OPINIÓN
¿Cadena perpetua para los abusadores de niños? o ¿Liderazgo del Estado de derecho?
Presidente, no tenga temor, convoque a los santistas, a los uribistas a los turbayistas, a los verdes, a los azules, a los rojos, a petristas y peñalosistas, a los ateos y los creyentes. Tome el liderazgo del país de las mayorías y decrete un "estado de toque de queda" contra lo inmoral, devuelva el fervor a nuestras instituciones, declare que los niños en Colombia son la razón principal del Estado.
Algunos llegamos a pensar en una natural y visceral reacción de abuelos frente al flagelo del abuso de menores de edad, y consideramos que lo ideal sería la aplicación de la pena de muerte para estos despreciables sujetos causantes de estos oprobiosos sucesos. Sin embargo, al reflexionar con detenimiento, es obligatorio evaluar nuestro contexto, la obligación de pensar sin populismo de cualquier naturaleza nos conduce a reflexionar sobre nuestra sociedad enferma y perversa. La muy valiente columna de nuestra querida Vicky Dávila nos refleja una condición que muchos colombianos nos apena contar o lo ocultamos que es la norma nacional frente a sucesos tan crudos como estos, que bueno, reitero que Vicky con valentía nos hubiera traído el difícil y crudo momento.
El tema del respeto a la ley en Colombia se perdió en forma total, en nombre de la protesta rompemos los vehículos que nos transportan o dañamos nuestros parques y sitios de descanso para expresar la rabia insolente de nuestra inconformidad. Que hoy lo normal en nuestro contexto es justificar al “pobre” muchacho que no tienen con qué pagar el tiquete de TransMilenio y por eso se ingresa sin pagar, o el caso cotidiano en el que el delincuente es capturado en flagrancia y el clamor del ciudadano de a pie es atacar al “tombo” que por “bruto” es Policía. Llegó el momento de hacer respetar nuestra autoridad.
Es hora para que el legislador comprenda por su iniciativa, que mientras estas conductas delictivas y otras, no estén acompañadas al miedo a perder patrimonialmente algo, nada va a pasar, confisquemos los bienes y hagamos la retaliación de orden económico y las cosas empiezan a cambiar, es hora que el delincuente tenga una real angustia, es decir, que entienda que sus actos tienen consecuencias negativas con relación a sus bienes.
La presencia del Estado en Colombia tiene qué, y debe ser una consigna de carácter permanente para reorientar a nuestra sociedad. El presidente Duque sin temor ni limitación alguna debe devolvernos la ruta para poder dejarnos de odiar y retomar los caminos perdidos para conseguir una sociedad capaz de revisar su desencanto y frustración.
Que un miembro de una familia de clase alta en Bogotá satisfaga sus aberraciones con una niña de un sector humilde de la ciudad y la termine asesinando, no muestra más que una sociedad descompuesta que requiere la conducción para rescatarla en sus valores, es una tarea de persistir e insistir.
Qué tal el país en medio de este derrumbe discutiendo sobre el regreso del exministro de Agricultura condenado, o de la cárcel a corruptos sin reclusión especial, nos cansamos de lo irracional sin perder la trascendencia de mirar esos temas, pero hoy lo primordial son otras cosas. Presidente convoque a las iglesias, a la academia, a los partidos, a las centrales obreras y materialicemos Un "ALTO NACIONAL " contra la violencia de todo orden, hagamos este ejercicio de manera prioritaria, para que luego podamos con serenidad ocuparnos de de la doble Instancia o la cárcel para los corruptos, dejemos de un lado los “Pepes” y la irracional polarización, que no ayuda para nada, señor presidente estamos frente a un verdadero "Aluvión" marchando lenta e imperceptiblemente hacia la heredad del mal.
Presidente, no tenga temor convoque a los santistas, a los uribistas a los turbayistas, a los verdes, a los azules, a los rojos, a petristas y peñalosistas, a los ateos y los creyentes. Tome el liderazgo del país de las mayorías y decrete un "estado de toque de queda" contra lo inmoral, devuelva el fervor a nuestras instituciones, declare que los niños en Colombia son la razón principal del Estado y convoque a las mayorías que son el gran ejército ansioso de su guía y orientación.
Nuestros jefes en silencio, indiferentes frente a tan delicado asunto de ultraje a la dignidad de los colombianos. Convoque su patria señor presidente. En el reciente pasado, el jurista Iván González Amado habló y lo compartimos, sobre la "Demagogia Punitiva ", anunciar simplemente aumento de penas no es suficiente, el argumento real es evaluar a fondo la solidez de la justicia, a buena hora hoy a cargo de una brillante ministra, proveniente de nuestra Corte Suprema de Justicia.
Señor presidente, lo que importa hoy es que sin mirar lo que diga el uno o el otro es que usted conduzca el barco en mitad de la tormenta y lo lleve a buen destino y puerto.