunicación y de la ciudadanía. Incluso, hay quienes piensan que lo más conveniente sería cancelar la marcha o aplazarla.
La marcha del 6 de marzo no es una marcha contra el gobierno, y salir a protestar por las miles de víctimas de la violencia no es una revancha, o, como dicen algunos, una oportunidad para criticar el manejo de la crisis por parte del gobierno de Uribe. Al contrario, la marcha es en respaldo a las autoridades democráticas legítimamente constituidas y su lucha contra el paramilitarismo que se resiste a morir y que sigue causando víctimas.
El 6M es un acto de solidaridad y de rechazo a la violencia. Paradójicamente esos violentos han buscado impedir esta iniciativa pacífica y ciudadana, atentando contra algunos de sus organizadores en ciudades como Pereira, e intimidando a los pobladores de algunos municipios de Córdoba y Norte de Santander para que no salgan a la cita. En otras palabras, los violentos contra los que se va a marchar ya se están dando por aludidos y temen la fuerza ciudadana. Una razón más para marchar.
Esta iniciativa es un acto de construcción colectiva de memoria, donde serán recordadas y reconocidas las víctimas de múltiples violencias que ha dejado nuestro país, y no vemos. Por ellos, es un deber y un derecho salir a marchar y poner la cara.