OPINIÓN
Rectoría
Los nombres en las rectorías de Los Andes y la EAN se unen a otros, como el de Juan Carlos Henao en el Externado y el de Adolfo Meisel en UniNorte, que valoran el pensamiento crítico, el pensamiento humanista y la conciencia ética.
“La universidad debe ser el lugar donde se debaten las verdades incómodas”, se lee en el discurso de posesión de Alejandro Gaviria. Esta podría ser la primera verdad que incomode a muchos en este país: que el rector de Los Andes no solo participe en el debate público nacional, sino que además exhorte a otras universidades a hacerlo.
“La universidad no puede permanecer indiferente, no puede refugiarse en una concepción aséptica del conocimiento, no puede aislarse de los grandes debates de la sociedad. Por el contrario, debe ser activista, democráticamente activista, a veces, incluso, desafiantemente activista”.
Muchos creyeron que luego de su paso por el MinSalud Gaviria aspiraría a la presidencia. Hubiera sido un gran desgaste de inteligencia. Como están las cosas, se hace más por Colombia desde esta rectoría que desde la Casa de Nariño. Y al parecer piensa lo mismo el Consejo Superior de la EAN, que la semana pasada informó que su nueva rectora será Brigitte Baptiste cuyo trabajo como bióloga, profesora de la Facultad de Estudios Ambientales de la Javeriana y directora del Instituto Humboldt la han convertido en una de las personas más valiosas y respetadas del país, tal cual se lee en Arcadia: “Es una eminencia en temas relacionados con la ecología y es reconocida por sus laureadas conferencias internacionales sobre biodiversidad. Ha sido, además, un referente en lograr importantes puentes entre la política y la ciencia; en encender las alarmas sobre la minería ilegal, la deforestación, el cambio climático; y en crear efectivas alianzas con la comunidad para conservar los ríos”.
Varios de estos temas generan ampolla entre nuestros políticos, menos interesados en los problemas del pueblo colombiano que en hacer lobby para que las leyes se ajusten a las exigencias de sus benefactores en las campañas electorales. Por esto la EAN se la juega con el reto que a sí misma se ha planteado: el emprendimiento sostenible. Pero también con el nombramiento de una mujer transgénero, la primera en ocupar un cargo tan importante en el país, lo que a los alejandrosordoñez y las vivianemorales no debe haberles caído bien. No por el nombre en sí de Baptiste, que no genera resistencia, sino por la visibilidad como transexual sumado a su prestigio personal.
Estos nuevos nombres en las rectorías de Los Andes y la EAN se unen a otros, como el de Juan Carlos Henao en el Externado y el de Adolfo Meisel en UniNorte, que valoran el pensamiento crítico, el pensamiento humanista y la conciencia ética.
De modo que bienvenidas las palabras de Gaviria: “La universidad debe combatir las mentiras convenientes, las ideologías engañosas y los discursos de odio. El ensimismamiento no es una alternativa. No ahora cuando buena parte de los líderes globales insisten en despreciar el conocimiento, atacar a los expertos y negar los hechos del mundo. Al antiintelectualismo ramplón, la universidad debe contraponer la importancia de las ideas y la creación, no solo como meros instrumentos, sino como uno de los fines más loables de la humanidad”.
Ahora, a llevar su discurso a la práctica.