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Buen comienzo: el mal final de Quintero
El gobierno corrupto de Daniel Quintero en Medellín ha cruzado todos los límites éticos. Sus víctimas ahora son los niños más vulnerables de la ciudad.
El gobierno corrupto de Daniel Quintero en Medellín ha cruzado todos los límites éticos. Sus víctimas ahora son los niños más vulnerables de la ciudad: los malos manejos de los recursos destinados para su alimentación y educación están (y seguirán) teniendo efectos nefastos. Quintero y su gente están convirtiendo el programa Buen Comienzo, uno de los programas más ejemplares de Colombia y Latinoamérica, dedicado a atender a la primera infancia y a sus familias, en un nicho de politiquería y pago de favores políticos.
Buen Comienzo nació en Medellín durante el gobierno de Sergio Fajardo y se consolidó en el gobierno de Alonso Salazar, quien inauguró el primer jardín adscrito al programa y comenzó con la atención a madres gestantes. En las siguientes administraciones, continuamos los esfuerzos para fortalecerlo hasta convertirlo en una joya invaluable para la ciudad.
Producto de una serie de denuncias e investigaciones por corrupción en la contratación y manejo irregular de los recursos del Programa de Alimentación Escolar y Buen Comienzo, desde el inicio de la administración Quintero, esta semana la Fiscalía General de la Nación imputó los delitos de peculado por apropiación, interés indebido de celebración de contratos y celebración de contratos sin requisitos legales a la actual secretaria de Educación de Medellín, Alexandra Agudelo; a la exdirectora del programa Buen Comienzo, Lina Gil, y al representante legal de Colombia Avanza, Henry Paulison Gómez.
La niñez en Colombia ha sido vulnerada históricamente de muchas formas, todas condenables. Pero que esa vulneración provenga de quienes están llamados a protegerla, no es solamente ilegal, sino inmoral y deshonroso. Con el fin de eliminar a los operadores que históricamente han implementado el programa y se han cualificado durante años, se realizaron toda una serie de artimañas para favorecer a la Corporación Colombia Avanza, incluyendo un requisito nuevo para participar como proponente (acreditar formar parte del banco de oferentes del ICBF) que “casualmente” solo sabía Colombia Avanza, dejando fuera de la competencia a operadores que tenían la experiencia y contaban con todos los requisitos legales. Como agravante adicional, se conoció que dentro del banco de oferentes, esta corporación obtuvo la peor calificación por su falta de capacidad operativa y financiera. Aun así, la actual administración no dudó en favorecer a esta cuestionada corporación.
Durante el periodo en el que fui alcalde de Medellín (2016-2019), la protección y garantía de derechos de los niños fue una de nuestras mayores prioridades. Invertimos en Buen Comienzo más de 578.000 millones de pesos de forma efectiva y transparente. Así, alcanzamos la tasa de cobertura más alta de la historia del programa: la recibimos en 69,2 por ciento y la entregamos en el 82 por ciento: 82.650 niños atendidos integralmente. También aumentamos el número de días de atención, pasando de 199 a 219 días al año (20 días más), pues sabemos que cada día que los niños tengan su comida y su educación garantizada hará una diferencia sustancial en sus vidas.
Finalmente, entregamos la primera evaluación de resultados del programa realizado con la Universidad de Antioquia, que arrojó conclusiones maravillosas –entre ellas, que un niño o niña que pase por Buen Comienzo tiene menor probabilidad de desertar del sistema educativo o de tener un embarazo adolescente, que uno que no forme parte del programa–. Además, durante los cuatro años de mi gobierno, Buen Comienzo mejoró los indicadores del estado nutricional de los niños y de las madres gestantes y lactantes con relación al resto de la población de la ciudad y el país. Dolorosamente, y debido a estos malos manejos de Quintero y su equipo, hoy tenemos la desnutrición crónica en menores de seis años más alta en los últimos ocho años, pasando de 7,4 por ciento en 2019 al 7,8 por ciento en 2021, se ha deteriorado la calidad en la atención, teniendo una disminución del 20 por ciento en 2021 del número de semanas de atención, e incluso en este mismo año, por primera vez en la historia del programa, hubo demoras en el inicio de actividades en todas las modalidades; todo lo anterior según datos de Medellín Cómo Vamos.
Si se metieron con la alimentación de nuestros niños, podemos esperar cualquier cosa. Se ha puesto en riesgo el proceso nutricional, psicosocial y pedagógico de la primera infancia por cuenta de las demoras en la atención, se han deteriorado la calidad y la confianza por las irregularidades en la contratación y se le ha dado más poder a la politiquería que a los criterios técnicos y humanos que deben prevalecer. Por eso, pido a los órganos de control que pongan sus ojos sobre las denuncias ya existentes, que partan del trabajo hecho por la Fiscalía, que esculquen bien a los protagonistas de este primer episodio, que halen este primer hilo y por ahí empezarán a descoser el gran saco de corrupción que involucra a Quintero y a sus amigotes.