OPINIÓN
CaMINA con Bélgica y Canadá. Apoya a las víctimas de minas
CaMINA es el premio que se entrega a víctimas de minas antipersonal asociadas en las regiones para mejorar su calidad de vida, promover los derechos que la ley les otorga y conseguir que el trabajo entre pares fortalezca sus procesos de reintegración social individual, al igual que el de sus familias.
El premio es un acto solidario de los gobiernos y pueblos de Bélgica y Canadá que a través de sus respectivas embajadas aceptaron en 2017 crearlo por invitación que les hiciera la Campaña Colombiana Contra Minas, CCCM.
Este 5 de diciembre, se adelantará la segunda versión del premio CaMINA. A ella se suma Reconciliación Colombia, plataforma que lidera el involucramiento del sector privado nacional para apoyar emprendimientos en regiones que fueron azotadas por la violencia derivada del conflicto armado.
En su primera versión, el premio resaltó el esfuerzo de la Asociación departamental de Sobrevivientes de Accidentes por minas antipersonal y munición sin explotar ASODESAM del departamento del Cauca.
Adelmo Uni, su presidente, sobreviviente de un accidente con mina antipersonal en el resguardo Pancitará del municipio de La Vega en el año 2002, recibió el premio hace un año y ha trabajado duro por el crecimiento de su organización, superando temores que le hicieron pensar a él y a su familia en la renuncia a su tarea dado el asesinato de varios amigos líderes de su departamento que desarrollaban la tarea de organizar y buscar mejores caminos para sus comunidades.
Luego del premio, ASODESAM recibió el respaldo de la Dirección de Acción Contra Minas, entidad de gobierno encargada del tema, mostrando cómo este tipo de reconocimientos y exaltaciones impactan en la consolidación de nuevos liderazgos y fortalecimiento de organizaciones de carácter local y regional. Fortaleciendo eso que llamamos tejido social, ese tejido tan necesario y reclamado para construir democracia
Podemos afirmar sin temor: el premio cumple su cometido.
Esta segunda versión está enmarcada en un escenario diferente de aquella en 2017 cuando Colombia vivía momentos de tranquilidad derivados del acuerdo con las Farc.
Si bien, como país preservamos las caídas históricas en el número de víctimas por minas antipersonal, durante 2018, los números se han incrementado en casi un 300 por ciento, (50 en 2017 frente a 180 a la fecha), adicionalmente, el incremento está afectando mayormente a civiles en contraste con los años anteriores donde los números mayores afectaban a miembros de las FFAA.
El premio CaMINA muestra toda su validez y relevancia.
Hace 21 años que el mundo proscribió el uso de esta arma luego de los esfuerzos de más de diez años adelantados por ONG de derechos humanos y por el desarme en todo el mundo que fortalecieron y acompañaron los gobiernos de Noruega, Bélgica, Canadá y Suiza especialmente. Sin embargo, a pesar de los avances globales, en sociedades como la nuestra la amenaza de las minas persiste.
El gobierno de Iván Duque deberá modificar el plan que aseguró a la comunidad internacional que a 2021 el país estaría libre de minas. De seguir creciendo el número de víctimas y el uso en que continúan empeñados el ELN y todo tipo de grupos armados existentes, continuaremos el terrible ascenso en la tabla de la ignominia y el desprecio por la vida que abandonamos desde 2015.
¿Lo vamos a permitir los colombianos?
El premio CaMINA, sus promotores y en especial las víctimas de esta arma, nos brindan una oportunidad para reflexionar sobre ello y entregar una respuesta.
@alvarojimenezmi
Adenda: El ascenso de Manuel López Obrador, AMLO al gobierno de México, más que un triunfo de la izquierda es un triunfo de la indignación popular y de las clases medias frente a la corrupción, y ausencia de legitimidad institucional derivada de la inacción de ese maniquí de revista que siempre fue el saliente Enrique Peña Nieto.