PARAMILITARISMO
¿Quién está detrás de los asesinatos de hombres de confianza de Salvatore Mancuso?
El asesinato de Jairo Andrés Angarita, alias ‘Andrés’, uno de los hombres de confianza de Salvatore Mancuso, revive la hipótesis sobre la guerra entre éste y alias ‘Macaco’.
¿Quién está asesinando a los paramilitares desmovilizados? ¿Quién anda tras los integrantes del círculo de confianza de Salvatore Mancuso? Sea quien sea, su macabro accionar ya ha dejado una estela de sangre en buena parte del territorio nacional. La última víctima fue Jairo Andrés Angarita, de 36 años, uno de los hombres más cercanos al líder de las AUC en los tiempos en que éste estaba al frente de esta organización.
Se trataba, además, de una de las personas que más información tenía sobre los vínculos de las Fuerzas Armadas con los grupos paramilitares. De hecho, Angarita era ex oficial de la Fuerza Aérea Colombiana, ex contratista del Ejército y de la Policía.
En la ilegalidad Angarita se hacía llamar ‘Comandante Andrés’. Se encontraba en un restaurante de Medellín departiendo con unas personas cuando unos desconocidos se acercaron y lo mataron a sangre fría. Eran las 8:30 de la noche del miércoles 27 de diciembre. Una hora después, fue asesinado en otro lugar de la ciudad uno de los estafetas del también paramilitar Carlos Mario Jiménez, ‘Macaco’.
Tanto Mancuso como ‘Macaco’ se encuentran recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Itagüí. En oportunidades anteriores, versiones de inteligencia han sostenido que entre ambos existe un enfrentamiento declarado, situación que los dos han negado tajantemente.
El crimen de Angarita produjo un alto impacto no sólo por su cercanía con Mancuso sino porque varias fuentes oficiales confirmaron que él estaba liderando el proceso de desmovilización en Córdoba. De eso dan fe el gobernador del departamento, Libardo López Cabrales; y el obispo de Montería, monseñor Julio César Vidal, quienes recientemente mantuvieron sendas reuniones con Angarita.
Paradójicamente, Angarita sabía también muchos secretos de la política regional al extremo que hace unas semanas afirmó que el gabinete del gobernador López Cabrales fue negociado en el nudo de Paramillo con Salvatore Mancuso.
La víctima se hizo conocida en el ámbito nacional porque tras su desmovilización quiso llegar a la Cámara de Representantes –con el aval de Zulema Jattin-. Sin embargo, al final desistió de su propósito por el escándalo de buena parte de la sociedad que no consideraba lógico que los 'paras' hicieran política sin antes haber respondido ante la justicia.
Las autoridades barajaban varias hipótesis para explicar el asesinato. De una parte, lo que los investigadores en temas judiciales denominan “etapa terminal de un cartel”. Según un oficial de inteligencia consultado por SEMANA.COM es probable que la serie de crímenes se deba a esta situación por lo que no se descartan más muertes.
De otra parte, a la mencionada guerra interna que sostienen Mancuso y ‘Macaco’. Eso explicaría que una hora después del crimen de Angarita haya ocurrido el de José Alain Bermúdez Guisao, desmovilizado del Bloque Nordeste del Bajo Cauca y persona muy cercana a Jiménez.
El tema de la verdad
Otra de las hipótesis pasa por las verdades que conocía Angarita y que él, cada vez con mayor frecuencia, insistía en revelar. Esta situación incluso la produjo el reclamo de varios comandantes en Itagüí quienes lo llamaron al orden y le dijeron que sólo hablarían en el momento oportuno.
Entre la información que tenía Angarita está, por ejemplo, los datos de las reuniones de los políticos con los 'paras'. Recientemente, en el periódico ‘El Meridiano de Córdoba’, el desmovilizado reconoció que la gran mayoría de los políticos del departamento de Córdoba tenían que pedirle permiso a las autodefensas para poder llegar a los territorios donde ellos ejercían el control.
"Eso de los nexos de los políticos con las AUC en Córdoba es un secreto a voces", contó. Y también reconoció que las AUC en Córdoba tuvieron el control de muchos presupuestos de los municipios. "Si ese tipo de reuniones no se hubiesen realizado muy seguramente el proceso de paz no se podría haber dado y muchos menos la reinserción de más de 30 mil hombres. Esas reuniones eran necesarias".
Al tiempo que soltaba hechos como estos insinuaba que la amenaza paramilitar estaba latente. “Por los incumplimientos del Gobierno Nacional es muy posible que los desmovilizados vuelvan a rearmarse con el mejor postor”. Y "creo que llegó la hora de contar toda la verdad porque no están incumpliendo las promesas".
En qué anda Mancuso
A medida que pasa el tiempo, cada vez es mayor el número de crímenes de personas que tienen que ver con Mancuso. Adicional a las amenazas que un hijo y la esposa de Mancuso recibieron hace algunos meses, días atrás fue muerto Jefferson Enrique Martínez, alias ‘Omega’. Él, además de haber estado durante mucho tiempo junto al líder paramilitar también era cercano a ‘Jorge 40’. Con su muerte, los 'paras' encendieron las alarmas al anunciar que el proceso podía terminar mal.
Posteriormente vino la muerte de un hombre conocido con el alias de ‘Capulina’. Entre tanto, uno a uno eran muertos anónimos paramilitares desmovilizados del Bloque Catatumbo con el que Mancuso impuso su reino de terror. En este rosario de muertes suman casi un centenar.
Algunos analistas creen que esta serie de hechos obedece a la profunda molestia de un sector paramilitar que tiene el presentimiento de que Mancuso está negociando con las autoridades norteamericanas, en particular con la DEA. Como se sabe, él tiene una orden de extradición actualmente suspendida por el proceso de paz. Y en varias ocasiones se ha filtrado la información de que estaría dispuesto a irse a Estados Unidos para llegar a un acuerdo con la justicia de ese país a cambio de la información que tiene sobre el negocio del narcotráfico.
Más muertes
Por los lados de Mancuso hay crímenes y por los círculos de poder de otros paramilitares se oyen amenazas de muerte. Solo en el departamento de Antioquia han sido asesinados Leonardo Fabio Serrate, Federmán Augusto David Cortés, Gustavo Adolfo Sánchez, Wílfer Guzmán y Ricardo Javier Sánchez, todos desmovilizados del Bloque Héroes de Granada.
Sus cuerpos fueron encontrados días antes de la desaparición de Daniel Mejía, alias ‘Danielito’, su antiguo jefe y quien dirigía con mano de hierro las llamadas oficinas de sicarios de Envigado.
Precisamente, una de las razones que motivó al presidente Álvaro Uribe Vélez de ordenar el traslado de los ex comandantes de las AUC del centro de reclusión de La Ceja a la cárcel de Itagüí fue para evitar más muertes. Esto porque el Jefe del Estado fue informado que muchos de estos asesinatos estaban siendo ordenados por los propios 'paras' que andan trenzados en una batalla que, por ahora, parece no tener fin.