OPINIÓN

Cada vez más cerca de Trump

Si gana Biden, las relaciones entrarían en cuidados intensivos. El Gobierno de Colombia es uno de los pocos amigos de Trump.

Alfonso Cuéllar, Alfonso Cuéllar
22 de agosto de 2020

Los años bisiestos no son recomendables para viajar a Washington a verse con el presidente de turno, especialmente si este busca la reelección. Se deben evitar especialmente en el segundo semestre. Hacerlo es riesgoso para el mandatario de visita. Es un juego peligroso si no gana el partido en el Gobierno.

En 2008 pasó. El 2 de julio, el senador y candidato republicano John McCain estuvo en Colombia. Lo recibieron Álvaro Uribe Vélez como presidente y Juan Manuel Santos, ministro de Defensa. Le contaron del inminente golpe a las Farc (el rescate de Íngrid Betancourt y los tres contratistas estadounidenses). En septiembre en Nueva York, Uribe se sentó con Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia. De nada sirvió, ya que Barack Obama triunfó en noviembre. Y el Gobierno colombiano quedó marcado como aliado de los perdedores. Un costo inmenso para el país.

En 2020, parece que Colombia otra vez estará del lado equivocado. El viernes 14 de agosto, la Presidencia de Iván Duque hizo público un trino del vicepresidente Mike Pence. En él, Pence lamenta que el expresidente Uribe esté detenido y pide que sea puesto en libertad. Dice, además, que Uribe fue un héroe para Estados Unidos. Es un tuit poco común, que usualmente no sale de la Vicepresidencia. Independientemente del contenido del mismo, el trino fue ampliamente reportado por los medios colombianos. Más aún, con la decisión de Presidencia de volverlo viral los demócratas tuvieron que reaccionar. El senador demócrata Patrick Leahy aclaró que Estados Unidos espera un juicio justo. 

El domingo, el consejero de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, y Mauricio Claver-Carone, candidato a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se reunieron en Florida con un grupo de colombianos y venezolanos. Era una visita previa a su llegada a Colombia. En el encuentro, se comprometieron a apoyar a Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre. Es un grupo de colombianos con contactos en Washington cercano al presidente de Estados Unidos. No es coincidencia que el asesor de Seguridad Nacional estuviera allí. Había que darles importancia a los reunidos, ya que viven en un estado fundamental para los planes de reelección. Lo preocupante, sin embargo, es que los residentes no reflejan a Colombia. Son furibistas al ciento por ciento. Y en política exterior no es una sana opción depender de una sola vertiente. Lo más riguroso es tener diferentes voces para enriquecer el análisis.

Si gana Biden, las relaciones entrarían en cuidados intensivos. El Gobierno de Colombia es uno de los pocos amigos de Trump

El lunes en Bogotá, el consejero participó en un encuentro con el presidente Duque. Allí lanzó el programa Colombia Crece, una iniciativa del sector privado con un fondo de 5.000 millones de pesos para préstamos en apoyo a proyectos agrícolas. Sin embargo, hasta ahora comienza y los detalles son pocos. Lo único claro es que se trata de una iniciativa para competirle a China en la región.

El segundo objetivo de la visita fue confirmar el voto de Colombia por Mauricio Claver-Carone para presidente del BID. Había una preocupación, ya que los otros países de la Alianza del Pacífico (México, Chile y Perú) decidieron optar por un aplazamiento para después de las elecciones de noviembre. Además, el candidato demócrata, Joe Biden, anunció su oposición al aspirante de Trump. Duque se mantuvo en su apoyo. Guyana y El Salvador anunciaron su respaldo el martes. Prácticamente, es un hecho que el 12 de septiembre el BID elegirá al primer estadounidense.  

Es controvertido el apoyo de Duque. Él señala que Colombia está siendo consecuente, al fin y al cabo Estados Unidos respaldó a Luis Alberto Moreno en sus diferentes elecciones. Y considera que el peso de los gringos –30 por ciento de los fondos– es fundamental en este organismo. Con una ñapa: Duque comparte la visión trumpista de un trío del mal (Venezuela, Cuba y Nicaragua). Claro, con Venezuela el mal de males. En Washington, también se resalta la excelente relación del embajador Francisco Santos y Claver-Carone. 

El dilema, sin embargo, es qué pasará si en noviembre hay un cambio en el Gobierno gringo. El BID quedaría en la cuerda floja. La permanencia de Claver-Carone sería cuestionada. La campaña de Biden no lo reconoce y cree que es incompetente para el cargo.

Una de las experiencias con Trump es que no sigue las reglas de la diplomacia. Si es reelegido en noviembre, tampoco le servirá a Colombia. En otras palabras, no hay compromiso para el futuro. 

Peor si gana Biden. Estas relaciones entrarían en cuidados intensivos. El Gobierno de Colombia es uno de los pocos amigos de Trump. De entrada, habrá desconfianza y cambio en los temas álgidos como los derechos humanos, que están de capa caída en el Gobierno y que pasarán a encabezar la lista de prioridades. Si gana Biden, el manejo del proceso de paz, a cargo de un funcionario de Presidencia, necesitará un cambio extremo. Con Biden, tendrá que nacer un nuevo Duque o serán 20 meses de infierno. En serio.

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