¡Amistad!

La amistad es perdurable cuando su semilla se siembra en terrenos lo suficientemente abonados; hay que regarla con agua cristalina y para que dé buenos frutos podarla; jamás debe abusarse de ella utilizándola en provecho propio.

Los maltratadores o pordioseros de la amistad, son los que recogen las migajas de la infamia, llevándolas al holocausto de su propia vergüenza para el resto de sus vidas; ante la imagen de sus semejantes, no pasan de ser la escoria de una conciencia lasa y deshumanizada.

Desgraciado el ser humano que aprovecha la amistad, o se lucra de ella con engaños y mentiras; a estos especímenes más les valdría no haber nacido, puesto que a donde llegan, siempre llevan la estigma de una falsa verdad desgraciadamente convertida en razón; son detectados con facilidad, puesto que en el interior de la conciencia de sus interlocutores, hierve el deseo de justicia, mas no de venganza.

La amistad es la antesala de la paz, no puede haber paz, sin no hay una amistad sincera y verdadera, aprender a conjugar estas dos virtudes, es fundamental para obtener la felicidad plena, así podremos ser personas importantes dentro de nuestras comunidades.

Si quieres construir una bella amistad, empieza desde ahora, pero deja a un lado: odios, rencores, engaños, venganzas, envidias y mentiras, estas seis falencias son inicialmente las disociadoras en las familias; y en las comunidades, la antesala para generar hacia el futuro hechos de violencia con desestabilización social.

La amistad además debe estar cimentada sobre dos pilares fundamentales: principios y valores, son los soportes sobre los cuales se deben construir las sociedades, lamentablemente en los últimos tiempos, estos factores se han perdido de los hogares e instituciones educativas.

Es importante que las constituyentes que se proyectan en el Congreso de la República, como solución a los más álgidos problemas del país, lleven en su parte estructural la cátedra de: principios y valores para que sea de obligatorio cumplimiento en todas las instancias de la vida nacional.

La amistad es como la bella flor que todos los días hay que podarla y regarla, dialogar con ella, de lo contrario, va perdiendo la razón de ser y sus pétalos empiezan a marchitarse, para finalmente caer en las fauces del olvido.

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