OPINIÓN

Lo que los gritos no pueden tapar

Tomás y Jerónimo Uribe pudieron hacerse ricos, en buena parte, por decisiones de la Alcaldía de Mosquera ejercida por Álvaro Rozo Castellanos. La hija de este es hoy la ahijada política de Álvaro Uribe.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
14 de abril de 2018

El expresidente Álvaro Uribe intentó callar a gritos al senador Carlos Fernando Galán por  atreverse a mencionar el negocio de la Zona Franca de Occidente, que llevó a sus dos hijos de estudiantes a multimillonarios en el curso de unos meses y durante su gobierno. Cuando el eco de la ira del hombre más poderoso de Colombia retumbaba aún en el Capitolio, cientos de cuentas en redes sociales empezaron a replicar mentiras y medias verdades, deformadas maliciosamente, para desacreditar a los hijos del asesinado líder Luis Carlos Galán.

El método es el de siempre. El feroz matoneo sofoca el escrutinio y sirve para desalentar cualquier pregunta sobre el tema porque el que se arriesgue recibirá el mismo tratamiento.

Sin embargo, hay hechos que la gritería no alcanza a ocultar.

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Primero, Tomás y Jerónimo Uribe pudieron hacerse ricos, en buena parte, por decisiones de la Alcaldía de Mosquera ejercida por Álvaro Rozo Castellanos. Segundo, la empresa de los Uribe le vendió a un precio increíblemente bajo a la familia de Álvaro Rozo unos terrenos aledaños a la zona franca. Tercero, en poder de la Justicia hay pruebas de que hubo un plan para reservar una parte del terreno para el alcalde Rozo. Y cuarto, el expresidente Álvaro Uribe ha actuado como padrino político de la hija del exalcalde Álvaro Rozo.

Empecemos por el final. La hija del antiguo alcalde de Mosquera Álvaro Rozo Castellanos es hoy la ahijada política de Álvaro Uribe, quien incluso se ha subido a la tarima con ella para promover públicamente su candidatura a la Asamblea de Cundinamarca.



Yenni Rozo fue además incluida, con mano generosa, en la lista del Centro Democrático al Senado con el número 21.

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El propio Uribe grabó un comercial de televisión diciendo que la hija del cuestionado alcalde Rozo “representa los valores del Centro Democrático”, entre ellos la transparencia.



El pan se les quemó en la puerta del horno. Por unos pocos votos Yenni se quedó con las ganas de ser senadora, pero no se va a aburrir. Ella es accionista de una empresa de construcción llamada Arcast, evidente acrónimo de Álvaro Rozo Castellanos.

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Entre las propiedades que Arcast vende está el Parque Industrial Santo Domingo, construido en las inmediaciones de la zona franca de los hermanos Uribe.



Los terrenos del Parque Industrial fueron comprados a la empresa FC Lotes Mosquera, de los hermanos Uribe, por una sociedad llamada A. L. C. Entre los accionistas de esa empresa está la frustrada senadora Yenni Rozo, junto a otros hijos del alcalde Rozo y un hermano de él, llamado Luis Rozo.

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Años después de estos hechos, cuando los investigadores de la parapolítica buscaban pistas sobre las actividades criminales de Mario Uribe, allanaron la oficina de abogados Sanín y Duque en Medellín. Allí encontraron un cuaderno manuscrito que establece cómo se hizo el reparto de las tierras de Mosquera.

Un revelador párrafo dice: “Las otras 19 hectáreas para el (alcalde) a nombre de Luis Rozo y Efraín Fernández”. Esa prueba duerme olvidada en un anaquel de la Fiscalía.



Los Rozo compraron a un precio estupendo. Pagaron 19.000 pesos por metro cuadrado. Dos días más tarde otros compradores les pagaron a los Uribe el triple del valor por terrenos en la misma área.

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Durante la alcaldía de Rozo se tomaron dos decisiones que hicieron posible el millonario negocio.

En primer lugar, se expidió el plan parcial que permitió cambiar el uso de la tierra de “expansión industrial” a “industrial”.



Álvaro Uribe y sus hijos llevan años mintiendo, asegurando que es lo mismo, pero la norma señala que sin plan parcial no es posible desarrollar industrialmente un terreno.



El segundo favor consistió en cambiar el índice máximo de ocupación de la construcción. Inicialmente era del 50 por ciento, la otra mitad de la tierra debía dedicarse a zonas verdes.



La alcaldía de Rozo lo cambió para subirlo a 75 por ciento y permitirles que los parqueaderos se construyeran dentro del 25 por ciento restante.



Si alguien quiere verlo, en Semana.com está el registro de cambios de la norma.



El expresidente Uribe y sus hijos pueden seguir gritando, pero la furia de los millonarios descubiertos no va a tapar estos hechos documentados. 

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