OPINIÓN
Del “Caracazo” a la deserción de los guardias nacionales
Hace 30 años los militares venezolanos salvaron temporalmente al presidente Pérez de la caída, ahora esos mismos militares desertan y se pasan a Colombia a la que calificaban antes de enemiga
Hace 30 años se presentó en Venezuela el denominado “Caracazo” una sucesión de serios disturbios originados por protestas por un paquete de medidas económicas que adoptó el presidente Carlos Andrés Pérez: el balance oficial fue de casi 300 muertos. Este hecho, aunque fue reprimido y neutralizado por las fuerzas armadas, marcó el inicio de una compleja situación que culminó con el acceso al poder de Hugo Chávez y de su sucesor Nicolás Maduro.
Nunca pensaron los venezolanos que treinta años después, en medio del petróleo, del hierro, del oro y del acero, su país estaría en una situación similar a la de Bangladesh o a la de un estado del áfrica central. Todo producto de decisiones estúpidas, de la mala administración y de la corrupción rampante en todos los niveles gubernamentales.
Aunque la deserción de militares se ha presentado siempre desde el mismo surgimiento de los ejércitos, estamos ahora presenciando una creciente y nunca vista deserción de miembros de la Guardia Nacional de Venezuela, que están ingresando a Colombia, calificada siempre en los medios castrenses venezolanos como una potencial amenaza.
Esa situación es indicativa de la desmoralización de sectores de la Guardia Nacional. Buena parte de los desertores afirman que han decidido tomar ese camino por la grave situación por la que están atravesando con sus familias, que no pueden abstraerse de la miseria generalizada que afecta a la población.
Al mismo tiempo se hacen curiosos pronunciamientos, como el del exjefe de los servicios de inteligencia del ejército venezolano el general Hugo Carvajal, señalado en su momento como jefe del llamado “Cartel de los Soles” y con una profunda antipatía hacia Colombia. Carvajal en una declaración ampliamente divulgada. proclamó su adhesión al presidente Guaidó y agregó que le explicaría como desmontar los servicios de inteligencia en ese país. Ahora pues es un gran demócrata.
A pesar de que el fenómeno de la deserción ha sido minimizado por el Ministro de Defensa y por Maduro, éste ha preferido dar instrucciones al Estado Mayor para que se active la llamada “defensa integral de la nación”, lo que quiere decir que se arme a todos sus esbirros –colectivos y otros grupos paramilitares- para que actúen “en defensa de la patria”. Es el anuncio de que en caso de que finalmente Maduro fuera derrocado, el país entraría a una inevitable guerra civil de la cual difícilmente podríamos abstraernos.
En medio de este caos en Venezuela con unas fuerzas armadas politizadas, en Colombia se cae en cuenta de la condición democrática y profesional de sus fuerzas militares, que son un patrimonio de toda la nación.